Este miércoles, durante el juicio contra el exsecretario mexicano de Seguridad , la fiscalía llamó al estrado a Harold Poveda, alias “El Conejo”, un colombiano que pasó de ser blanco de Arturo Beltrán Leyva a su “sobrino”, y que traficó a Estados Unidos alrededor de mil toneladas de cocaína a Estados Unidos.

Al testigo, quien sacó las risas de los presentes en más de una ocasión, se le cortó la voz y no pudo contener las lágrimas cuando se le mostró un video de de una propiedad en el Desierto de los Leones que le pertenecía, y donde la Secretaría de Seguridad Pública Federal realizó una redada en la que casi lo detienen.

El lugar era conocido como “la mansión de la fantasía” por todo lo que se halló en ella: dos leones africanos, dos panteras negras, un hipopótamo, un tigre blanco y otro albino, se cuenta en el video, donde se habla de 24 detenidos de una “organización colombiana vinculada con los Beltrán Leyva”. El lugar incluía cabañas con lujosos acabados, una alberca y hasta un puente colgante que conducía a un lujoso sauna privado.

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“El Conejo” escapó a ese operativo, y recordó, conmovido, que Arturo Beltrán Leyva le aseguró que fue Jesús, “El Rey” Zambada , el que lo traicionó y dio el pitazo de aquel lugar.

Luego de varias jornadas intensas y largas declaraciones que hicieron cabecear al jurado, el testimonio de “El Conejo” no sólo despertó al jurado, sino que le provocó más de una risa.

Como cuando recordó que, en un principio, él se alió con “El Mayo” y que este lo protegió de Beltrán Leyva, que quería matarlo por trabajar de forma independiente y entregar sus lanchas en Guerrero, territorio de Beltrán.

Confesó que había traficado unas mil toneladas de cocaína a .

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“El Mayo”, contó, lo ayudó a escapar a Colombia. Según “El Conejo”, los federales en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México ( AICM ) lo trataron de maravilla y hasta las maletas le cargaron. “Una belleza”.

Cuando regresó a México, no sólo hizo las paces con Beltrán Leyva sino que se habría convertido en “su familia”. La fiscalía le mostró una foto de Beltrán diciendo que si lo reconocía, a lo que el testigo declaró: “Es mi tío”. El fiscal insistió: “¿El hombre que quiso matarlo?”. Pero “El Conejo” aseguró que la mala relación se convirtió en una entrañable.

Otro ”momento”, pero más para la prensa mexicana cubriendo la audiencia, fue cuando Poveda habló de un gato blanco persa que tenía, y al que puso “perico”, en alusión al nombre que también recibe la cocaína. El jurado, aparentemente, no entendió el chiste.

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asf/rmlgv

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