Hace siete años, debutó en la política como alcalde de un olvidado poblado cafetalero cercano a la capital de El Salvador. Pero al verse marginado del foco mediático y sin recursos, echó mano de las redes sociales para dar a conocer sus modestas obras, convirtiéndose en un inesperado protagonista.
El político de 37 años inició su carrera con el oficialista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), saltando desde el olvidado municipio hasta la alcaldía de la capital del país, donde muy pronto ganó protagonismo por sus obras sociales, culturales y por donar su salario para becas.
Rechaza entrevistas y debates por considerar que están “arreglados” en su contra e interactúa con sus seguidores a través de las redes sociales. El FMLN lo expulsó en 2017, supuestamente por causar división y haber agredido a una síndica. De ascendencia palestina, llega a las elecciones de la mano de la derechista Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA). Los sondeos lo dan favorito.