La tensión continúa en las calles de Venezuela.
Este miércoles, numerosos grupos de ciudadanos volvieron a salir a las calles de Caracas y otros puntos del país a manifestarse en contra y a favor del gobierno de Nicolás Maduro, un día después del "levantamiento" impulsado por los líderes opositores Juan Guaidó y Leopoldo López, que derivó en fuertes disturbios y contó con el respaldo de algunos uniformados.
Tanto Maduro como Guaidó, reconocido como "presidente interino del país" por medio centenar de países, habían convocado grandes marchas para este primero de mayo y se espera que los sucesos ocurridos el martes aumenten la participación ciudadana en las manifestaciones.
"Vamos a seguir en las calles, vamos a tener acciones de protesta todos los días (...). Si el régimen creía que habíamos llegado al máximo de presión, se equivocaron", manifestó Guaidó este miércoles en uno de los puntos de la protesta.
El llamado de Guaidó el martes a encarar la "fase final" de lo que llama "Operación Libertad", el movimiento para derrocar a Maduro, llevó a una intensa jornada de violentos enfrentamientos entre civiles y fuerzas de seguridad leales al gobierno chavista.
El líder opositor apareció a primera hora de la mañana del martes a las puertas de la base militar La Carlota, en el corazón de Caracas, junto a un grupo de uniformados que habían dado la espalda a Maduro y Leopoldo López, liberado de su arresto domiciliario, dijo, por un "perdón presidencial" concedido por Guaidó.
El día de disturbios acabó con las declaraciones de Maduro y Guaidó: el primero, rodeado de mandos militares, asegurando que derrotaron el levantamiento "promovido por el imperialismo estadounidense" y el segundo instando a continuar la lucha y asegurando que Maduro no cuenta "con el respaldo de las fuerzas armadas".
En la mañana, comenzaron a llegar los primeros grupos ciudadanos a las concentraciones convocadas a favor y en contra del oficialismo.
Por un lado, se pudo ver a ciudadanos con pancartas pidiendo la salida de Maduro ("No a la dictadura") y, por otro, a miembros de la Milicia Bolivariana con mensajes al "comandante" Maduro.
En la intervención de Guaidó en la marcha esta mañana, llamó a paros escalonados a partir de mañana hasta acabar en una huelga general.
Además, afirmó: "Queremos insistir en que todas las Fuerzas Armadas se manifiesten conjuntamente; aquí no estamos pidiendo un enfrentamiento entre hermanos, muy al contrario".
El presidente de la Asamblea Constituyente de Venezuela y uno de los principales líderes del oficialismo, Diosdado Cabello, también se pronunció este miércoles en una de las marchas a favor de Maduro.
En ella, aseguró que durante el "levantamiento" impulsado por Guaidó, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana "como bloque, se mantuvo estructuralmente unida más allá de dos o tres deserciones", que consideró "una anomalía muy escuálida".
En Caracas, según la cadena de televisión venezolana VPI, la Guardia Nacional "reprimió" a grupos ciudadanos y medios de comunicación que se encontraban cerca de la base militar La Carlota.
En ese punto, que fue clave el día anterior, la Guardia Nacional disparó gases lacrimógenos contra los manifestantes, que les tiraron piedras y trataban de bloquear una vía cerca de las instalaciones de la fuerza aérea, informó la agencia AFP.
El conflicto adquirió una dimensión internacional, por la implicación de grandes poderes mundiales como Estados Unidos o Rusia.
Tras lo ocurrido el martes, Washington, que apoyó a Guaidó desde que se declarara "presidente encargado" del país, aseguró que Maduro estaba listo para irse del país el mismo martes pero que los rusos le convencieron para no hacerlo, un extremo que negó el propio Maduro horas después.
Estados Unidos también afirmó que varios miembros del gobierno venezolano estaban de acuerdo en que Maduro debía irse y les instó a cumplir con sus "compromisos" para que eso ocurriera.
De momento, no obstante, no hubo ningún indicativo de que esto fuera así. "Siga soñando", le espetó el martes el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, al secretario de Seguridad Nacional de EU, al respecto.
Tras lo ocurrido el martes, el enviado de EU para Venezuela, Elliott Abrams, dijo en una entrevista con la Agencia Efe que los altos cargos chavistas que negociaban con la oposición la salida de Maduro han "apagado sus celulares" y no responden.
EU insistió ayer en que la intervención militar sigue siendo una opción, pero afirmó que prefiere una transición pacífica en Venezuela.
Por su parte, Rusia, estrecho aliado a Maduro, advirtió a Washington contra llevar a cabo medidas más "agresivas".
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