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Abstenerse de entrar en Rafah implicaría "perder la guerra" contra Hamas, afirmó el sábado el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sometido a presiones internacionales para frenar una ofensiva contra esa ciudad del sur de Gaza que acogió a más de un millón de palestinos desplazados por el conflicto.
El dirigente israelí también afirmó que el ejército entrará en Rafah aunque se logre un acuerdo con el movimiento islamista palestino para liberar a los rehenes capturados el 7 de octubre en Israel. "Aunque lo logremos, entraremos en Rafah", subrayó en una rueda de prensa retransmitida por televisión.
"Los requisitos de Hamas son alucinatorios (...) y no podemos aceptar eso. Pero cuando Hamas deje estas exigencias alucinatorias podremos avanzar", dijo Netanyahu en un discurso televisado.
El líder político del movimiento islamista palestino Hamas, Ismael Haniye, insistió horas antes en que no aceptará un intercambio de rehenes israelíes por prisioneros palestinos si el Ejército israelí no cesa su ofensiva y se retira de Gaza y responsabilizó a Israel del estancamiento de las conversaciones entre ambas partes.
"La resistencia no aceptará nada que no incluya el cese completo de la agresión, la retirada del ejército de ocupación de la Franja" además del "levantamiento del asedio opresor y la provisión de refugio seguro y adecuado para los desplazados y sin hogar por los crímenes de la ocupación", dijo Haniye en un comunicado en el que también exigió la liberación de presos palestinos.
En su discurso de hoy, Netanyahu volvió a repetir uno de sus mantras desde el comienzo de la guerra: "La esencia de nuestra política para liberar a los rehenes es una fuerte presión militar y una negociación muy dura. Así liberamos a 112 rehenes y así haremos hasta liberarlos a todos. Esta negociación nos obliga a dar un paso al frente".
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Sobre las cada vez mayores presiones internacionales para que el Ejército israelí no lance una operación terrestre en Rafah, donde viven 1,4 millones de personas, en su mayoría desplazados hacinados, Netanyahu dijo que renunciar a dicha operación supondría perder la guerra.
"Ayer volví a hablar con el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden. Hablo todos los días con los líderes mundiales. Les digo con determinación: Israel luchará hasta alcanzar una victoria total. Sí, eso incluye también una acción en Rafah, por supuesto después de permitir que los civiles en las áreas de combate se trasladen a zonas seguras. Quien quiera evitar que actuemos en Rafah, básicamente nos está diciendo 'perderán la guerra'. No permitiré eso", dijo.
En este sentido, argumentó que tanto la capacidad militar de Israel de entrar en dicha población como la de evacuar a su población es "muy realista".
"Hay mucho lugar y mucho espacio al norte de Rafah", dijo el primer ministro en este sentido.
Por otra parte, sobre la situación en la que quedará la Franja de Gaza tras la guerra y las cada vez mayores voces que instan a reconocer un Estado palestino, Netanyahu volvió a mostrar su rechazo a esta opción.
"Tampoco nos rendiremos a los dictados internacionales sobre el asunto de un acuerdo futuro con los palestinos (...) El acuerdo se logrará solo a través de negociaciones directas entre las partes, sin condiciones previas. Israel, bajo mi liderazgo, seguirá oponiéndose firmemente a un reconocimiento unilateral de un estado palestino", dijo.
Para Netanyahu, el reconocimiento de un estado palestino después del ataque de Hamás el 7 de octubre, en el que murieron 1.200 personas supondría el "mayor premio al terror, que no tiene precedentes y evitará cualquier acuerdo futuro por la paz".
Israel ha matado en 134 días de guerra a más de 28 mil 850 personas en Gaza.
"La campaña diplomática que lidero con mis colegas nos permite actuar con total libertad de acción militar desde hace cinco meses, algo que no ha ocurrido en guerras pasadas de Israel", dijo el primer ministro.
mcc