El pleito comenzó en 2020, cuando la farmacéutica Moderna consideró que sus competidores, Pfizer y BioNTech, habían desarrollado sus vacunas contra el Covid-19 a partir de una molécula denominada ARNm, la cual transmite un mensaje a través del ADN para todas las proteínas vitales que permiten realizar las funciones humanas.
Moderna, después de estudiar las vacunas de sus competidores, consideró que la estaban plagiando, porque este sistema farmacológico y médico fue registrado en 2010 cuando la compañía buscaba atacar otras versiones de Covid, teniendo éxito y pudiéndose usar a partir de 2015 en seres humanos.
Un proceso en otra fase de la pandemia
En su momento, en octubre de 2020, Moderna decidió esperar para llevar a cabo la demanda, porque el mundo se encontraba en medio de la pandemia. En marzo de 2022, la empresa farmacéutica consideró que la pandemia había entrado en una nueva fase y era el tiempo de llevar a cabo una demanda.
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“La pandemia por definición no ha terminado porque el virus en todo el mundo persiste y no es posible saber cuál es la siguiente situación que vamos a vivir [respecto al Covid-19]”, dice a EL UNIVERSAL el médico internista Enrique Martínez, quien asesora diversas áreas, radica en Miami y ha atendido decenas de casos Covid en diversos hospitales de Estados Unidos y México.
“Aunque ahora mismo el comportamiento podría decirse de menor impacto mortal, aunque de mayor impacto contagioso. En sí misma sí es otra fase, afortunadamente no hay un registro elevado de muertos, pero sí uno aún elevado de contagios”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que es peligroso pensar que ómicron es la última variante de la pandemia; sin embargo, reconoce que ya no se está viviendo en el planeta la misma emergencia sanitaria de 2020 y 2021. Aun así, la OMS asegura que la humanidad tiene que aprender a convivir con el Covid-19 y las versiones que sobrevivan o aparezcan.
“Son ecosistemas que van dominando, en este momento es ómicron, pero hay que tener en cuenta que podría ser sustituido por otra variante con características diversas o iguales, no se sabe”, apunta el doctor Martínez.
“En estos días hay evidencia de variantes que siguen creciendo, lo que se espera es que no haya un viraje hacia una más agresiva en lo mortal. No sabemos hoy, incluso, si otras enfermedades como las que estamos viendo, hepatitis de origen desconocido y viruela del mono, por poner un par de ejemplos, ¿están relacionadas con el ecosistema que trajo Covid? No lo sabemos. Son dudas que se irán despejando dentro de años”.
"Una demanda demasiado pronto"
“Moderna ha presentado la demanda demasiado pronto. La pandemia sigue ocurriendo según la OMS y Moderna se comprometió en 2020 a no reclamar patentes durante la pandemia. Esto le da a Pfizer un fuerte argumento para que se desestime la demanda”, dice a este medio Jorge L. Contreras, profesor de Derecho de la Universidad de Utah y experto en compromisos de patentes.
Considera que “Moderna ve el final de la pandemia a la vista y quiere empezar a conseguir licenciatarios comerciales para sus patentes”.
Jacob S. Sherkow, experto en propiedad intelectual de la Facultad de Derecho de la Universidad de Illinois y Facultad de Medicina, agrega a EL UNIVERSAL que “una cosa en el horizonte es la creación de refuerzos de la vacuna Covid-19 que sean específicos para las próximas variantes. Es probable que se vendan directamente a proveedores de atención médica en EU, por ejemplo, médicos y hospitales, en lugar de al gobierno, y creo que la demanda de patentes es el esfuerzo de Moderna por preservar la participación de mercado a la que cree que tiene derecho”.
Busca reparo de daños económicos
Moderna dio a conocer a través de un comunicado que “es un hecho que la vacuna diseñada por Pfizer y BioNTech atenta contra nuestras patentes registradas y presentadas entre 2010 y 2016”. Moderna adelantó que no busca que sus competidores retiren sus vacunas del mercado, lo que quiere es que le reparen los daños económicos a través del pago de regalías. De acuerdo con datos de las empresas, Pfizer ha facturado alrededor de 32 mil millones de dólares en venta de vacunas alrededor del mundo.
De acuerdo con especialistas, estos procesos duran entre tres y cinco años y generalmente terminan en tribunales federales. En este caso, Moderna puso una demanda en Massachussets, Estados Unidos, y otra en Dusseldorf, Alemania, donde opera BioNTech.
Moderna, en la voz de su director, Stephane Bancel, aseguró que “estas demandas se llevan a cabo para proteger el trabajo y diseño biotecnológico [conocido como] ARNm de la que hemos sido pioneros y en la que se invirtió miles de millones de dólares. [El resultado de este trabajo] fue patentado una década antes de la llegada de la pandemia del Covid-19".
El proceso “no será rápido a menos que las partes lleguen a un acuerdo. ¡Los litigios en EU nunca son rápidos!”, recalca Contreras.
“Por lo general, casos como estos se litigan por un tiempo y luego se resuelven. No veo ninguna razón por la que este no sea el caso aquí también. Pero la tecnología es revolucionaria y quizás Moderna quiera aferrarse a ella lo más fuerte posible para otras aplicaciones además de las vacunas”, opina Sherkow.
“Si me preguntan si es un momento donde la emergencia mortal del mundo ha disminuido y, dado el caso que alega Moderna, no es un mal momento de llevar a cabo su demanda, independientemente de si tiene razón o no”, señala el doctor Martínez : “He trabajado Covid toda la pandemia. Lo que hay en este momento es que no hemos aprendido mucho socialmente. Pero lo cierto es que esto [la pandemia] no se ha acabado y no hay certeza si se va a acabar.
“Es verdad que estamos en otra fase, baste revisar los datos de los años anteriores [2020 y 2021], cuando la crisis era la ocupación hospitalaria, falta de personal, número de fallecimientos por día, de contagios y demás”, comenta Martínez: “Ahora mismo la realidad es otra, aún con la pandemia activa. Las vacunas ya hicieron su trabajo, el virus mutó y hoy con ómicron tenemos mucha menos mortandad, pero los reportes de infectados se mantienen alto”.
El departamento jurídico de Moderna ha señalado que “esperamos que Pfizer y BioNTech nos compensen por el uso de nuestra biotecnología patentada. Nosotros seguiremos innovando con nuestra plataforma ARNm para transformar y mejorar las nuevas generaciones de medicamentos; para ello necesitamos mantener un sistema de patentes que sea respetado y nos proteja”.
“Más allá de la tecnología, las patentes y las ganancias [de las farmacéuticas], debemos reconocer que siguen habiendo países que no han sido atendidos debidamente y siguen con un porcentaje muy bajo de vacunación; sin mencionar la desnutrición, la miseria y otros factores adversos”, subraya el doctor Martínez, ”de nada valen los millones de ganancias si en contraposición aparecen los millones de muertos por negligencia”.
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