El peor incendio residencial registrado en los últimos 25 años en Nueva York, que dejó el jueves un saldo de 12 muertos y cuatro personas en estado crítico, comenzó cuando un niño jugaba con una estufa y se extendió en pocos minutos a todos los pisos de un edificio del barrio del Bronx, dijeron ayer las autoridades.
“Verificamos que el fuego se inició en una cocina del primer piso. Fue iniciado por un niño, de tres años y medio de edad, quien jugaba con la hornalla de una cocina”, informó a la prensa el jefe del Cuerpo de Bomberos de la ciudad, Daniel Nigro.
De acuerdo con el funcionario, una vez que comenzó el fuego “la madre no lo percibió. Ella apenas se dio cuenta por los gritos del niño”.
El niño de tres años y medio, su madre y otro menor lograron escapar de su departamento que estaba en el primer piso, pero dejaron la puerta abierta detrás de ellos, lo que ocasionó que se formara una especie de chimenea que hizo que el humo y las llamas subieran por el cubo de la escalera. Desde ahí, el incendio se propagó por los cinco pisos del edificio que tiene casi un siglo de existencia, ubicado cerca del Zoológico del Bronx.
Al menos 20 personas lograron escapar por las salidas de emergencia en la plena noche gélida del jueves, pero otros no pudieron.
“Las personas tuvieron muy poco tiempo para reaccionar”, dijo Nigro. Los bomberos llegaron en unos tres minutos y salvaron a mucha gente, pero “esta pérdida no tiene precedentes” y añadió: “Cuatro personas que resultaron gravemente heridas aún están hospitalizadas y luchan por sus vidas”.
El alcalde Bill de Blasio había informado de la muerte de 12 neoyorquinos en el incendio, al que calificó de “indescriptible tragedia”.
“Este es el peor incendio que hayamos tenido en esta ciudad desde al menos un cuarto de siglo”, afirmó.
Entre los muertos hay tres niñas de entre uno y siete años y un adolescente no identificado, informó ayer la policía. Los bomberos aún continúan registrando el edificio en busca de otras posibles víctimas.
Fernando Bátiz dijo que su hermana de 56 años, María Bátiz, y su nieta de ocho meses murieron, mientras que la madre de la bebé sobrevivió. “Pienso que el humo la asfixió. Todo pasó muy rápido”, relato.
Dijo que su hermana, quien trabajaba en un asilo, era una persona generosa que le ayudó cuando él no tenía donde vivir.
Una familia perdió a cuatro miembros: Karen Stewart-Francis, sus hijas Kiley Francis y Kelly Francis, de dos y siete años, y su prima Shawntay Young, de 19, dijeron familiares.
Holt Francis, esposo de Karen, está hospitalizado. “No sé qué hacer, no sé cómo sentirme. Cuatro al mismo tiempo”, dijo Ambrozia Stewart, madre de Stewart-Francis.
Thierno Diallo, un guardia de seguridad de 59 años oriundo de Conakry, Guinea, quien vivía en la planta baja, dijo que estaba durmiendo cuando golpearon a su puerta. Le tomó unos instantes comprender lo que sucedía. “Escuché a la gente gritar: ‘¡Hay fuego en el edificio!’”, dijo.
Algunos inquilinos, una mezcla de neoyorquinos e inmigrantes latinos y africanos, vieron humo demasiado denso como para caminar a través de él y bajaron por las escaleras de emergencias, cargando a niños.
Una escuela que está cerca del lugar del siniestro fue transformada en centro de emergencia para los habitantes del inmueble incendiado, ya que la temperatura era extremadamente fría, de alrededor de menos 10 grados centígrados.
El incendio comenzó poco antes de las 7:00 de la tarde del jueves y se extendió rápidamente.
Nigro dijo que el incendio es “de magnitudes históricas”, debido al número de víctimas fatales. Fue el más grave desde 1990, cuando 87 personas, incluyendo 11 niños, murieron en un siniestro en el Bronx.
El edificio tenía más de 20 unidades y carecía de dispositivos modernos contra incendios tales como sistemas de aspersores y estructura de acero.
El edificio no tiene una historia importante de violaciones a las normas, de acuerdo con Matthew Creegan, portavoz de Desarrollo y Preservación de Vivienda de la ciudad.
La compañía propietaria del inmueble, D&E Equities, dijo el viernes a través de un portavoz que estaba “pasmada y entristecida” por la tragedia.