Desde la dramática muerte de su nuera, la princesa Diana , hasta las acusaciones de racismo lanzadas por su nieto Enrique y la esposa de este, Meghan , Isabel II hizo frente durante su reinado a varias crisis que sacudieron a la monarquía.
Con la muerte del príncipe consorte, Felipe, duque de Edimburgo, en abril de 2021, Isabel II perdió al hombre del que se había enamorado siendo adolescente y con quien estuvo casada más de 70 años.
Por ella, Felipe renunció a los títulos de príncipe de Dinamarca y Grecia que había recibido al nacer, adquirió la nacionalidad británica y adoptó el apellido de su madre, Mountbatten.
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Realizó junto a ella miles de compromisos públicos hasta su jubilación en 2017. Una dedicación a la que Isabel II rindió homenaje, calificándolo como su "pilar".
La amistad del príncipe Andrés con el financiero estadounidense Jeffrey Epstein le pasó factura cuando este último, acusado de haber explotado sexualmente a menores, se suicidó en prisión.
Una estadounidense, Virgina Giuffre, afirmó que fue forzada por Epstein a mantener relaciones sexuales con Andrés, lo que este negó.
Pero cuando trató de defenderse en la BBC, el príncipe dio una imagen desastrosa, con unos desmentidos juzgados poco convincentes y sin ninguna empatía por las víctimas de su amigo.
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Muchas de las empresas y universidades con las que colaboraba decidieron prescindir de él y se tuvo que retirar de la vida pública. En enero de 2022, el príncipe fue privado por la reina de sus honores militares y dejó de utilizar el título de Alteza Real.
Meses después del caso se cerró con un multimillonario acuerdo extrajudicial confidencial.
Enrique y Meghan anunciaron el 8 de enero de 2020, para sorpresa general, que renunciaban a sus funciones reales. La pareja, que había aportado un aire fresco a la monarquía, dijo querer ser financieramente independiente e irse a vivir a Norteamérica, primero Canadá y poco después California.
Su salida fue apodada "Megxit" por la prensa británica.
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Tras un acuerdo temporal de un año, Buckingham les ordenó renunciar definitivamente a sus títulos honoríficos y patrocinios. Poco después apareció una noticia sobre unas viejas denuncias de acoso por Meghan a un exempleado cuando, en 2018, aún vivían en palacio. La casa real anunció que investigaría.
En una entrevista concedida a la estrella de la televisión estadounidense Oprah Winfrey en marzo de 2021, Meghan dijo haber tenido pensamientos suicidas en palacio y que se le negó apoyo psicológico argumentando que dañaría la imagen de la institución.
La exactriz, que es mestiza, también afirmó que, cuando estaba embarazada, un miembro de la familia real expresó inquietud por el color de piel que tendría su hijo. La reina anunció que esta grave acusación se trataría en familia.
Isabel II fue muy criticada por su falta de compasión cuando, en 1997, falleció en un accidente de automóvil la "princesa del pueblo", Diana, madre de Guillermo y Enrique. Adorada por las masas, dos años antes había denunciado en televisión la infidelidad de su esposo, heredero al trono.
Mientras que la población, de duelo, depositaba millones de flores frente a la verja de los palacios de Buckingham y de Kensington, el príncipe Carlos y la reina Isabel se atrincheraron en su castillo escocés de Balmoral.
Pese a la ola de indignación que recorrió el país, la soberana no salió de su silencio hasta la víspera del funeral, cuando ofreció un excepcional discurso televisado.
1992 fue un "annus horribilis" para la reina, enfrentada a los problemas matrimoniales de tres de sus cuatro hijos. La separación más dura fue la del príncipe Carlos y Diana, tras once años de tumultuoso matrimonio. Se divorciaron cuatro años después.
Ese mismo año, Andrés se separó de Sarah Ferguson, fotografiada con los pechos descubiertos en el sur de Francia junto a su asesor financiero lamiéndole los dedos de los pies. Se divorciaron en 1996.
La única hija de la soberana, la princesa Ana, se divorció de su primer esposo Mark Phillips tres años después de su ruptura, muy mediatizada, en 1989.
Apodada la princesa rebelde, Margarita, hermana menor de Isabel II, ya había hecho temblar años antes las tradiciones y los convencionalismos impuestos por una familia real que le impidió vivir su gran amor.
Se casó en 1960 con Antony Armstrong-Jones, fotógrafo de moda y de cine un tanto bohemio, tras verse obligada a renunciar a su relación con el militar divorciado Peter Townsend.
La pareja se divorció en 1978, tras el enésimo escándalo causado por sus infidelidades.
Siendo niña Isabel se convirtió en princesa de Gales y heredera al trono cuando, dando prioridad al amor por encima del deber, su tío el rey Eduardo VIII provocó un verdadero sismo al abdicar en 1936.
Lo hizo tras solo 326 días de reinado, para casarse con Wallis Simpson, una plebeya estadounidense dos veces divorciada, rechazada por la Iglesia anglicana, de la que él era el jefe.
Como consecuencia, el exsoberano fue repudiado y remplazado por su hermano, el rey Jorge VI, padre de Isabel, que vio así su destino truncado para siempre por esta crisis.
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