Miami.— En la carrera presidencial republicana para 2024, los aspirantes se siguen reacomodando, en medio de estrategias fallidas y otras imprevistas. Es el caso de , quien esperaba desbancar al gobernador de Florida, Ron DeSantis, en los caucus de Iowa y tuvo que conformarse con un tercer lugar.

Sin embargo, a decir de expertos, Haley se convirtió en la rival que Donald Trump no quería, la que los republicanos que no comulgan con el magnate ven como verdadera alternativa, más que DeSantis.

Eso explica por qué Trump y el propio DeSantis han enfocado baterías en su contra. En el debate del 6 de diciembre, DeSantis, gobernador de Florida, “fue particularmente agrio en sus críticas a Haley. La acusó de ceder a la presión izquierdista, dando a entender que su postura en cuestiones clave no era consistentemente conservadora”, dice a EL UNIVERSAL Hernán Molina, politólogo y analista en Los Ángeles, California.

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Esta acusación tenía como objetivo cuestionar la confiabilidad y firmeza de Haley con los valores republicanos fundamentales, un aspecto crítico en las primarias del partido, explica el experto.

Trump convirtió a Haley, a quien durante su administración designó como embajadora anta Naciones Unidas, en el nuevo blanco de sus teorías de la conspiración, acusándola de ser la candidata de los demócratas para “infiltrarse” en las primarias republicanas.

“La gente que está detrás de Nikki Haley está a favor de China, a favor de las fronteras abiertas (...) Si Haley gana, gana [el presidente Joe] Biden”, dijo Trump.

Haley está consciente de que el rival a vencer es Trump y de que si quiere lograrlo, no sólo tiene que mostrarse lo necesariamente distante de él, sino lo suficientemente republicana para no asustar a los conservadores. Por ello, ha optado por el discurso de la necesidad de nuevos liderazgos que defiendan los valores del país.

“Necesitamos un nuevo liderazgo para este país”, dijo, al criticar “el caos” que lleva Trump donde quiera que va, enfrentado a cuatro causas penales y 91 cargos.

Una pelea entre Trump y Biden, asegura, es más de lo mismo, y no llevará a Estados Unidos hacia el futuro, sino hacia la nostalgia y el estancamiento en el pasado.

Antes de retirarse de la contienda, el empresario Vivek Ramaswamy expresó su preocupación por la riqueza que acumuló Haley después de su mandato en un cargo público, insinuando una posible corrupción. “Estas acusaciones tenían como objetivo sembrar dudas sobre sus estándares éticos y su idoneidad para el cargo”, asegura Molina. Ramaswamy incluso llegó a llamar fascista a Haley, un término cargado de implicaciones políticas, con el objetivo de dañar su posición entre la base republicana.

Frente a estos ataques, Haley ha mantenido la confianza y el aplomo que la caracterizan. Ella se defendió de las acusaciones, calificándolas de infundadas y motivadas por celos políticos. “Su respuesta, enfatizando la atención que estaba recibiendo, sugirió que ella percibía estos ataques como un reconocimiento de ella por representar una amenaza importante rumbo a 2024”, dice Molina.

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Sin querer entrar en el juego de DeSantis y Trump, Haley ha dejado claro que ve como único rival a Trump. Por ello, canceló su participación en el debate del pasado martes, en New Hampshire, luego de que Trump se negara a participar.

Las encuestas muestran a la también exgobernadora de Carolina del Sur en empate técnico con DeSantis. De acuerdo con la encuestadora Suffolk University/Boston Globe/Usa Today, Haley supera en el segundo lugar a Ron DeSantis 19% a 10% en las preferencias de votantes republicanos primarios en el estado de New Hampshire, donde habrá primarias este 23 de enero. Trump se mantiene a la cabeza, pero con un margen mucho menor que en Iowa. El apoyo del gobernador Chris Sununu ha sido un factor clave para la exembajadora ante la ONU.

En otra encuesta realizada por InsiderAdvantage en toda la Unión Americana, Haley y DeSantis están en un empate técnico, ambos en segundo lugar, atrás de Trump con más de 55% de preferencia. Haley alcanza 14% frente a un 15% de DeSantis. “Lo que tiene a su favor Nikki Haley también es que es muy elocuente cuando habla, pero también tiene buena presencia”, comenta Molina. “Tiene gran experiencia como gobernadora, tiene experiencia internacional como embajadora ante las Naciones Unidas, no arrastra escándalos y definitivamente eclipsó [en el debate] a DeSantis”, dice.

El gran desafío es mostrarse diferente a Trump, sin parecer demasiado liberal y sin alejarse de las preocupaciones principales de los votantes republicanos. También ha tratado de sacar ventaja de los líos judiciales que enfrenta Trump, aunque hasta ahora ello no ha mermado la popularidad del magnate.

Al mismo tiempo, compara a Trump con el presidente Biden, intentando sacar provecho de la impopularidad de este último, y advirtiendo que el republicano, de 77 años, tampoco es mucho más joven que el demócrata, de 81 años.

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Luego de que Trump aparentemente confundiera a Haley con la exlideresa de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosy, por unos comentarios sobre el asalto al Capitolio, la republicana cuestionó si Trump es mentalmente apto para gobernar. Antes, Trump recurrió otra vez al racismo para atacar a sus adversarios: se burló del nombre de nacimiento de Haley, en un ataque en función de la raza, y sugirió que no la elegirá como su vicepresidenta.

La prueba de fuego para Haley es Carolina del Sur, donde habrá primarias el 24 de febrero y donde, habiendo sido gobernadora, Haley tendría que mostrar un buen desempeño. Hasta ahora, el promedio de encuestas de FiveThirtyEight dan a la republicana 24.9%, contra 54.8%; DeSantis va tercero, con 12.1%. El gobernador de Florida busca arrebatarle a Haley el segundo lugar y desinflar así la campaña de “la rival incómoda”.

En algún momento de esta contienda entrará a escena la selección de un compañero de fórmula presidencial. Y a decir de Molina, “es claro que DeSantis y Haley están también compitiendo por esa posibilidad”. DeSantis “es más compatible con la línea ultraconservadora de Trump”, señala el experto. “Pero de hace tiempo su relación se fracturó”. Haley ha sido más abiertamente crítica del magnate, a quien no ha dudado en llamar obsoleto. No obstante, Haley quizá está pensando más allá de este noviembre, buscando una oportunidad en 2028.

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