Washington.— La policía de Nueva York despidió ayer a Daniel Pantaleo, el agente blanco acusado de haber matado hace más de cinco años al afroamericano Eric Garner con una llave al cuello ilegal que lo estranguló y causó su muerte, un asunto que avivó el movimiento Black Lives Matter y las críticas contra la brutalidad policial, especialmente contra minorías.
El anuncio cerró por el momento un caso que se ha eternizado entre protestas, investigaciones y debates sobre la fuerza policial en todo el país. La muerte de Garner, un afroamericano de 43 que vendía cigarrillos por las calles de Long Island, fue grabada por un testigo. Las últimas palabras de la víctima, “I can’t breathe” (No puedo respirar), se convirtieron en símbolo de activistas. Grandes celebridades, incluida la superestrella de baloncesto Lebron James, portaron camisetas con esa frase para denunciar la brutalidad policial.
A la muerte de Garner, en julio de 2014, le seguiría el asesinato de Michael Brown en Ferguson (Missouri) y Freddie Gray en Baltimore (Maryland), entre otros. Un estudio reciente de la Rutgers University indicó que los varones negros tienen 2.5 más posibilidades de ser asesinados cuando se encuentran con la policía que los varones blancos, siendo la brutalidad de la autoridad una de las mayores causas de muerte entre los hombres afroamericanos jóvenes en todo el país entre 2013 y 2018.
Hace un par de semanas, una investigación interna determinó que lo mejor era despedir a Pantaleo, quien intentaba arrestar a Garner por vender cigarrillos ilegalmente en Staten Island.
La pesquisa no se realizó hasta que la presión social se hizo inaguantable para las élites de los cuerpos de seguridad. Antes, un jurado había desestimado presentar cargos contra el agente, e incluso fiscales federales se apartaron de un posible persecución judicia, aunque la autopsia determinaba que la llave en el cuello fue clave para el asesinato de Garner.
“Queda claro que Daniel Pantaleo no puede servir más como agente policial de Nueva York”, anuncio el comisario James O’Neill, quien trató de diluir la gravedad del asunto. “Si yo hubiera estado en la situación del agente Pantaleo hubiera cometido los mismos errores”, confesó. “Ser un agente policial es uno de los trabajos más duros del mundo”, añadió.
Emerald Garner, una de las hijas de la víctima, respiró aliviada. “Finalmente se tomó una decisión que se tendría que haber tomado hace cinco años”, se quejó. Prometió sin embargo seguir con el activismo contra la brutalidad policial.
“Finalmente hemos visto justicia”, se congratuló el alcalde de la ciudad, el demócrata Bill de Blasio, quien también es candidato presidencial. “Hemos visto como el proceso disciplinario de la policía de Nueva York actúa de forma justa e imparcial”. El abogado de Pantaleo anunció que su cliente llevará el despido a los tribunales.