Bruselas.— Las organizaciones delictivas transnacionales mexicanas han echado raíces en Países Bajos, en donde su participación está siendo fundamental en la transformación del país europeo en un importante centro de producción de metanfetamina de cristal.
Así apuntan las últimas investigaciones realizadas por la justicia neerlandesa, cuyos esfuerzos se ha traducido este año en un número nunca antes visto de laboratorios desmantelados especializados en la producción de la droga sintética.
En su reporte divulgado la segunda semana de noviembre, Carlos Bertens, titular de la división de drogas sintéticas de la Policía de Holanda, informó que a la fecha se han desmantelado 19 centros clandestinos especializados en la producción de metanfetamina de cristal, el doble que el año pasado.
Como ha ocurrido desde 2018, en algunos de esos laboratorios la policía ha detenido a mexicanos. Está el caso registrado en la localidad de Achter Drempt, en donde fueron detenidos el pasado 8 de mayo tres individuos, uno colombiano, otro mexicano y un estadounidense. La fiscalía exigió seis años de prisión, al final el mexicano Fernando G. R. de 29 años y el norteamericano Noé V., de 37 años, recibieron cuatro años de cárcel.
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La sentencia fue emitida la semana pasada y el juez de la Corte de Den Bosch la acompañó con una contundente declaración: son responsables de producir “quizás la droga dura más peligrosa actualmente en circulación. Es muy adictiva, tiene un efecto casi devastador en los humanos”.
El pasado 10 de octubre, la policía detuvo a otros tres sujetos, un ucraniano, un mexicano y uno con doble nacional, española y mexicana. Estaban construyendo un gran laboratorio en la localidad de Emst; pretendían operar detrás de la fachada del restaurante Schaveren, abandonado desde hace años.
Las autoridades dieron a conocer otro gran golpe al narco el pasado 1 de noviembre, en un complejo deportivo ubicado en Vroomshoop. Mientras aficionados practicaban deportes de combate, en un laboratorio, al que se accedía por un compartimento secreto oculto en un viejo armario, sujetos enfundados en trajes de plástico y máscaras de gas se fabricaba la cristalina droga a gran escala. En el operativo fueron detenidas seis personas, dos con pasaporte mexicano, de 32 y 39 años. Ambos desconocieron saber sobre la actividad criminal, uno argumentó que estaba en el lugar porque quería rentarlo para una fiesta.
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El último hallazgo tuvo lugar el pasado 30 de noviembre, en la pequeña localidad de Westdorpe, localidad ubicada a pasos de la frontera con Bélgica. El laboratorio estaba oculto en un viejo almacén y fue descubierto tras un reporte anónimo. En el lugar fueron detenidos cinco personas de origen dominicano y mexicano, de edades que van de los 30 a los 56 años.
De acuerdo con los sistemas de comunicación confiscados en casos como el del narcolaboratorio de Moerdijk (mayo de 2019), estos individuos operan en Holanda como emisarios de organizaciones basadas en México para asistir a delincuentes holandeses en la producción del estimulante.
La producción estaría dirigida principalmente a abastecer los mercados de Asia y Oceanía, considerando que el consumo en Europa es limitado. “Uno asume que no hay ningún cómplice que ingrese al país sin el conocimiento de los cárteles de la droga mexicanos”, declaró Arjan Derksen, jefe del distrito de investigación de Twente, en el marco del proceso en Vroomshoop.
El próximo año habrá elecciones en la próspera nación europea y la presencia delictiva mexicana ha comenzado a contaminar el debate político.
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Los Verdes de Izquierda están promoviendo la legalización de drogas como el éxtasis, mientras que los demócratas D66 demandan examinar las condiciones bajo las que podrían despenalizarse ciertas sustancias ilícitas.
El Ministro de Justicia, Fred Grapperhaus, de la fracción democristiana, se opone a la legalización de las drogas duras, pues “todas las bandas de Colombia y México vendrían aquí para fabricar y distribuir su basura”.
“Ya estamos viendo la aparición de bandas mexicanas en Holanda. Las personas que hablan sobre legalizar las drogas duras no se dan cuenta de que nos convertiríamos en el desagüe del mundo”.
En declaraciones a un programa de la televisora pública NPO, Grapperhaus insistió en que la legalización sería un imán para atraer “a todas esas organizaciones peligrosas y no queremos eso”.