. Las fuertes inundaciones provocadas la semana pasada por el tifón Doksuri en Filipinas no evitaron la boda de una pareja del norte del archipiélago, que completó la ceremonia en una iglesia inundada hasta la altura de los tobillos y con la cola del velo nupcial flotando sobre las aguas estancadas.

Un video difundido en las redes sociales muestra cómo los novios caminan hacia el altar junto a una dama de honor en la histórica iglesia de Barasoain, en Malolos (45 kilómetros al norte de Manila), con el calzado y los bajos de sus trajes sumergidos.

Los invitados, vestidos de gala, observan la escena o la filman con sus móviles con aparente normalidad, aunque algunos llevan chanclas de goma para evitar daños en el calzado.

La travesía por las aguas concluye cuando llegan ante el altar, donde suben un escalón que les devuelve a tierra firme mientras un invitado ayuda a la novia a recoger la cola empapada del traje y el resto observa la escena impasible desde los bancos de la iglesia.

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Si bien el convite pasado por agua queda como anécdota del tifón, Doksuri ha dejado un rastro trágico en la isla de Luzón, donde hasta el momento hay un balance de 25 muertos, 20 desaparecidos y 52 heridos, según el Instituto Nacional de Gestión y Reducción del Riesgo de Desastres (NDRRMC, por sus siglas en inglés).

Casi 2.4 millones de personas se han visto afectadas y 312 mil han sido forzosamente desplazadas de sus hogares.

En China, al menos 20 personas murieron y 19 se encuentran desaparecidas debido a las fuertes lluvias de Doksuri en Beijing y las provincias circundantes, donde hay barrios enteros inundados y carreteras bloqueadas, informaron este martes medios estatales.

El tifón Doksuri, degradado a tormenta, barre el territorio chino del sudeste al norte desde el viernes, cuando tocó tierra en la provincia oriental de Fujian, tras haber golpeado Filipinas.

Las lluvias torrenciales llegaron el sábado a Beijing y sus alrededores y, en solo 40 horas, dejaron el equivalente a la precipitación media de todo el mes de julio. Algunos distritos semirurales de Beijing son los más gravemente afectados por las tormentas, de una intensidad inédita en la capital china en los últimos años.

Más de 100 mil personas, de los 22 millones de habitantes de la capital china, han sido evacuadas de las zonas de riesgo, según el diario estatal Global Times.

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