Miami.— A donde quiera que va Donald Trump, Elon Musk va con él. El papel del dueño de X y SpaceX en el equipo del ganador de las elecciones presidenciales en Estados Unidos va mucho más allá del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) que encabezará.
Su apoyo, con el poder de X, fue clave para el triunfo de Trump y ha estado presente en todas y cada una de las decisiones del futuro presidente estadounidense.
Sin embargo, mientras para Trump Musk es un visionario que puede ayudar al futuro mandatario a encabezar un gobierno más eficaz, otros advierten del riesgo que representa concentrar el poder en una sola persona. Marco Rubio será el secretario de Estado, pero el que ha actuado a diestra y siniestra, incluyendo temas de política exterior, ha sido Musk.
Lee también: ¿Ahora estrella de rock? Trump ahora venderá una línea de guitarras; precios van hasta 10 mil dólares
Los roces en el gabinete se dan por anticipado. Más allá de eso, Musk y Trump son dos figuras controladoras, no deseosas de compartir el poder. Por ello, la simbiosis Musk-Trump se convierte en una bomba de tiempo.
Musk y Trump no siempre fueron aliados. En 2017, Musk abandonó los consejos asesores de Trump debido a la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París, declarando públicamente que “no creo que sea la persona adecuada para liderar en temas ambientales”. Entre 2021 y 2023, a medida que se acercaban las elecciones de 2024, Musk comenzó a mostrar un cambio en su postura política.
Tras el primer atentado contra Trump, Musk tomó una decisión definitiva y expresó su apoyo público al magnate, además de contribuir con 129 millones de dólares a la campaña, consolidándose como uno de sus mayores donantes individuales.
Conforme avanzó la campaña, Musk se volvió inseparable de Trump, participando en un evento tras otro. Tras el triunfo del republicano, Musk se convirtió en una figura omnipresente en Mar-a-Lago, presente en las decisiones del exmandatario acerca de su nuevo gabinete. Medios estadounidenses señalaron que incluso sostuvo una reunión con funcionarios iraníes, que Teherán negó.
“Elon no sólo es un visionario; es alguien que sabe cómo obtener resultados”, afirmó Trump al anunciar la creación del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés), que busca recortar al menos 2 mil millones de dólares del gasto público. Este ambicioso objetivo será alcanzado mediante una combinación de reestructuración administrativa, digitalización y eliminación de redundancias.
Musk ha dicho que reestructurará las agencias federales, evaluando la funcionalidad y eficiencia de las distintas agencias gubernamentales, con el fin de consolidar o eliminar aquellas consideradas redundantes o ineficaces.
Al mismo tiempo buscará reducir la burocracia e identificar y eliminar partidas presupuestarias superfluas, enfocarse en programas y proyectos que no aportan un valor significativo o que presentan altos niveles de ineficiencia.
Musk también revisará contratos gubernamentales para analizar y renegociar contratos con proveedores y contratistas y de esta manera asegurar términos más favorables y eliminar gastos innecesarios.
Sin embargo, el papel de Musk trasciende el ámbito empresarial y lo posiciona como un actor clave en decisiones que tradicionalmente recaen en diplomáticos y líderes políticos. En noviembre de 2024, Musk participó en una llamada telefónica entre Trump y el presidente ucraniano Volodimir Zelensky, en medio de los señalamientos de Trump de que la guerra debe acabar, sin decir si exigirá a Ucrania negociar con Rusia, aunque ello signifique perder territorio. Trump, igual que Musk, es renuente a seguir gastando recursos en los ucranianos.
Hasta ahora, Rubio, quien será el titular del Departamento de Estado, no se ha pronunciado sobre la participación de Musk en temas internacionales; sin embargo, es probable que una vez que Rubio asuma formalmente su cargo comiencen los choques, si Musk sigue interviniendo.
Para los expertos, el riesgo de la participación de Musk en temas que desconoce es grande. “Aunque es admirable que Musk intente contribuir a la paz, su falta de experiencia diplomática podría complicar estas negociaciones y generar percepciones equivocadas sobre las prioridades de Estados Unidos”, dijo a EL UNIVERSAL Jane Williams, analista en relaciones internacionales en Washington.
Otra área donde Musk ha comenzado a ejercer influencia es en la relación con China, un país que juega un papel crucial tanto para su compañía Tesla como para la economía de EU. Para los expertos, el riesgo es que incurra en un conflicto de intereses. Octavio Pescador, académico de la UCLA y analista político, aseguró a este diario que “Musk tiene una agenda personal dentro del gobierno de Trump, en términos de sus negocios; que sí puede interferir un poco con la agenda que Rubio llevaría adelante”.
El conflicto no sólo pasa por la política exterior. Un sector donde también podría haberlo es el de los vehículos eléctricos. “Podría percibirse como un abuso de poder si no se manejan con transparencia”, dijo el politólogo Pablo Salas.
El bromance de Trump y Musk podría terminar pronto. De entrada, los medios ya reportan fricciones con gente del equipo del futuro presidente. “Sólo puede haber un narcisista al frente del país y ese es Donald Trump”, dijo la periodista Kara Swisher a CNN. “Trump usa a la gente como si fueran pañuelos [desechables]. Y aunque sea Musk, van a chocar en algún momento. Los dos son personalidades muy fuertes a las que les gusta ser el centro de atención”.