Empujones, avalanchas y gritos. Todo, sin barbijos ni distanciamiento social. Protagonizado por miles de brasileños, el mismo día que el país anunciaba que se habían superado los 150,000 muertos. Eso ocurrió este fin de semana en Belén, capital del estado de Pará.
El hecho fue producto de la inauguración del centro comercial número 150 de Havan, una reconocida cadena que es propiedad de Luciano Hang, un empresario amigo del presidente Jair Bolsonaro quien formó parte del acontecimiento e interactuó con empleados y clientes sin usar barbijo ni respetar la distancia social.
Consecuencia de ese descontrol, la ciudad debió cancelar la tradicional procesión del Cirio de Nazaret , la fiesta religiosa más importante de esa región, programada para este domingo. Las imágenes rápidamente circularon por las redes sociales por la multitud que se observa ingresando precipitadamente al shopping para aprovechar las rebajas por la apertura.
La Secretaría de Salud Pública de Pará culpó al municipio de Belén de no controlar y fiscalizar el lugar y aseguró que enviaron una patrulla sanitaria tras la aglomeración. Además de amigo, Hang es un público defensor de las políticas de Bolsonaro, uno de los pocos políticos del mundo que minizaron los efectos del coronavirus, y que incluso fue uno de los contagiados.
afcl/nv