Allanar el camino a un Estado palestino es la paz

Por: Jorge Álvarez Fuentes. Embajador

Han pasado cuatro meses de los ataques terroristas de Hamas a Israel y la captura de cientos de rehenes. 15 semanas del inicio de los bombardeos aéreos ininterrumpidos e indiscriminados y más de 100 días de la cruenta ofensiva terrestre del ejército israelí en la franja de Gaza. Han muerto más de mil 200 israelíes y 25 mil palestinos, dos tercios mujeres y niños, 60 mil heridos, una destrucción masiva y extensos daños civiles. Cientos de trabajadores humanitarios han muerto, miles de casas, edificios, hospitales, escuelas, mezquitas e iglesias destruidas. La prolongada guerra no se limitó desde un principio al enclave, se extendió a la región, con graves impactos locales y globales.

Las secuelas políticas y humanitarias, las repercusiones geopolíticas y económicas continúan profundizándose y ampliándose rápidamente. El conflicto, en varios frentes, involucra a Egipto, Jordania, Líbano y Siria, los países vecinos. Las potencias regionales Arabia Saudita, Qatar y Turquía están igualmente implicadas. La guerra en Cisjordania y Jerusalén Oriental, los otros territorios palestinos ocupados por Israel, mantiene funestas consecuencias.

Desde un inicio se produjeron intercambios de artillería entre Israel y Hezbolá, ataques con drones y cohetes, incursiones y escaramuzas, evacuaciones de poblaciones civiles al norte de Israel y sur del Líbano, en medio de tensiones y confrontaciones incesantes. Ha habido bombardeos israelíes y ataques con aviones y drones desde y contra campamentos, bases y embarcaciones estadounidenses para eliminar dirigentes, vulnerar instalaciones militares, inutilizar aeropuertos y destruir edificios civiles en Beirut y Damasco y otras ciudades, en regiones fuera del control gubernamental, al igual que en Iraq, en represalia por actos considerados hostiles, ataques con drones y cohetes perpetrados por milicias o grupos armados proiranís. Las hostilidades desde Yemen, respaldando la resistencia palestina han escalado, alcanzado rutas de navegación estratégicas, secuestrando buques mercantes y golpeando barcos de guerra en el mar Rojo, desencadenando contrataques occidentales y desvíos para evitar el canal de Suez, poniendo en riesgo las cadenas globales de suministro de energéticos y cereales, incrementando sus costos.

En este conflicto no participan sólo los beligerantes Israel y Hamás, sino también sus respectivos aliados y proveedores de armas, Estados Unidos y el Reino Unido, y por supuesto Irán, al igual que los grupos, milicias y movimientos de resistencia islámica afines. Las tensiones acaban de escalar de nuevo, extendiéndose a otros actores estatales y no estatales en Asia central, luego de los ataques también calculados entre Irán y Pakistán, que bombardearon presuntos bastiones de grupos opositores o milicias separatistas. Los protagonistas siguen haciendo demostraciones de fuerza, procurando conducirse en tal forma que el conflicto se contenga, evitando que la confrontación desemboque en una guerra abierta.

La demanda de Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia en contra de Israel, basada en las presuntas violaciones graves a la Convención para Prevenir y Sancionar el Delito de Genocidio, busca conseguir, entre otras medidas provisionales, la suspensión inmediata de las operaciones militares israelíes en Gaza, haciéndolo responsable para que desista de cometer acciones orientadas a asesinar, matar, dañar y herir, e infligir e imponer deliberadamente condiciones de vida tendientes a destruir total o parcialmente a la población civil palestina. México y Chile remitieron al fiscal de la Corte Penal Internacional la situación del Estado de Palestina -de la que es parte- solicitando investigue la probable comisión de crímenes de guerra y contra la humanidad por parte individuos, tanto israelíes como palestinos, a fin de abrir espacios para acordar un cese al fuego inmediato, avanzar la solución pacífica de controversias y allanar el camino para conseguir una paz duradera en la región, sobre la base de dos Estados dentro de fronteras seguras e internacionalmente reconocidas.

Ambas acciones podrían ser una salida para alcanzar un triunfo que permita detener y comenzar a poner fin a este catastrófico conflicto, empezando por poner un alto a las flagrantes violaciones al derecho internacional. Aún es posible la búsqueda de un entendimiento político amplio, forjado a partir de una victoria moral que rescate del abismo la posibilidad para que israelíes y palestinos, con liderazgos distintos a los actuales, se comprometan a negociar de  buena fe y volver a negociar la construcción de resoluciones que permitan establecer, con la necesaria presión, acompañamiento, compromiso y aportaciones internacionales, dos Estados que convivan en paz, con fronteras reconocidas internacionalmente, haciendo posible, además, reinstaurar el respeto del derecho internacional frente a la imposición de las relaciones de poder.

Israel y Palestina: ¿hacia dónde?

Por: Patricia González Garza. Experta en desarrollo y seguridad internacional y asociada Comexi (@trishglez)

Desde los ataques de Hamas del 7 de octubre la tensión entre Israel y Palestina ha escalado a niveles de violencia nunca vistos. El asesinato de más de 1,300 israelíes y la toma de más de 250 rehenes por parte del grupo armado resultó en una contra ofensiva israelí que ha tenido implicaciones humanitarias devastadoras sobre Gaza. Más de 25,000 palestinos fueron asesinados por las operaciones militares justificadas como autodefensa y la desarticulación de Hamas. La población de Gaza enfrenta condiciones humanitarias sombrías: el 93% está en niveles críticos de hambruna y la distribución de suministros básicos es prácticamente imposible.

La comunidad internacional ha criticado las violaciones a los derechos humanos en Gaza y Sudáfrica ha iniciado un proceso ante la Corte Internacional de Justicia acusando a Israel de presuntas violaciones a la Convención del Genocidio. A pesar de ello, la violencia persiste. Hamas continúa con ataques y retiene a 132 rehenes, ya que el 21 de enero el primer ministro Netanyahu rechazó las condiciones de Hamas para liberarlos: un cese total al fuego y la retirada de las fuerzas militares israelíes. Ante la negativa de Netanyahu y su rechazo a la solución de dos Estados, junto con posibles ataques de Hamas, se espera la intervención de potencias regionales y otros actores para mediar. La comunidad internacional debe exigir un mundo que proteja a los inocentes, donde palestinos e israelíes tengan el derecho de vivir en paz.

“Cese el fuego en Israel: entre el trauma y la desconfianza”

Por: Enrique Raijman. Asociado Comexi.  @kikeraijman

Al examinar las perspectivas de un cese al fuego entre Israel y Hamas, resulta imperativo considerar su impacto dentro de Israel. En este contexto, cualquier escenario que contemple un cese al fuego se ve agravado por el trauma y estrés colectivo que padece la sociedad israelí a partir de los ataques terroristas del pasado 7 de octubre.

Las amenazas de líderes de Hamas a repetir dichos ataques, sumado a las preocupantes olas de antisemitismo en el mundo, evocan al capítulo más oscuro en la historia de la población judía, incrementando inevitablemente la desconfianza, el miedo y la reticencia a un cese al fuego. El estrés postraumático en una sociedad ya aterrorizada y sumida en plena convulsión no pueden -ni deben- subestimarse.

Para los israelíes, su tranquilidad depende de que se desarticulen las capacidades de Hamas en Gaza. Actualmente, a la mayoría les resulta difícil empatizar con los palestinos después de las masacres del 7 de octubre. A su vez, la creciente popularidad de Hamas entre los palestinos, grupo cuyo objetivo incluye la destrucción de Israel y el asesinato de judíos, refleja una situación análoga.

Sorprendentemente, la simpatía hacia Hamas se extiende más allá de los palestinos, ganando terreno en el mundo árabe, islámico e incluso en sociedades occidentales. Es justamente responsabilidad de aquellas sociedades que no están inmersas en el dolor de la guerra esforzarse por empatizar con todos los seres humanos que sufren, en lugar de ver solo una parte de la terrible realidad.

El Mar Rojo: Cuello de botella del comercio global

Por: Roberto Cabral-Duran, Asociado COMEXI (@JRobertoCabral)

Los constantes ataques de los huties de Yemen a buques en el mar Rojo representan la mayor amenaza al comercio global al iniciar 2024, estirando las ya frágiles cadenas de suministro entre Europa y Asia. Durante los primeros 20 días de enero, los ataques de los huties provocaron que cientos de barcos cambiaran su ruta tradicional por el Canal de Suez al Cabo de Buena Esperanza, circunnavegando África y agregando por lo menos 10 días más a su trayecto, lo cual ha triplicado el costo de transporte entre Asia y Europa.

El estrecho de Bab-El-Mandeb, al sur del Canal de Suez y del mar Rojo, es uno de los grandes cuellos de botella del comercio global. Situado entre Yemen, en la península arábiga, y Yibuti, en el noreste africano, por este lugar transita el 15% del petróleo marítimo y el 30% de los contenedores. De agravarse la crisis actual en el mar Rojo, la disponibilidad en Europa de energéticos del Medio Oriente, así como de productos del sureste asiáticos, principalmente de China, podría verse amenazada, lo que aumentaría las presiones inflacionarias a nivel global. Estimaciones del banco de inversión J.P. Morgan indican que, de continuar el conflicto en el Mar Rojo, la inflación global podría aumentar un 0.7% adicional durante la primera mitad del año. Al momento, una fuerza multinacional lidereada por Estados Unidos y el Reino Unido busca salvaguardar la navegación, sin embargo, difícilmente se podrá restablecer la paz mientras el conflicto entre Israel y Gaza continúe.

Las consecuencias en Yemen

Por: David Hernández López. Investigador Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques, internacionalista UNAM y asociado del Programa de Jóvenes del Comexi.

En Yemen se originó la mayor crisis humanitaria actual tras la larga guerra entre los hutíes – apoyados por Irán – contra el gobierno yemení reconocido internacionalmente – respaldado por Arabia Saudita –. En diciembre se firmó un alto el fuego, pero noticia fueron los ataques del grupo contra navíos mercantes en el mar Rojo, como apoyo a la causa palestina. El ataque hutí tiene poco impacto en la operación israelí en Gaza, pero socava la pacificación de Yemen.

Luego del arduo esfuerzo diplomático detrás del acuerdo de diciembre, las agresiones le restan credibilidad como grupo comprometido con la paz. Además, con la contraofensiva británica y estadounidense perderán capacidad para atender su propio conflicto, si es que fracasa la mediación. En suma, las agresiones hutíes retrasan la pacificación en Yemen y la atención a la crisis humanitaria. ¿Quién gana? Irán, que utilizará la reanudación de los ataques hutíes para obtener concesiones más allá de la crisis en Gaza. Los hutíes se convirtieron en su grupo de choque en el Mar Rojo, ruta del comercio mundial y, seguramente, Irán negociará con esa posición en el futuro.

Fuego cruzado entre Irán y Paquistán

Por: Brenda Estefan. Internacionalista. @B_Estefan

La rivalidad entre Irán y Paquistán ha emergido como un punto álgido en la compleja geopolítica regional. El 16 de enero, Irán realizó un ataque con misiles en territorio paquistaní, justificándolo como una respuesta a militantes baloch, musulmanes sunitas, que amenazaban a Irán. Paquistán, por su parte, calificó el ataque como "totalmente inaceptable", retiró a su embajador de Irán, bloqueó el regreso del embajador iraní y, apenas 24 horas más tarde, bombardeó a su vez territorio iraní con el argumento de atacar escondites terroristas.

Este conflicto tiene una simetría peculiar, pues Irán y Paquistán se acusan mutuamente de albergar terroristas o grupos hostiles. Ambos países han destacado la precisión de sus ataques y asegurado la ausencia de intenciones de amenazar la integridad territorial del otro, no obstante, la situación plantea riesgos para un Medio Oriente ya de por sí convulso y alerta sobre la posibilidad de extensión de riesgos rumbo al sur de Asia, dado que India, enemigo histórico de Paquistán, respaldó las acciones de Irán, considerándolas como “legítima defensa” contra el terrorismo. Turquía y Arabia Saudita han llamado a una desescalada, mientras que China ofrece mediación.

En medio de este vals de ataques entre vecinos, se observan indicios de un retorno al diálogo entre Irán y Paquistán, y voluntad de no escalar el conflicto, pero se añade una capa adicional de complejidad al contexto más amplio de crecientes tensiones en Medio Oriente, que abarcan desde la guerra en Gaza hasta los ataques entre Hezbolá e Israel, así como la espiral de ataques en el Mar Rojo entre los rebeldes hutíes de Yemen y el ejército estadounidense. Mientras que parece claro que Irán quiere recalcar su rol de potencia balística y geopolítica, sin necesariamente confrontarse de manera directa con sus adversarios: Israel y Estados Unidos.

El factor Afganistán

Por: Alberto Moreno Carmona, asociado PJComexi

El intercambio de misiles en el territorio fronterizo de Baluchistán entre Irán y Paquistán ha sido considerado como una escalada territorial del conflicto entre Hamas e Israel. Sin embargo, el intercambio de ataques estratégicos no representa una confrontación entre ambos países y se inclina más hacia un esfuerzo de combate contra los yihadistas que han aumentado sus ataques en la región tras la retirada de los Estados Unidos de Afganistán.

Enmarcado en un contexto regional, Irán buscaría aumentar su actividad militar para preservar su seguridad nacional teniendo como prioridad la atención a los problemas fronterizos, que para ambos países implican la estabilidad bilateral, dada la presencia de grupos independentistas que presentan un riesgo nacional, como el Ejército de Liberación de Baluchistán en Paquistán y el Frente de Liberación de Baluchistán en Irán.

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