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San José.
- Un narcotraficante mexicano condenado a 10 años de cárcel por la justicia costarricense por traficar drogas en 2014, se despojó de un monitoreo penitenciario con una tobillera electrónica y aparentemente huyó a su país en una avioneta que, en un viaje con un contrabando de cocaína de América del Sur a México, habría hecho una escala para recogerlo en Costa Rica.
El Ministerio de Justicia de Costa Rica confirmó a EL UNIVERSAL que la tobillera del mexicano, identificado como Liborio Jiménez Quesada, de 27 años y nacido el 25 de abril de 1993 en México, “se descargó” el 19 de agosto, “lo que generó una alerta”.
“La persona no contestó a las llamadas telefónicas de la Unidad de Monitoreo ese día”, añadió el Ministerio, que administra el sistema penitenciario de esta nación.
Jiménez ingresó al programa de Monitoreo Electrónico el 11 de diciembre del 2019 y “a lo largo de ese tiempo, cumplió con las disposiciones requeridas por la modalidad”, precisó.
“El día 25 de agosto, oficiales de la Unidad de Monitoreo lo visitaron en su casa, pero ya no estaba en el lugar, por lo que se remitió un informe al juzgado correspondiente”, agregó.
El periódico digital crhoy, de esta capital, reveló este martes que “en los registros migratorios no aparecen los datos (de la salida) de Jiménez Quesada, quien, de acuerdo con fuentes fidedignas, estaría en México tras abordar una aeronave que trajo estupefacientes al país y que se dirigía a Chiapas”.
Jiménez es sobrino de un empresario del mismo apellido y residente en Chiapas que está acusado de narcotráfico en EU, puntualizó.
Con el mecanismo en la tobillera, el mexicano disfrutó de un beneficio extra—carcelario con restricción de movimientos en Pérez Zeledón, un municipio del área surcentral de Costa Rica , donde laboró y convivió sentimentalmente con una costarricense de apellido Villalta, subrayó el medio digital.
No obstante, el hombre rompió las limitaciones y se trasladó a esta capital, donde pudo desprenderse del aparato y destruirlo, indicó, basado en el rastro de la tobillera.
La mujer habría dicho a las autoridades penitenciarias que terminó su nexo amoroso y que Jiménez se fue de la casa para jamás regresar, mientras que el Ministerio “tardó” una semana completa para enviar custodios a indagar sobre la ubicación del extranjero, recalcó.
Sin éxito, EL UNIVERSAL intentó obtener verificación independiente de que Jiménez se trasladó a su tierra natal en un vuelo con sustancias ilícitas que paró en Costa Rica a recoger al prófugo tras despegar de Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú o Bolivia, orígenes frecuentes de las operaciones de transporte aéreo de cocaína a Centroamérica y México en ruta a EU.
Tampoco se recibió confirmación independiente del nexo familiar de Jiménez con un presunto narcotraficante
Consultada por este diario si podía confirmar que Jiménez abordó en territorio costarricense una avioneta cargada con cocaína para dirigirse a México, una fuente de Justicia aclaró que “eso no nos correspondería a nosotros”.
El Organismo de Investigación Judicial, policía técnica adscrita al Poder Judicial, tampoco suministró datos sobre esos hechos a este periódico.
El escape de Jiménez, de 27 años y detenido en 2014 al accidentarse en una avioneta con 400 kilogramos de cocaína y dos millones de dólares en el noroccidente del territorio costarricense, fue notificado por la Fiscalía General a la Policía Internacional (INTERPOL) para girar orden de captura. La droga y el dinero tenían un destino preliminar en Guatemala, según los recuentos oficiales.
Costa Rica se convirtió hace más de 45 años en puente clave para el narcotráfico por su posición geográfica en el sur de Centroamérica de cercanía los centros de producción de cocaína y otras drogas en Colombia y de contrabando desde ese país, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Perú, con los principales mercados de consumo mundial en EU.
Organizaciones como el cártel de Sinaloa están entre las mafias mexicanas con mayor presencia en Costa Rica . Datos oficiales suministrados a inicios de este año a EL UNIVERSAL mostraron que más de 70 mexicanos están detenidos en Costa Rica por distintos delitos, pero la mayoría por narcoactividad.
Costa Rica se transformó en base para el tráfico, almacenamiento y reexportación de alucinógenos a México, EU y a varias partes del mundo.
agv