Miami. Mexicana, emprendedora, madre, DACA, indocumentada… Nazareth Rivera es la representación del tipo de migrantes en Estados Unidos que hoy se ven amenazados por el regreso de a la presidencia de Estados Unidos. Aunque está en proceso su situación migratoria, sabe que el republicano y su gente tiene en la mira a miles como ella. “Me han preguntado si le temo a las políticas de Trump. Francamente, no. Nadie está por encima de la ley y tampoco él. Algún día seré residente legal y más adelante ciudadana de este país, que también es el mío”, dice a .

La historia de Rivera es como la de millones de personas que llegaron a Estados Unidos en busca de una vida mejor. Nacida en 1991 en Durango, en el seno de una familia humilde, enfrentó a los 12 años su primera prueba, cuando su madre fue diagnosticada con cáncer de mama. El diagnóstico llegó como un golpe devastador. Nazareth recuerda la noche en que escuchó a su madre llorar en la sala. "Fue la primera vez que vi a mi padre vulnerable, con los ojos llenos de lágrimas. Mi mamá intentaba mantenerse fuerte, pero yo podía sentir el miedo en su voz", rememora. La enfermedad, como un enemigo invisible, se instaló en el hogar, transformando cada aspecto de sus vidas.

Era el año 2003. Sus padres, ante la falta de recursos, decidieron emigrar a Estados Unidos. “No fue una elección, fue una necesidad. Mi madre necesitaba tratamiento y esa era nuestra única esperanza”, explica. Dejaron atrás casa, amigos, todo lo que conocían. Se llevaron unas cuantas cosas, e incertidumbre en el corazón.

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Nazareth Rivera de niña, con su familia (arriba); como madre (abajo), emprendedora (centro) y al ser liberada del centro de detención de migrantes. Foto: Especial (31/12/2024)
Nazareth Rivera de niña, con su familia (arriba); como madre (abajo), emprendedora (centro) y al ser liberada del centro de detención de migrantes. Foto: Especial (31/12/2024)

La travesía

La travesía hacia Estados Unidos no estuvo exenta de peligros y sacrificios. Cruzaron la frontera como indocumentados bajo la constante amenaza de ser detenidos. "Recuerdo a mi mamá intentando mantenerse fuerte a pesar del dolor físico que ya le causaba la enfermedad. Mi papá nos decía que todo estaría bien, pero podía ver la preocupación en sus ojos", cuenta Nazareth. Las noches eran largas y frías; y cada día se enfrentaban a la incertidumbre de no saber si lograrían llegar a su destino.

Finalmente, la familia logró establecerse en Texas, donde la realidad no tardó en golpearlos. Sin hablar inglés, sin recursos económicos y sin una red de apoyo, los primeros meses fueron extremadamente difíciles. Se instalaron en un pequeño apartamento que compartían con otras dos familias migrantes. "Era un espacio reducido, pero nos enseñó a valorar cada pequeño logro. A pesar de las dificultades, teníamos la certeza de que estar juntos lo hacía todo más llevadero", comparte Nazareth.

Se las arreglaron para que su madre comenzara los tratamientos médicos, mientras que su padre trabajaba incansablemente en la construcción para sostener a la familia. "Volvía a casa con las manos llenas de polvo y los pies agotados, pero nunca se quejaba. Para él, cada sacrificio valía la pena si significaba darnos una oportunidad", dice Nazareth con admiración. Por su parte, su madre enfrentaba la quimioterapia con una valentía que inspiraba a todos. "A pesar del dolor y el cansancio, ella siempre encontraba tiempo para motivarnos. Decía que no importaba cuán difícil fuera el camino, siempre había que seguir adelante".

DACA

Nazareth también tuvo que enfrentarse a su propia batalla. Asistir a una escuela donde no entendía el idioma fue un desafío monumental. Al principio, se sintió aislada y vulnerable; pero poco a poco comenzó a adaptarse. "Aprender inglés fue como abrir una puerta hacia un nuevo mundo. Cada palabra nueva era un logro, cada frase entendida era un paso hacia adelante", explica. Con el tiempo, su dedicación dio frutos, y se convirtió en una estudiante destacada.

Nazareth se convirtió en una joven llena de aspiraciones. Su esfuerzo y perseverancia la llevaron a ser elegible para el programa DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), una oportunidad que cambió su vida. "Recibir la aprobación fue como un rayo de luz en medio de tanta incertidumbre. Por primera vez, sentí que el futuro no era tan inalcanzable", relata emocionada. El programa DACA le permitió acceder a un permiso de trabajo y continuar con sus estudios, abriendo las puertas a un mundo de posibilidades.

El progreso en la salud de su madre, aunque lento, les dio fuerzas para seguir adelante. La quimioterapia fue dura, pero ella nunca dejó de ser un ejemplo de fortaleza. “Estoy peleando por ustedes. Ustedes son mi razón para seguir luchando”, les repetía.

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Un nuevo golpe

A pesar de los avances y los sacrificios, la vida de Nazareth dio un giro devastador en 2018, cuando contaba con 27 años.

Se había mudado a Miami. Una noche, mientras trabajaba en una fiesta como host, las autoridades la detuvieron y cuestionaron su estatus. Tras aclarar que era DACA, la soltaron. Poco después viajó a El Paso, Texas, con su familia. Al regresar a Miami la volvieron a detener porque aparentemente no tenían claro su estatus y la mandaron al Centro de Detención en Homestead, Florida.

Los tres meses que pasó en el centro de detención fueron una experiencia traumática que dejó cicatrices profundas. “Dormíamos en literas frías, con luces que nunca se apagaban completamente. Las voces de otros detenidos se mezclaban con mis propios pensamientos, creando un ambiente opresivo”, describe. Compartía espacio con mujeres separadas de sus hijos, cada una con historias desgarradoras. “Una madre lloraba todas las noches porque no sabía si volvería a ver a su bebé. Ese dolor era palpable”, relata Nazareth.

A pesar de la desolación, Nazareth encontró fortaleza en los recuerdos de su familia y en las llamadas telefónicas que lograba hacer a sus padres. “No te rindas, hija. Esto también pasará”, le repetía su padre con voz firme.

Un nuevo comienzo

Finalmente, gracias a la intervención de un abogado especialista en inmigración y a la persistencia de su familia, Nazareth fue liberada para continuar su defensa en libertad y continuar su trámite de residencia legal. Cuando salió del centro de detención, la esperaba su familia en El Paso. Al abrazar a sus padres, sintió que el peso de los últimos meses comenzaba a disiparse. “Sentir los abrazos de mis padres fue como regresar a casa, aunque estábamos en un país que a menudo no nos quería aquí” recuerda. El apoyo de su familia fue fundamental. “No importa lo que haya pasado, Nazareth. Lo que importa es lo que harás a partir de ahora”, recuerda que le dijo su padre una noche mientras cenaban. Esas palabras se convirtieron en un mantra para ella.

Pero su paso por el centro de detención la vuelve hoy más vulnerable frente a las amenazas de Trump. Sin saber aún si DACA se mantendrá en el nuevo gobierno que arranca el 20 de enero, Nazareth sabe que existe registro de que estuvo detenida, y eso, a los ojos del equipo que promete deportaciones masivas, puede convertirla en un objetivo.

Nazareth regresó a Miami y comenzó a reconstruir su vida desde cero. Retomó su carrera en el mundo de las comunicaciones, logrando destacar como productora y conductora. Comenzó a abrirse camino nuevamente en los medios de comunicación locales, destacando en empresas importantes, al tiempo que se perfeccionaba día a día en los nuevos retos del marketing digital y todo lo relacionado con la construcción y promoción de paginas Web y redes sociales. “Antes del infierno de mi detención ya había estado incursionando en estas áreas con mucho éxito; pero esto es una profesión que cambia todos los días y hay que estar vigentes” comenta Nazareth.

Nueva vida

En 2022, Nazareth supo que estaba embarazada y regreso a El Paso, Texas, para quedarse. La noticia, aunque inesperada, trajo una nueva ola de esperanza a su vida. “Fue como si todo el dolor y la incertidumbre de los últimos años finalmente tuvieran un propósito. Mi hijo me dio una razón para levantarme todos los días con más ganas”, comparte con emoción. El embarazo no estuvo exento de dificultades, pero también le enseñó a Nazareth el valor de la resiliencia y la paciencia.

Cuando nació su bebé, la sensación fue transformadora. “Recuerdo sostenerlo por primera vez y pensar: ‘Todo lo que he pasado valió la pena por este momento’”, dice con lágrimas en los ojos. La maternidad no solo le dio una nueva perspectiva de la vida, sino que también encendió en ella una determinación renovada para construir un futuro mejor, tanto para ella como para su hijo.

Durante los primeros meses como madre, Nazareth trabajó incansablemente para recuperar el rumbo de su carrera. Se apoyó en las habilidades que había adquirido previamente en el mundo de las comunicaciones y en su pasión por conectar con las personas. Sin embargo, en El Paso, las oportunidades eran limitadas. Decidió entonces que si no podía encontrar las oportunidades que buscaba, las crearía por sí misma.

Los emprendimientos

Nazareth fundó Creative Dreams, una agencia dedicada al branding, marketing digital y producción audiovisual. “Quería crear un espacio donde pudiera ayudar a otros a dar vida a sus ideas, mientras también construía algo propio”, explica. Al principio, el proyecto era modesto. Trabajaba desde la sala de su pequeño apartamento en El Paso, combinando sus responsabilidades como madre con las demandas de un negocio naciente.

Creative Dreams evolucionó rápidamente, pasando de pequeños proyectos locales a colaborar con empresas más grandes y ambiciosas. La agencia comenzó a especializarse en la creación de contenido visual impactante, desde videos promocionales hasta la cobertura de eventos importantes. A medida que el negocio crecía, Nazareth se dio cuenta de que su éxito no solo se medía en términos económicos, sino también en la satisfacción de ayudar a otros a alcanzar sus propios sueños.

Impulsada por su propio viaje de resiliencia y superación, Nazareth decidió fundar un segundo proyecto, EmpowerU, una plataforma enfocada en el desarrollo personal y profesional. “Siempre he creído que el conocimiento y las herramientas adecuadas pueden transformar vidas. EmpowerU nació de ese deseo de compartir lo que aprendí en mi camino”, explica.

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La plataforma comenzó organizando talleres pequeños en El Paso, donde Nazareth compartía su historia y enseñaba estrategias prácticas para construir confianza, liderazgo y habilidades de branding. La respuesta de la comunidad fue abrumadoramente positiva. “Las personas venían no solo para aprender, sino también para encontrar inspiración en mi experiencia. Eso me motivó a seguir adelante”, dice.

Con el tiempo, Nazareth se convirtió en una figura reconocida en su comunidad. Su habilidad para combinar creatividad con estrategia la llevó a ser invitada a hablar en conferencias y eventos dedicados a mujeres emprendedoras e inmigrantes. Su historia inspira a otros a no rendirse, sin importar cuán difíciles sean las circunstancias.

Es una mujer de bien. Y aun así, sabe que a partir de 2025, nada tiene seguro, ni la vida que ha forjado en EU, su país, su mundo.

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