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San José.— El presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei, iniciará hoy el último de sus cuatro años de gobierno y Guatemala empezará un proceso bajo el asedio de los cárteles mexicanos del narcotráfico internacional: el financiamiento ilegal de las campañas presidenciales, legislativas y municipales de 2023.
En unos comicios con sello de “narcopolítica”, los guatemaltecos escogerán en 2023 a la persona a la que Giammattei heredará una tormenta.
“Giammattei y sus aliados profundizaron el deterioro de la democracia en Guatemala”, aseguró el jueves anterior un informe anual mundial de Human Rights Watch (HRW), organización no estatal global para la defensa de los derechos humanos con sede en Washington. El presidente y su núcleo intentaron “evitar la rendición de cuentas por corrupción generalizada, incluso en los más altos niveles del Estado”, alegó.
Guatemala se afianzó desde el siglo XX como puente y bodega del tráfico internacional de cocaína y proveedor de amapola, materia prima para producir heroína en laboratorios clandestinos en México y exportarla a Estados Unidos.
También emergió en 2017 como productor de hoja de coca, materia prima de la cocaína, y en el siglo XXI como ruta de precursores químicos importados de China, Países Bajos o India para elaborar droga sintética.
Con el financiamiento como vía de infiltración criminal, Guatemala escogerá presidente, vicepresidente, diputados y munícipes el 25 de junio. Si fuera necesario, el 25 de agosto habrá segunda ronda en presidencia y vicepresidencia.
Las elecciones serán “en un contexto en el que la narcopolítica ejerce su hegemonía y administra el poder con otras mafias y élites económicas”, narró el guatemalteco Carlos Menocal, ministro de Gobernación de Guatemala de 2010 a 2012 y consultor en seguridad y defensa.
“El narcotráfico avanza en Guatemala. Ha hecho del país un laboratorio para pruebas, instalar narcolaboratorios y plantar hoja de coca (…) Los narcotraficantes mexicanos y sus socios de Honduras, Guatemala y El Salvador buscan autonomía de sus pares de América del Sur”, dijo Menocal a EL UNIVERSAL.
Giammattei se unió a los potentes clanes políticos internos y se apropió de los poderes Judicial, Legislativo y Electoral y, al mando del Ejecutivo y del aparato militar y policial, monopolizó el control del país.
En un país con casi 70 años de impunidad, EU designó en septiembre anterior a la fiscal general de Guatemala, María Porras, como corrupta. Porras, estrecha aliada de Giammattei, repudió el señalamiento de EU.
Tras rechazar repetidamente en 2022 los ataques en su contra, Giammattei se mofó de la decisión de EU sobre Porras y ratificó su compromiso de combatir a los corruptos.
“Giammattei es uno de los artífices del debilitamiento del Estado”, afirmó la socióloga guatemalteca Carmen Rosa de León, analista política y consultora independiente internacional en seguridad y defensa.
“El botón de oro de la cooptación [la toma] del Estado lo puso Giammattei controlando absolutamente los tres poderes [Ejecutivo, Legislativo y Judicial] en base a la corrupción y a las alianzas con esos grupos de narcopolítica local e internacional”, declaró De León a este diario.
Guatemala inició en 1986 el paulatino retorno a la democracia, tras 32 años de régimen militar derechista. Una Guerra Civil estalló en 1960 contra una guerrilla izquierdista y se prolongó por 36 años.
Los fusiles callaron en 1996 y llegó la paz, pero Guatemala cayó a un mortal conflicto por la penetración del crimen organizado, en especial del narcotráfico y en asocio con paramilitares, empresarios, políticos y autoridades corruptas, y por la onda expansiva de las maras— Salvatrucha y 18— o pandillas.
Excandidatos presidenciales, exministros y otros políticos guatemaltecos engrosan la lista de narcotraficantes presos en Estados Unidos. EU pidió en diciembre pasado a Guatemala la extradición de dos diputados y de dos alcaldes por narcotráfico y en 2017 la de la exvicepresidenta Roxana Baldetti (2012-2015).
EU alegó que el cártel mexicano de Los Zetas reclutó a Baldetti y le pagó 250 mil dólares para que la policía guatemalteca le dejara traficar sustancias ilícitas. Baldetti purga 31 años de cárcel en Guatemala por corrupción.
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