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Kansas City.— Dos mexicanos y otros dos hispanos perdieron la vida ayer durante un tiroteo ocurrido en un bar en Kansas aparentemente tras una disputa previa.
El secretario de Relaciones Exteriores mexicano, Marcelo Ebrard, confirmó vía Twitter que “hay dos mexicanos fallecidos en Kansas” y dijo: “Extendemos el más sentido pésame del gobierno de México a sus familiares y amigos. Tendrán nuestro apoyo sus familias. Por tener datos respecto a quienes y por qué perpetraron este crimen”. Cancillería puso a disposición el número 816-2883160 del consulado mexicano en esa ciudad.
Juan Ramirez, residente de Kansas, dijo al diario Kansas City Star que su sobrino Alfredo Calderón, de 29 años, era una de las víctimas fatales. Según lo que le informaron, hubo una pelea en el bar. Al menos una de las personas implicadas se fue del lugar y regresó armado y disparó. Ramirez aseguró entre lágrimas al rotativo que su sobrino “no tuvo nada qué ver” con la pelea y que la familia estaba “en shock”.
Contó también que su sobrino tenía un hijo de seis años y una hija de cuatro. “No le deseo esto a nadie”, lamentó.
José Valdez, barman del lugar, relató al mismo diario que el agresor ya antes había causado problemas y que por eso se le negó el servicio. El sujeto le echó una copa a Valdez y se fue, alrededor de las 23:00 horas del sábado, sólo para regresar más de dos horas después, acompañado, y comenzar a disparar. Tres de las personas asesinadas eran asistentes regulares al bar, narró Valdez. Para el cuarto fallecido, esa era la primera vez que iba al Tequila KC Bar.
“Perdimos algunas buenas personas, personas jóvenes”, indicó.
El vocero de la policía Thomas Tomasic indicó que el incidente ocurrió a la 1:27 (hora local) en ese bar ubicado cerca de la calle 10 y la avenida Central, un barrio hispano, cuando al menos dos hombres armados dispararon contra nueve personas. Además de los cuatro fallecidos, hay cinco personas heridas. Las autoridades buscan a los agresores, dijo el oficial, confirmando que al menos uno de ellos habría tenido algún tipo de desacuerdo con las personas dentro del Tequila KC Bar.
“Creemos que hubo algo que probablemente sucedió en el bar antes”, comentó Tomasic. “Desafortunadamente se fue y [con el acompañante] decidieron llevarlo a otro nivel, regresaron y comenzaron a disparar”.
Había aproximadamente 40 personas dentro del pequeño establecimiento cuando iniciaron los disparos. La gente empezó a correr hacia las salida; los heridos dejaron rastros de sangre mientras huían.
“Es un bar muy pequeño, así que si tienes a dos tipos que llegan y empiezan a disparar, la gente va a empezar a correr hacia donde pueda”, agregó Tomasic.
Las autoridades revisaban el video de vigilancia del bar. “Las edades de los fallecidos oscilaban entre los ventitantos y los cincuentaitantos”, explicó el oficial.
De acuerdo con CNN, en el lugar fallecieron cuatro de las nueve víctimas baleadas, en tanto que las cinco lesionadas fueron llevadas al hospital, donde su estado de salud se reporta estable.
Tomasic precisó que las autoridades no creen que pese a que los cuatro muertos eran hispanos, se haya tratado de un tema racial.
“No creemos que esto haya sido un acto al azar, sí que fue un incidente aislado”, detalló. El arma utilizada fue una pistola.
El KC Bar es un club privado, lo que significa que para ingresar se requiere de membresía o ser invitado de algún miembro.
Shay Celedon estaba con sus amigos en el bar cuando un tipo comenzó una discusión, según contó al Kansas City. Parecía intoxicado, recordó. Entonces Shay decidió irse, temerosa de que algo ocurriera.
Le contaron que después el sujeto regresó armado y acompañado y mató al prometido de una amiga de Celedon. La amiga intentó salvarlo presionando la herida y le dio resucitación, todo en vano. “Sostuvo a su prometido hasta el último aliento”, narró Celedon. La pareja tenía planeado casarse en octubre del año próximo. “Un tiro nos lo arrebató”, lamentó.
El 3 de agosto en El Paso, Texas, un tirador abrió fuego contra una multitud en un centro comercial Walmart, con el objetivo de matar mexicanos. De 22 fallecidos, ocho eran connacionales.