Luego de que un hombre de 53 años, identificado como Otoniel Orozco Mendoza, perdió la vida a balazos la mañana del lunes 3 de junio en los condominios Río Palma, en Guachipelín de Escazú, Costa Rica, Nicaragua, país de donde era originaria la víctima, denunció xenofobia.
La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, condenó el crimen, atribuyéndolo a la xenofobia y pidió justicia para la familia de Orozco. Informó además, que el cuerpo de la víctima fue repatriado y sepultado en su tierra natal, Trujillo, municipio de Ciudad Darío.
"Solo pedimos a las autoridades de Costa Rica que se haga un juicio y que el autor que se veía con una agresividad terrible, que reciba el castigo que merece, primero por xenófobo. Centroamérica ha sido tierra de migraciones siempre, no es nuevo.
"¿Cuántos familiares de uno han vivido en otros países centroamericanos a lo largo de los años? Y de verdad todos hemos trabajado y debemos trabajar por la hermandad mesoamericana y centroamericana, ese es un crimen imperdonable”, dijo la funcionaria nicaragüense.
Un juez de Costa Rica dictó prisión preventiva para el presunto responsable, Eduardo Ramírez, quien enfrentará un juicio por homicidio en aproximadamente un mes.
Según medios costarricenses, Ramírez hacía comentarios xenófobos contra Orozco Mendoza y cuestionaba su residencia en un condominio de cierto nivel económico. Ambos hombres tenían un historial de denuncias por agresiones, actos obscenos y provocaciones que se remontan a junio de 2022, de acuerdo con investigaciones de "La Teja".
Más que una pelea vecinal
El asesinato ocurrió a las 7:31 a. m. en el citado condominio, ubicado dos kilómetros al norte de Construplaza. El sospechoso del ataque es Ramírez, de 43 años, a quien la Policía Judicial detuvo y le decomisó un arma calibre 9 mm.
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Un video de 1 minuto y 43 segundos de duración que circuló este lunes por la tarde muestra cómo todo empieza por una discusión entre dos vecinas, de casas contiguas, pues la esposa de Ramírez le reclama a la cónyuge de Orozco que no le cierre la llave de paso del agua potable. Los reclamos entre ambas mujeres continúan, así que ambos hombres salen al jardín.
En determinado momento, Ramírez saca un arma, la carga y se la pone en la cintura, mientras las señoras siguen en la refriega. Orozco intentó golpear en la cara a Ramírez y es entonces cuando este último saca el arma y le dispara en 9 o 10 ocasiones.
Socorristas de la Cruz Roja acudieron al sitio, pero a su arribo, la víctima ya había fallecido. Orozco presentaba varios impactos de bala en el tórax, brazos, cabeza, espalda y otras partes del cuerpo.
La víctima era empresario, dedicado a asuntos de seguridad privada. Era nicaragüense nacionalizado y padre de una menor de un año y un varón de 19. Según datos del Registro Civil, tenía 20 años de casado y antes de vivir en Escazú, residió en La Peregrina de La Uruca.
En declaraciones a La Nación, Lilliam Avendaño, de 46 años, esposa del fallecido, dijo que por ahora realizan las gestiones para el funeral y que un abogado se va a hacer cargo del caso. Un hermano de la señora también manifestó a Telenoticias que las discusiones entre ambos hombres venían desde hace tiempo.
Por lo pronto, se conoció que el hombre que asesinó a su vecino irá tres meses a prisión preventiva.
Crisis de violencia
Erick Villalba, criminólogo y exagente del OIJ, señaló que Costa Rica atraviesa una profunda crisis de violencia que provoca “una sensación de estrés colectivo, de miedo y de cierto nivel de violencia que algunas personas tienen reprimida”. En el caso del condominio, señala que entre estos vecinos posiblemente fue una agresividad que escaló con el tiempo, ya que en estos casos hay eventos que anteceden el arranque de furia. “Seguramente, tiempo atrás tuvieron una discusión, a los días otra, a los meses otra, (...) es decir, hubo un seguimiento progresivo en el hecho hasta detonar en esa explosión de ira que ahora tiene al victimario matando a su víctima”, consideró.
El criminólogo Gerardo Castaing y el abogado penalista Federico Campos coinciden en que en esta escena hubo premeditación, pues el agresor carga el arma y agrede al otro sujeto en forma desmedida a pesar de que Orozco está desarmado. Para ambos, este caso califica como un homicidio calificado.
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Campos agrega que en este caso no aplica el principio de legítima defensa, pues la agresión es desproporcionada e irracional y tampoco lo ampararía el estado de emoción violenta, porque la circunstancia o discusión no ameritaba un homicidio. En los cinco meses y tres días transcurridos de este 2024, el OIJ registra 365 homicidios en todo el país. San José es la provincia con más casos pues con este llega a 93. El cantón de Escazú solo registra tres asesinatos, lo mismo que Tibás y Moravia, mientras que los cantones más afectados por esta criminalidad son San José con 38 muertes, Alajuelita con 18 y Desamparados con 9.
Los líos entre vecinos han llegado a desenlaces mortales en otras ocasiones. En el 2018, luego de una discusión por un perro en la barriada Manuel Mora, en Barranca de Puntarenas, falleció Santiago Martínez Mendoza, un nicaragüense, de 46 años. La Policía detuvo a dos hombres, de apellidos González Pérez y Ramírez Solano, así como a una mujer apellidada González Pérez como sospechosos de esa muerte.
Otro caso similar se registró el 27 de diciembre del 2012 en Goicoechea (San José), luego de que dos vecinos discutieron y uno de ellos le prendió fuego a la vivienda de su rival. En esa propiedad murió carbonizado Víctor Eladio Salazar Martínez, de 53 años. La Policía detuvo al implicado.
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