Bruselas.— El gobierno del estado de Sao Paulo confirmó ayer dos casos positivos de la nueva variante de coronavirus ómicron, los primeros en Brasil y en América Latina, en viajeros que llegaron desde Sudáfrica.
Aún no se ha confirmado si los contagiados habían recibido vacunas anti-Covid. Brasil cerró sus fronteras aéreas desde este lunes a seis países de África (Sudáfrica, Botsuana, Suazilandia, Lesoto, Namibia y Zimbabue) para evitar la propagación de ómicron.
En los Países Bajos, el Instituto de Salud y Medio Ambiente (RIVM) reveló que las muestras de pacientes que datan del 19 y 23 de noviembre contenían la variante. El 24 de noviembre las autoridades sudafricanas informaron a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la existencia de la mutación. Japón también anunció su primer caso el mismo día en que entró en vigor la prohibición de todos los visitantes extranjeros. El paciente fue identificado como un diplomático de Namibia que había llegado recientemente de su tierra natal.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconsejó viajar a las personas de riesgo no vacunada, pero estimó que las prohibiciones de los desplazamientos impuestas por los países “no impedirán” la propagación de la nueva variante.
“Las prohibiciones generales de viajar no impedirán la propagación internacional” de esta mutación, estimó la OMS en un documento técnico, aunque recomendó “a las personas que no tienen buena salud o que corren el riesgo de desarrollar una forma grave” de Covid-19, no vacunadas, que “pospongan el viaje”.
Ante los temores surgidos por la nueva cepa, el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió “calma” e instó a los Estados miembros a una respuesta “racional” y “proporcional”.
El responsable de la institución dijo comprender “la preocupación de todos los países por proteger a sus ciudadanos”; sin embargo, expresó su inquietud por el hecho de que varios países “implanten medidas generales y brutales que ni están fundadas en pruebas ni son eficaces de por sí, y que no harán más que agravar las desigualdades”. Desde que Sudáfrica señaló la aparición de esta variante la semana pasada, muchos países cerraron sus fronteras a las personas procedentes de África austral, suscitando la indignación en la región.
Estas medidas “pueden tener un impacto negativo en los esfuerzos sanitarios mundiales durante una pandemia al desanimar a los países a informar y compartir los datos epidemiológicos y de secuenciación”, advirtió la OMS.
Recomendó frente a las prohibiciones totales de viajes, la adopción de medidas tales como la evaluación de pasajeros antes de su partida y a su llegada al destino, la aplicación de cuarentena según los casos y otras medidas que “deben decidirse mediante un estricto análisis de riesgos”.
En este contexto de dudas sobre cómo hacer frente a la variante, el presidente del laboratorio estadounidense Moderna, Stephan Bancel, dijo que podría producirse una “disminución importante” de la eficacia de las vacunas actuales contra ómicron.
Varios laboratorios, como Moderna, Pfizer, AstraZeneca, Novavax y Johnson & Johnson (J&J) están trabajando en nuevas versiones de la vacuna anti-Covid específicas contra la mutación.
Cuando se halle el inmunizante adaptado contra esta variante, el regulador europeo de medicamentos podría autorizarlo en un plazo de tres o cuatro meses, dijo su directora, Emer Cooke.
En Estados Unidos, un comité asesor de la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA, por sus siglas en inglés) recomendó la aprobación para uso de emergencia de la píldora contra Covid-19 de Merck, que opera en el resto del mundo como MSD.
Además, de acuerdo con The Washington Post, la administración estadounidense planea promulgar reglas más estrictas para todos los viajeros que lleguen al país, incluyendo los estadounidenses que regresan, con el objetivo de frenar una posible propagación de la nueva variante.
El medio explicó que EU exigirá a todas las personas que ingresen a su territorio que se realicen un test un día antes de abordar su vuelo, independientemente de su estado de vacunación o país de salida. Además, los viajeros podrían volver a ser examinados dentro de los tres a cinco días posteriores a su llegada a EU, según el rotativo, que citó a tres funcionarios federales de salud.