San José. – “En México nos siguen arrebatando a los bebés de los brazos de las madres. Nos los roban y los desaparecen”.
Así, enfática, sin titubear, con un profundo dolor, la mexicana Maribel Enciso, de 43 años, narró a EL UNIVERSAL las angustias que sufre desde que, al mediodía del 21 de septiembre de 2010 en Tecamac, Estado de México, un hombre le robó a su única hija —María José Monroy Encino, de 11 meses— y sumió a su familia en un calvario interminable de misterio y esperanza, desencanto y reproche.
Maribel, su esposo —a quien ella, por seguridad de él, solo prefirió identificar como Monroy— y el resto de sus parientes se sumaron a las decenas de miles de familias mexicanas que son buscadoras de las decenas de miles desaparecidos en México y que, en su incansable labor, soportan una amenaza constante de las redes criminales y subsisten en riesgo de muerte.
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El más reciente ejemplo de ese peligro se registró el pasado 30 de agosto en México con la privación de libertad y el asesinato de la mexicana Rosario Rodríguez Barranza, de 44 años y madre buscadora de Fernando Abixahi Ramírez Rodríguez, desaparecido en 2019 cuando tenía 20. El homicidio coincidió con el recuerdo, en esa fecha, del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas.
Rosario fue sorprendida cuando se dirigía a su casa luego de salir de una misa en honor a su hijo en la colonia Palos Blancos, en la localidad de La Cruz del municipio de Elota, en el estado de Sinaloa. En un hecho que se desarrolló en presencia de Alonso, hijo de Rosario, un comando de hombres armados la atacó y se la llevó y al día siguiente apareció asesinada, pero el deceso habría ocurrido el mismo martes, según datos oficiales.
María José y Fernando Abixahi engrosan la lista de más de 94 mil personas de ambos sexos desaparecidas en diferentes zonas mexicanas a partir del 15 de marzo de 1964, de acuerdo con los recuentos de la Secretaría de Gobernación de México. Rosario pasó a la lista de las víctimas paralelas de un fenómeno de incesante hostigamiento a familiares y allegados.
“Es un drama tremendo”, relató Maribel.
En vísperas de cumplirse este mes 12 años de la desaparición de María José, la madre buscadora reafirmó que, pese al correr del tiempo, “no perdemos la esperanza de encontrarla… con el apoyo de los mexicanos y de personas de otros países”.
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