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Washington.— El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se distanció ayer de su ex abogado personal Michael Cohen, condenado el miércoles a tres años de cárcel por violar las normas de financiamiento de campañas y otros delitos, al asegurar que nunca le ordenó “violar la ley”.
Después de haber mantenido un poco habitual silencio de casi 24 horas en las redes sociales, Trump comentó ayer por primera vez la sentencia a Cohen en una serie de tuits. “Nunca ordené a Michael Cohen violar la ley. Es un abogado y se supone que conoce la ley”, recalcó Trump sobre quien fuera uno de sus colaboradores más cercanos.
Cohen se convirtió esta semana en la primera persona del círculo cercano al presidente en ser condenada a prisión por una serie de cargos que incluyen asuntos vinculados a la investigación sobre la trama rusa, como mentir al Congreso sobre el proyecto del ahora mandatario de ubicar en Moscú una Torre Trump.
El ex abogado se declaró culpable tanto en ese caso dirigido por el fiscal especial que investiga la trama rusa, Robert Mueller, como en otro encabezado por fiscales de Nueva York, que lo acusaban de evasión de impuestos y violaciones de la ley de financiación de campañas electorales por el pago a dos mujeres, a las que Trump quería silenciar por haber cometido adulterio con ellas. Cohen admitió que los pagos se hicieron para evitar un posible escándalo en el momento culminante de la campaña presidencial de 2016, en la que Trump derrotó a su oponente demócrata, Hillary Clinton. El abogado dijo a la corte que había sentido que era su deber “encubrir los actos sucios” del presidente.
Sin embargo, Trump afirmó ayer que las cosas “malas” que hizo Cohen no tenían relación con él y que su ex letrado “simplemente aceptó esos cargos para avergonzar al presidente” y obtener “una sentencia de prisión muy reducida”.
El panorama se le sigue complicando a Trump. Según el diario The Wall Street Journal (WSJ), fiscales federales de Nueva York han iniciado una investigación sobre posible malversación de fondos por parte del comité encargado de la ceremonia de inicio de su gobierno, en enero de 2017.
En su sitio de internet, el Journal destacó que la investigación se enfoca en determinar si el comité malgastó parte de los 107 millones de dólares que recaudó de donaciones para la ceremonia, según fuentes familiarizadas con el tema. La pesquisa criminal, realizada por la fiscalía de Manhattan, se encuentra en sus primeras etapas, puntualizó el diario.
La pesquisa también busca establecer si algunos de los principales donantes del comité dieron dinero a cambio de acceso al gobierno de Trump, concesiones políticas o para influir en el nombramiento de cargos de la administración. Ofrecer dinero a cambio de favores políticos podría ir en contra de las leyes federales de corrupción. Además, desviar fondos de la comité de la inauguración, registrado como una organización sin fines de lucro, también podría violar la ley federal, precisó el WSJ.
Agente rusa confiesa. En tanto, Maria Butina, la presunta agente encubierta rusa que fue detenida en EU en julio pasado, se declaró culpable ayer de un cargo de espionaje presentado contra ella en un tribunal federal de Washington y aceptó cooperar con las autoridades.
“Culpable”, aseguró la espía, de 30 años, ante la juez del caso, Tanya Chutkan. El delito podría acarrearle una condena máxima de cinco años de prisión. Su colaboración podría permitir a las autoridades de EU conocer los intentos de Moscú de influir en su política nacional.