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Una niña de 11 años que resultó embarazada logró interrumpir su embarazo , después de que una jueza se lo impidiera y la enviara a una casa de acogida.
El Ministerio Público de Brasil informó este jueves que se realizó la interrupción del embarazo e la niña, y lamentó “la triste situación vivida”, a la vez que reafirmó su “compromiso de garantizar el efectivo respeto a los derechos fundamentales consagrados en la Constitución”.
Con 22 semanas de embarazo , la niña llegó en mayo, acompañada de su madre, a un hospital en Florianópolis, en el estado de Santa Catarina, para someterse a una intervención.
La familia se dio cuenta del embarazo de la menor por sus náuseas y porque comenzó a crecerle el estómago.
La ley brasileña autoriza el aborto en casos de violación , cuando está en riesgo la vida de la madre o cuando el feto presenta anencefalia.
Sin embargo, a pesar de que de acuerdo con una doctora que habló con The Intercept Brasil la niña corría riesgo de ruptura uterina, anemia, eclampsia y secuelas irreversibles, la juez Joana Ribero buscó convencer a la menor de que no abortara y en vez de ello entregara al bebé en adopción.
“¿No aguantarías un poquito más? ¿Crees que el padre del bebé estaría de acuerdo en entregarlo en adopción?”, fueron algunas de las preguntas que hizo la juez a la niña, de acuerdo con videos de la audiencia obtenidos por The Intercept.
Ante la sospecha de que la menor pudo ser violada en el ámbito familiar , y para evitar que “la madre efectuase algún procedimiento para provocar la muerte del bebé”, la niña fue enviada a una casa de acogida.
Tras revelarse lo ocurrido, el Ministerio Público intervino, y la juez se encuentra bajo investigación por parte del Consejo Nacional de Justicia.
Niño de 13 años, el padre del bebé
En cuanto al delito de violación , la investigación policial concluyó sin acusar a nadie. La razón: la policía concluyó que el principal sospechoso de haber embarazado a la niña es un niño de 13 años, cercano a ella y con el que mantuvo relaciones. La conclusión fue enviada al Ministerio Público, que aún está evaluando si está de acuerdo con el resultado de la investigación policial, informó O Globo.
El diario brasileño citó a fuentes vinculadas con las investigaciones penales, según las cuales, la niña admitió ante la policía que tuvo relaciones sexuales con un niño de 13 años. Una de las fuentes aseguró que además de la víctima, el otro menor confirmó que se habría tratado de una “relación consentida”.
Bajo la ley brasileña, el acto constituye de todas maneras una violación, por tratarse de una persona vulnerable, pero dado que la relación fue consentida, no hubo acusación. Según el artículo 217 del Código Penal, “tener relaciones sexuales o realizar otro acto lascivo con un menor de 14 años” puede acarrear una pena de ocho a 15 años.
La posibilidad de un indulto
El abogado y profesor de Derecho Penal de la UFF, Daniel Raizman, explicó a O Globo que en este caso se puede otorgar la remisión (indulto), si así lo aprueba el juez.
“En rigor, ambos son perpetradores [de violación] en relación con el otro y también víctimas de la conducta del otro”, detalló. Pero el Ministerio Público puede proponer la remisión de los dos y así solucionar al conflicto. Ello no incide en que la menor pueda, como hizo, someterse a una interrupción del embarazo porque, finalmente, fue víctima de violación .
En 2021, la Octava Sala Civil del Tribunal de Justicia de Rio Grande do Sul sentó un precedente para casos de esta naturaleza, al absolver a un menor de 14 años por tener relaciones sexuales con una menor de la misma edad. El niño fue sentenciado a sanciones socioeducativas: prestación de servicios a la comunidad durante seis meses.
En el recurso, recordó O Globo, la defensa argumentó que los dos niños tenían edades similares y que ambos estaban insertos en el mismo contexto de descubrimiento de la sexualidad. Los jueces, entonces, entendieron que las medidas socioeducativas eran inadecuadas y aplicaron la "excepción de Romeo y Julieta", que relativiza la presunción de vulnerabilidad, considerando la diferencia de menos de cinco años de edad entre ambos. La sentencia fue que no habría violación “siempre que la relación fuera consentida, sin violencia y sin causar trauma sicológico”.
La investigación criminal en el caso de la niña de 11 años continúa. Está pendiente el resultado de un examen que prueba la paternidad del feto.
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