Érika Souza Vieira Nunes, la brasileña de 42 años que hace dos semanas desató un escándalo al para solicitar un préstamo, aseguró que "no soy un monstruo".

Vieira fue detenida in fraganti el pasado 16 de abril, cuando llegó al banco Bangu, en el barrio del mismo nombre, en Río de Janeiro, con su tío, Paulo Roberto Braga, en una silla de ruedas. Una vez allí, dijo que él quería solicitar un préstamo, pero el personal del banco se dio cuenta de que el hombre no respondía y algo estaba mal, mientras ella le insistía a él en que debía firmar unos documentos. El hecho quedó grabado en las cámaras del banco y la mujer fue detenida.

El Ministerio público (MPRJ) la acusó de tentativa de peculado y y fue trasladada a la prisión de Djanira Dolores, también en Bangu, de la que hace unos días salió para seguir su proceso en libertad.

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Sin embargo, en declaraciones al programa de TV brasileño Fantástico, Vieira se defendió de quienes la acusan de haber aprovecharse de un cadáver y de querer cometer un fraude en el banco.

"No sabía que mi tío había muerto. Es absurdo lo que dice la gente. No soy esa persona de la que hablan, no soy ese monstruo", aseguró, entre lágrimas.

Vieira está en tratamiento de salud mental. De hecho, entre los factores que la jueza Luciana Mocco, del 2º Juzgado Penal de Bangu, consideró para decidir enviarla a su casa está su "mala salud mental" y el hecho de que tiene a su cargo a una menor con capacidades diferentes que requiere de su cuidado.

En la primera entrevista que concede desde lo ocurrido, la brasileña dijo que, debido a la medicación que utiliza, no recuerda bien lo ocurrido el 16 de abril. "No sé si fue el efecto de las pastillas que había tomado aquel día y que tomaba de vez en cuando", explicó a Fantástico.

"Como estoy en tratamiento, estaba tomando un somnífero llamado Zolpidem y tomé más de lo que debía", narró. El Zolpidem es un fármaco que se usa para tratar los trastornos del sueño.

Según la mujer, su tío le pidió que le sujetara la cabeza antes de entrar al banco. El hombre acababa de ser dado de alta del hospital, donde lo atendieron por neumonía, pero de acuerdo con el testimonio de ella, fue él quien insistió en ir al banco.

El tío, detalló, quería el préstamo para pagar por unos cambios en la casa que compartían. El hombre, alegó, "nunca tuvo ingresos" y la familia "siempre le ayudó".

La fiscalía acusa a la brasileña de vilipendiar, "consciente y voluntariamente", el cadáver de su tío y de mostrarle una "total falta de respeto", así como de tratar de defraudar al banco, haciendo creer que el hombre estaba vivo, para obtener el préstamo. Asimismo, la fiscalía busca que se le acuse de "homicidio culposo", por la "flagrante omisión de asistencia" que habría cometido al llevar al tío, quien se encontraba, según testigos, "en una situación crítica que amenazaba su vida", al banco en vez de regresarlo al hospital.

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“El crimen no se llevó a cabo debido a que los empleados del banco, al notar que el anciano Paulo Roberto Braga estaba en mal estado, pálido y sin poder firmar un documento, llamaron al Servicio Móvil de Atención de Emergencias, quienes confirmaron la muerte”, describe un extracto de la denuncia.

El jueves pasado, cuando Vieira salió de prisión, su familia la estaba esperando afuera. "Los días lejos de mi familia han sido horribles, muy difíciles", subrayó en la entrevista.

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mgm

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