Símbolos de poder y de espiritualidad, las joyas de la Corona británica, cuidadosamente custodiadas en la Torre de Londres, saldrán del famoso monumento para ser usadas durante la coronación del rey Carlos III.
La Corona del Estado Imperial fue encargada para la coronación del rey Jorge VI en 1937. Isabel II la llevó después de su proclamación como reina.
La fallecida monarca también la usó en otros momentos, como en las aperturas formales del Parlamento.
Lee más: Carlos III, proclamado nuevo rey del Reino Unido
La corona pesa más de un kilo, mide 31,5 centímetros de altura y tiene 2.868 diamantes, 17 zafiros, 11 esmeraldas, 269 perlas y 4 rubíes.
Creado para la coronación de Carlos II en 1661, este cetro de oro está rematado por una paloma con las alas extendidas posada en una cruz para simbolizar el Espíritu Santo.
Representa el papel espiritual y pastoral del soberano.
De 110 centímetros de largo, pesa 1.150 gramos.
Lee más: El rey Carlos III habría pedido al príncipe Harry no llevar a Meghan Markle a Balmoral
Este cetro representa el poder temporal del soberano. Ha sido usado en cada coronación desde la de Carlos II en 1661.
Pesa 1.170 gramos y mide 92 centímetros de largo.
En 1911 se le añadió el impresionante diamante Cullinan I de 530,2 quilates. El diamante es tan grande que el cetro tuvo que ser reforzado para soportar el peso.
Este globo coronado con una cruz simboliza el mundo cristiano. Está formado por una esfera de oro hueca engastada con esmeraldas, rubíes y zafiros, rodeados de diamantes y enmarcada por dos hileras de perlas.
En su parte superior se levanta una cruz engastada de diamantes con un zafiro en el centro en un lado y una esmeralda en el otro.
Durante la ceremonia de coronación, el orbe se encuentra en la mano derecha del monarca antes de ser colocado en el altar.
La joya mide 27,5 centímetros de alto y pesa 1.320 gramos.
Esta pieza de oro con forma de águila con las alas desplegadas contiene el aceite consagrado usado durante la unción del soberano.
El arzobispo de Canterbury vierte el aceite desde la cabeza del águila en una cuchara y unge al monarca en las manos, el pecho y la cabeza, en lo que constituye el momento más sagrado de la ceremonia de coronación.
La figura del águila responde a una leyenda según la que la Virgen María se apareció a san Tomás Becket y le entregó una águila de oro y un frasco de aceite para la unción de los futuros reyes de Inglaterra.
Estas espuelas de oro simbolizan la caballería y son empleadas desde la coronación de Ricardo Corazón de León en 1189. Se sujetan a los tobillos de los soberanos y, en caso de que sean reinas, se colocan en el altar.
Este anillo de oro se realizó para la coronación de Guillermo IV en 1831. Está compuesto de un zafiro rodeado de diamantes e incrustado de rubíes que forman una cruz. En la ceremonia de coronación, el arzobispo lo coloca en el anular del soberano como símbolo de "dignidad real".
Confeccionada para la coronación de Carlos II, la Corona de San Eduardo es la más importante y sagrada de las coronas. Solo se utiliza para la ceremonia de coronación.
Esta corona de oro macizo engastada con gemas como rubíes, amatistas o zafiros, y dotada con una cubierta de armiño es particularmente pesada de llevar, con más de 2 kilos.
Suscríbete aquí para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, opciones para el fin de semana, Qatar 2022 y muchas opciones más.
maot