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“Muro de Trump no va a servir de nada”, dice agente fronterizo

Algunos agentes de la Patrulla Fronteriza están molestos por el cierre de gobierno, debido al cual no han podido cobrar sus sueldos, y critican al mandatario por reclamar recursos para una barrera en la frontera que, dicen, no impedirá el cruce de personas

El presidente Donald Trump (der.), junto con otros dos oficiales saluda a un helicóptero y agentes de la Patrulla Fronteriza que sobrevuela la zona de Río Grande, Texas, en la frontera entre México y Estados Unidos, el pasado 10 de enero. REUTERS
14/01/2019 |03:56Max Aub |
Max Aub
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“No podríamos estar peor, trabajando sin cobrar nuestro sueldo”, se queja “Pedro”, un agente de la Patrulla Fronteriza que solicitó el anonimato y quien describe a EL UNIVERSAL la situación que viven más de 20 mil compañeros debido al cierre parcial de gobierno en Estados Unidos.

El presidente Donald Trump exige que el Congreso apruebe en el presupuesto 5 mil 700 millones de dólares para la construcción de un muro en la frontera sur. La falta de acuerdo sobre el tema tiene sumido al país en una parálisis desde el pasado 22 de diciembre que afecta a 800 mil empleados federales, quienes no están trabajando ni cobrando sueldos.

“Pedro”, un agente mexicano-estadounidense, opina que “una barda de metal no va a servir de nada”, no detendrá a quienes desean cruzar la frontera hacia Estados Unidos. En alusión a la reciente visita de Trump al sector de McAllen, en Texas, “Pedro” dice: “Venir, darse una vuelta y hablar con los jefes, nada de eso sirve. Nadie dice nada. Ellos [los jefes] le van a decir que todo está bien y que todos lo vamos a apoyar. ¿Por qué no se queda una semana y duerme y come aquí, y sale al field [al campo] a hacer recorridos con nosotros?”.

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Este oficial, padre de familia, considera que antes de seguir reclamando al Congreso dinero para el muro, Trump debería pensar en todos los empleados que no están cobrando sus sueldos: “Que sepa que nos obligan a venir [a trabajar]. Algunos podemos medio ayudarnos si nuestras esposas trabajan, pero no es lo mismo para todos. Algunos [agentes de la Patrulla Fronteriza] tienen que pedir prestado a familiares y eso no está bien”.

Divisiones

El cierre que vive la administración es el más largo en la historia de Estados Unidos y no hay visos de que se vaya a solucionar pronto. Además de los salarios de los empleados, ha derivado en otras afectaciones, incluyendo museos, parques y aeropuertos.

“Pedro” dice que mucha gente critica a los agentes de la Patrulla Fronteriza: “Nos preguntan qué sentimos al detener a gente buena [los migrantes] y así. Lo que pasa es que no toda es gente buena, pero nosotros no estamos para decir ‘tú eres bueno y tú eres malo’, estamos para vigilar que no entre nadie y tampoco la droga”.

Al mismo tiempo, explica el agente, “hay gente que nos escribe y nos felicita por nuestro trabajo y nos dicen cosas para hacernos sentir importantes. La mera verdad yo no hago caso ni a unos ni a otros, porque al final tenemos que trabajar sin poder cobrar. La mayoría de los que estamos aquí estamos molestos y sabemos que en todo el país, así [molestos] está la mayoría” de las personas.

Trump defiende que el muro es necesario ante la muerte de estadounidenses a manos de indocumentados y por las drogas que pasan por la frontera.

Insiste en que las leyes migratorias del país son obsoletas. Sin embargo, los afectados por el cierre de gobierno han sido los estadounidenses. “¿Cuándo vamos a comenzar a recibir nuestro sueldo?”, se pregunta “Pedro”. “La mera verdad no sabemos, porque además el sindicato [Nacional de la Patrulla Fronteriza] apoyó el cierre de gobierno, entonces, ya ni siquiera podemos quejarnos con ellos, porque están de su lado [de Trump], en lugar de defender lo que nos está pasando”.

Ahora, el mandatario ha comenzado a cambiar el término de muro —que según expertos costaría más de 20 mil millones de dólares— por el de una “barrera física”. “Esto parece una joke [broma]. Yo sólo digo que esa barda que quiere ni va a servir: drogas y gente van a seguir entrando porque la línea [fronteriza] es muy larga y hay muchos lugares donde no estamos”, advierte el agente.

“A veces me dan ganas de hacer lo que hacen los compas del aeropuerto [encargados de la seguridad]: llamar para decir que estoy enfermo y no venir, pero no es algo que realmente quiera hacer, por eso no lo hago. Todos queremos pronto cobrar”.

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