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De 35 años, hijo del magnate Álvaro Noboa, quien fuera cinco veces candidato presidencial, Daniel Noboa decidió apostarle a los jóvenes, con una campaña centrada en crear empleos y “acabar con los corruptos de siempre”.
Con un gran dominio de las redes sociales, incluido TikTok, el exdiputado ha sido la sorpresa de la campaña, mostrándose como una figura joven, capaz de enfrentar la inseguridad, pero también de generar oportunidades y de ser distinto del establishment. Su imagen fresca lo posicionó y terminó convirtiéndolo en el ganador de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, con lo que se convertirá en el presidente más joven que haya tenido el país.
Su rival, Luisa González, admitió su derrota la noche de este domingo.
Noboa logró posicionarse, en parte, gracias a la ayuda de su esposa Lavinia, conocida influencer de nutrición que apostó sus energías a impulsar a su marido.
Su buen manejo del discurso político lo posicionó durante los debates. Sin embargo, la izquierda lo pinta como un hombre que sólo defenderá a “los más ricos”, como él.
Gracias a ello este domingo, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, ha llevado la delantera frente a la correísta Luisa González.
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Aparte de su esposa, expertos dicen que la presencia de su madre, Annabella Azín, y de su tía Isabel han fortalecido su mensaje de servicio social y de unidad familiar. Además, esos parientes mantienen la presencia del padre, quien no aparece en los actos de campaña.
En sus redes sociales, a donde ha trasladado sus mensajes de campaña, ha indicado que es posible proporcionar seguridad en el país si se estimula la creación de trabajo y se ofrecen alternativas que permitan disminuir las tasas de violencia. “Trabajo con seguridad” ha sido uno de sus lemas.
Aparte de la faceta familiar, el aspirante muestra ser un deportista, que corre, va al gimnasio y es un músico que canta y toca en la guitarra eléctrica temas de Maná, Juan Gabriel y hasta Metallica. También aparece frecuentemente con su hijo Álvaro de un año y con Luisa de cuatro. Ella es hija de su primer matrimonio, el cual no ha estado exento de polémica en torno a infidelidades y polémicas judiciales.
Su otro rol, que es criticado por la izquierda, es la del empresario. Su abuelo, Luis Noboa Naranjo, fundó la dinastía familiar y se le conoce por ser uno de los hombres más poderosos de Ecuador en el siglo XX.
Daniel, quien presentó su candidatura respaldado por la alianza Acción Democrática Nacional (ADN), integrada por los movimientos Pueblo, Igualdad y Democracia (PID) y Mover (antes Alianza PAIS), fue formado en universidades de Estados Unidos.
Con un título en administración de negocios y otro en administración pública por la universidad de Harvard, el aspirante que se coló al balotaje con 23.4% de los votos fundó su primera empresa a los 18 años y durante casi una década trabajó en la empresa de su padre, donde llegó a ser director comercial de Corporación Noboa.
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Sin embargo, la piedra en el zapato es esa empresa, que tiene pagos pendientes de impuestos de unos 88.46 millones de dólares y 880.47 millones de deuda en impugnación, una vía administrativa que permite ventilar las diferencias entre los contribuyentes y el organismo tributario. El candidato y sus empresas no registran deudas pendientes en el órgano tributario.
Inició su carrera política en 2021, cuando logró una curul en la Asamblea Nacional, disuelta por el decreto de muerte cruzada, y fue presidente de la Comisión de Desarrollo Económico, Productivo y la Microempresa
Entre las promesas del aspirante y próximo presidente ecuatoriano, quien usa chaleco antibalas y cuando es necesario se moviliza en su propio helicóptero, están unificar una central de inteligencia, proveer de insumos y alta tecnología a la policía y militarizar cárceles, puertos y vías para neutralizar la violencia.
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