Managua.— Una persona murió y al menos otras cinco resultaron heridas tras un ataque ayer contra una marcha opositora en Nicaragua que demandaba la salida del gobierno de Daniel Ortega, en un rebrote de la violencia en el país.

El fallecido fue identificado como Max Romero, de 16 años, quien murió a consecuencia “del fuego cruzado”, según informó la policía en una nota que atribuye su deceso a los manifestantes. Una tía del joven, quien prefirió permanecer en el anonimato, negó a la prensa local esa versión. La mujer dijo que su sobrino iba a las marchas porque “no quería ver al país bajo la dictadura de Daniel Ortega”.

La represión a las protestas contra Ortega había cedido en intensidad en las últimas semanas, a la vez que aumentaron las detenciones, pero la violencia se desbordó nuevamente cuando la protesta fue atacada por personas armadas y antimotines. “Los paramilitares de Daniel Ortega me hirieron con un balazo”, señaló un manifestante de 41 años, quien prefirió no revelar su nombre. “Este hombre [Ortega] es el más malo que ha habido en la historia, ni Nerón, ni Herodes, ni Hitler, no hay ser con quien pueda compararlo”, dijo María, de 65 años.

El tiroteo se produjo cerca del mercado Iván Montenegro, al oriente de la ciudad, por donde transitaban miles de personas en la marcha denominada Somos la voz de nuestros presos políticos, informó el canal privado 100% Noticias.

Durante el trayecto también resultó herido en el brazo el periodista Winston Potosme, de 100% Noticias, mientras que una señora fue golpeada y otra herida en el pecho de gravedad, en otro punto de la marcha. La acción fue convocada por familiares de al menos 500 manifestantes presos por participar en las protestas contra el gobierno, que iniciaron el 18 de abril.

Los antimotines siguieron la marcha a bordo de camionetas y cuando los manifestantes pasaron por Las Américas se bajaron, formaron un cordón en los alrededores y después se escucharon disparos, observaron miembros de AFP. Tras el ataque, muchos ciudadanos se dispersaron y otros siguieron hacia el este.

La policía acusó del ataque a los participantes: “Fueron grupos violentos que se habían convocado a una marcha llamada pacífica” y que “atacaron a familias y sus viviendas con armas de fuego, morteros [bombas caseras] y piedras”. La oficina del Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos expresó su preocupación por la jornada violenta.

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