El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, eligió a Alex Azar , un exalto ejecutivo de la industria farmacéutica, para cubrir el cargo de secretario de Salud y Servicios Humanos , vacante desde que a finales de septiembre un escándalo de gasto de dinero público en jets privados obligara a dimitir al cirujano Tom Price de ese puesto.
Azar, de intachables credenciales conservadoras y de 50 años, tiene experiencia en el servicio público (fue subsecretario de salud en la primera etapa del gobierno de George W. Bush) , desde donde dio el salto a Lilly USA, la principal filial de Eli Lilly and Co., una de las 1 5 farmacéuticas más grandes del mundo.
Ahí llegó a ser presidente de la compañía, puesto que dejó el pasado enero para iniciar una carrera como consultor externo en asunto de s eguros médicos y salud.
“Feliz de anunciar que estoy nominando a Alex Azar para ser el próximo secretario de Salud y Servicios Humanos. ¡Será una estrella para un mejor seguro de salud y precios de medicamentos más bajos!”, tuiteó el presidente desde Asia, donde todavía está de gira.
Es precisamente el último aspecto, el de los precios de la medicación , el que ha levantado las dudas entre los senadores que tendrán que aprobar su nominación. Si bien durante la campaña electoral Trump acusó a las farmacéuticas de “salirse con la suya” y enriquecerse gracias a los altos costes de sus productos, la elección de Azar, un exejecutivo del sector, cierra la puerta a esa promesa.
Donde no hay duda es en el compromiso del Azar con mantener el esfuerzo para derogar y substituir la reforma sanitaria impulsada por Barack Obama, conocida como Obamacare, una de las principales promesas del Partido Republicano desde hace siete años.
A pesar de tener el control total del Congreso y la Casa Blanca, los conservadores han visto como una vez tras otra tenían que retirarse humillados en sus intentos.
Desde su actual posición de consultor y analista, Azar ha sido un ferviente crítico de Obamacare , con apariciones y comentarios constantes en la cadena de televisión conservadora Fox y todas sus filiales.
Si supera la presión por su pasado en la industria farmacéutica, la nominación de Azar se corroborará como una decisión práctica y sin escándalo, que no debería pasar apuros en el Senado. Su perfil tecnócrata y reputación de persona metódica está bien visto por las élites de Washington, así como parece contar con el respaldo y la cercanía al vicepresidente Mike Pence, al que conoció cuando éste era gobernador de Indiana.
lsm