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Narcopolítica fragmenta a Honduras tras escándalo

La penetración de cárteles mexicanos y su alianza con algunos presidentes ha puesto en jaque al país

Exigen que dimita. Honduras ha sido sede de violentas marchas para exigir la renuncia de Juan O. Hernández. Foto: ORLANDO SIERRA. AFP
09/08/2019 |00:54José Meléndez / corresponsal |
Redacción El Universal
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San José.— Honduras arde en una hoguera narcopolítica, como secuela de la vieja penetración de los cárteles mexicanos del contrabando internacional de drogas en aparatos partidistas y empresariales hondureños.

Una serie de denuncias destapadas la semana anterior en la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York revelaron que los cárteles hondureños del narcotráfico, como Los Cachiros, Los Valle Valle y de Don H, habrían financiado, por aparte, alguna de las campañas presidenciales victoriosas de los últimos 14 años en Honduras: la que en 2005 llevó al poder a Manuel Zelaya; la de 2009, a Porfirio Lobo, y la de 2013, a Juan Orlando Hernández.

Con sus líderes presos en Estados Unidos y confesando detalles del negocio, los tres grupos se aliaron hace más de 20 años al Cártel de Sinaloa, una organización criminal mexicana, y le cobraron para que la droga procedente de Colombia y Venezuela pasara del nororiente al occidente de Honduras, frontera con Guatemala, en ruta a México y EU, confirmó EL UNIVERSAL en Tegucigalpa.

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“El poder económico del narcotráfico no pudo expandirse [en Honduras] sin poder político y de fuego”, dijo el analista, periodista y escritor hondureño Manuel Torres: “Sus dólares primero compraron impunidad policial, y luego social y política”.

Al relatar que “el país se fragmentó en territorios, según el apellido de los capos”, Torres narró a este diario que, con esa “inercia” que comenzó en la década de 1970, “el Estado y sus principales instituciones cayeron” bajo control de la mafia.

“Descontaminar ese Estado y quitar la dependencia de su economía [del narco] es cómo sacar a un adicto de su adicción”.

Zelaya, Lobo y Hernández negaron los cargos. Pese a la intensa presión popular que estalló esta semana con violentas marchas callejeras en Honduras para exigir su renuncia, Hernández descartó dimitir y acusó a Zelaya y a otros políticos de ser voceros del narcotráfico.

Las denuncias impactaron al Partido Nacional (PN), que gobierna en Honduras desde 2010, luego de que, en junio de 2009, Zelaya, entonces del Partido Liberal (PL), fue derrocado por una alianza cívico-militar, pero el narcotráfico golpeó a las familias de Lobo y Hernández.

Fabio Lobo, hijo del exmandatario, fue detenido en Haití en 2015 y condenado en 2017 a 24 años de prisión por una corte de EU al declararse culpable de conspirar para llevar cocaína a ese país.

La Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York reveló el pasado viernes que Hernández, en asociación con su hermano, Juan Antonio Hernández, alias Tony, recibió un millón y medio de dólares de sobornos de narcotraficantes para su campaña electoral de 2013, en la que salió victorioso para asumir en 2014. En la trama, alegó, estuvo implicado Lobo en el financiamiento de su campaña de 2009.

Tony, exdiputado del PN, fue detenido en 2018 en Florida, acusado de ser “narcotraficante a gran escala”.

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