San José. Un misterio cunde en la clase política peruana sobre el resultado de una asesoría que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, envió aparentemente en diciembre de 2021 a su colega de Perú, Pedro Castillo, para que sofocara una campaña mediática y las amenazas legislativas de destituirle. Casi dos meses después de iniciada la consejería mexicana, la situación política del gobernante sudamericano empeora a diario.
El peruano Ernesto Bustamante, del opositor partido Fuerza Popular y presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso, no respondió ayer a consulta de EL UNIVERSAL sobre la asistencia de López Obrador a Castillo y si la cancillería de Perú le respondió a una misiva que le transmitió como congresista en diciembre pasado por la denunciada injerencia de México.
Tras rechazar el miércoles anterior un comentario del martes del gobernante mexicano de que “es evidente que el conservadurismo en Perú está haciendo labor” y que defenderá a Castillo, Bustamante declaró al diario Expreso, de Lima, que pidió a la cancillería peruana “salir en este momento a confrontar al señor López Obrador” por sus “declaraciones antiperuanas”.
El 14 de diciembre de 2021, al día siguiente de que López Obrador anunció que una delegación mexicana viajó a Lima a ayudarle a Castillo, Bustamante exigió en una carta a la cancillería peruana aclarar la controversia por los comentarios del presidente de México.
Las revelaciones de López Obrador de que respondió a un pedido de Castillo serían “una clara intromisión en los asuntos internos de Perú”, alegó.
“No se sabe absolutamente nada sobre la gestión de México”, informó, por su parte, el analista político, columnista y periodista peruano César Campos. “Total secrecía”, recalcó.
Ningún informe oficial se conoce todavía en Perú acerca del saldo preliminar de lo que López Obrador describió, el 13 de diciembre de 2021 en México, como un trabajo con el que “fuimos muy respetuosos a apoyar sobre todo lo que se puede hacer para ayudar a la gente humilde, la gente pobre, en tiempos difíciles”.
López Obrador reveló ese día, sin dar fecha, que la comitiva viajó a Perú porque Castillo “nos pidió apoyo” para enfrentar una “campaña en contra, mediática” en la que se le ataca “por incapacidad”. Pese a su apego a la no injerencia en asuntos internos de otros países, López Obrador atacó ese día el trámite legal para remover a un presidente en Perú y cuestionó que puede hacerse con el voto de solo 40% de legisladores.
La delegación mexicana a Perú fue integrada por el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, la subsecretaria de Bienestar, Ariadna Montiel Reyes, y personal de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Nunca se informó en Perú sobre su llegada, el tiempo que permaneció o detalles de su tarea y todavía sigue sin reportarse el balance de su labor.