Washington.— Las esperanzas de tener una vacuna contra el coronavirus pronto sufrieron ayer un duro golpe, con el anuncio de la farmacéutica Johnson & Johnson de que suspende temporalmente sus ensayos debido a que uno de los voluntarios desarrolló una enfermedad “inexplicable”.

“Hemos detenido temporalmente la administración de nuevas dosis en todos nuestros ensayos clínicos de la vacuna contra el Covid-19, incluyendo el ensayo de fase 3 ENSEMBLE, debido a una enfermedad inexplicable en un participante del estudio”, dijo la compañía en un comunicado.

La pausa significa que el sistema de inscripción en línea fue cerrado para el ensayo clínico de 60 mil pacientes. La farmacéutica estadounidense no aclaró de qué enfermedad se trata o la situación del voluntario, y dijo que se investiga si recibió vacuna o placebo. El caso es investigado por médicos de Johnson & Johnson, pero también por el Comité independiente de Monitoreo de Seguridad de Datos (DSMB, por sus siglas en inglés).

México es uno de los países que, se anunció a fines de septiembre, participaría en la fase 3 de pruebas de esta vacuna.

El 8 de septiembre, otra farmacéutica, AstraZeneca, informó de la suspensión de ensayos de su candidata a vacuna contra el Covid-19, después de que una voluntaria desarrolló mielitis transversa. Después se supo que fueron dos, pero los ensayos se reanudaron dado que no hubo pruebas concluyentes de que los padecimientos hayan sido resultado directo de la vacuna.

“No” a inmunidad de rebaño

En tanto, el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom, advirtió que la inmunidad de rebaño contra el Covid-19 es “científica y éticamente problemática”, recalcando que “no es una opción” viable como medida sanitaria.

En momentos en que se vive un alarmante rebrote en Europa, donde ciudadanos cada vez están menos dispuestos a quedarse en casa, o a adoptar medidas de distanciamiento o uso de cubrebocas, Adhanom señaló que “nunca en la historia de la salud pública se ha usado la inmunidad colectiva como estrategia para responder a una epidemia, y mucho menos a una pandemia”. “Dejar vía libre a un virus peligroso, del que no comprendemos todo, es simplemente contrario a la ética. No es una alternativa”, insistió.

Adhanom Ghebreyesus aclaró que la inmunidad de rebaño es un concepto utilizado para la vacunación, pero solamente cuando una población puede ser protegida de cierto virus. “Por ejemplo, la inmunidad colectiva contra el sarampión requiere que cerca de 95% de la población haya sido vacunada; el 5% restante será protegida por el hecho de que el sarampión no se propaga entre quienes están vacunados. Para la polio, el umbral es de 80%”, arguyó. “La inmunidad de rebaño es lograda protegiendo a las personas de un virus, no exponiéndolas”, aclaró.

“Llegado cierto punto no hay otra cosa que hacer que dar órdenes de quedarse en casa para ganar tiempo y usarlo para elaborar planes, preparar a los trabajadores sanitarios y mejorar los test”, reconoció.

Por su parte, la directora técnica de la OMS para el Covid-19, Maria Van Kerkhove, señaló que preocupan los efectos a largo plazo de la enfermedad. “No sólo nos inquietan los casos, las hospitalizaciones o las muertes, sino los impactos a largo plazo que empezamos a ver en individuos que incluso pasaron la enfermedad con síntomas leves”, precisó.

“Sólo ahora empezamos a ver estos efectos en corazón, cerebro, pulmones o salud mental”, agregó la experta para explicar por qué sigue siendo importante combatir el aumento de los contagios, aun cuando la mortalidad del virus SARS-CoV-2 es ahora relativamente baja, de sólo 0.6% de los casos.

Francia registró ayer 96 muertes por coronavirus en las últimas 24 horas, frente a los 46 del día anterior, que elevan la cifra de fallecimientos desde el inicio de la epidemia a 32 mil 825.

El primer ministro, Jean Castex, no descartó imponer confinamientos locales en algunas regiones.

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