Un helicóptero Black Hawk en el que viajaban el presidente Iván Duque y su comitiva fueron atacados a balazos ayer en Cúcuta.

La nave, blindada, venía de la región de Sardinata. Al momento de aterrizar en el aeropuerto de Cúcuta fue atacada con disparos de fusil, al menos tres de los cuales habrían impactado en la nave.

En el helicóptero viajaban también los ministros de Defensa, Diego Molano; y del Interior, Daniel Palacios. Pese a la situación, el aterrizaje fue normal y todos los ocupantes están sanos y salvos.

Se realizó una operación candado en el barrio Camilo Daza, desde donde habrían disparado los delincuentes.

El presidente Duque declaró: “He dado instrucciones muy claras a todo el equipo de seguridad de ir detrás de quienes dispararon contra la aeronave y pusieron en riesgo también las vidas de otras personas.

“Colombia sigue siempre fuerte enfrentando la criminalidad y nuestras instituciones están por encima de cualquier amenaza”, dijo el presidente. “Nuestro Estado es fuerte y Colombia es fuerte para enfrentar estas amenazas”, aseveró. “Aquí no nos amedrentan con violencia ni nos amedrentan con terrorismo”, declaró.

Duque explicó también que “tanto el dispositivo aéreo como la capacidad de la aeronave evitaron que ocurriera algo letal”.

“No nos van a amedrentar”, responde Duque tras atentado
“No nos van a amedrentar”, responde Duque tras atentado

“Contra la institucionalidad”

“Los terroristas y el narcotráfico no podrán amedrentar jamás a esos 49 millones 900 mil colombianos honestos que trabajamos por un futuro de progreso y equidad para toda Colombia”, reaccionó a través de sus redes sociales la vicepresidenta y canciller del país, Marta Lucía Ramírez. Organizaciones como Human Rights Wa- tch rechazaron lo que coincidieron en llamar un “atentado”.

El partido oficialista Centro Democrático señaló que “además de ser un ataque contra su integridad, es un ataque contra la institucionalidad”. “Cualquiera que sean las distancias que nos separen, rechazo el atentado contra el presidente. Una democracia consiste en que nadie muera por sus ideas”, dijo el senador Gustavo Petro, líder de la oposición.

La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, dijo que este es “un atentado contra ciudadanos, contra el presidente y contra nuestra democracia”. Las autoridades no han dicho si los disparos fueron realizados desde territorio colombiano o venezolano.

Cúcuta, la ciudad a la que se transportaba, se mantenía en alerta de seguridad debido a que el 14 de junio se registró un atentado con un coche bomba en una base militar que causó 36 heridos, entre militares y civiles. La capital de Norte de Santander y todo el departamento llevan años soportando altísimos niveles de delincuencia y violencia.

Sin descartar un francotirador

Según El Tiempo, el aeropuerto Camilo Daza está rodeado por algunas zonas de invasión en las que tradicionalmente las condiciones de seguridad han sido precarias y donde la presencia de milicias, especialmente del ELN, es frecuente. Las autoridades creen que pudo tratarse de un francotirador que intentó impactar las áreas menos protegidas del helicóptero blindado que son además claves para mantenerlo en vuelo.

Disidentes de la disuelta guerrilla FARC, rebeldes del ELN y otros grupos armados se disputan las rentas del narcotráfico en la zona aprovechando la frontera de 2 mil 200 kilómetros entre Colombia y Venezuela.

México rechaza violencia

El canciller mexicano Marcelo Ebrard expresó su “solidaridad” con Duque y rechazó la “violencia” tras el ataque a disparos que sufrió el helicóptero del mandatario cuando se disponía a aterrizar. “EU condena enérgicamente el cobarde ataque contra el helicóptero en que viajaban el presidente Iván Duque, su ministro de Defensa, del Interior y el gobernador de Norte de Santander”, se pronució el gobierno estadounidense. Perú, Paraguay, Argentina y Chile también condenaron el atentado.

A casi dos décadas de casa bomba

Se trata del primer atentado contra un presidente colombiano en casi dos décadas. En febrero de 2003 una carga explosiva de 20 kilos oculta en una vivienda aledaña al aeropuerto de la ciudad de Neiva fue detonada previo al aterrizaje del entonces presidente Álvaro Uribe. El hecho, atribuido a las desaparecidas FARC, dejó 15 muertos y 66 heridos. Con información de agencias

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