Miami.— Las presentan un panorama electoral más polarizado y diverso, con transformaciones profundas en la composición del electorado y en las dinámicas geográficas de poder. Kamala Harris, la primera mujer afroestadounidense y asiática en encabezar una candidatura presidencial por el Partido Demócrata, frente a Donald Trump, el aspirante republicano, se enfrentan en un contexto marcado por cambios demográficos que afectan las tendencias de voto, especialmente en estados clave donde la raza, la etnicidad, la educación, el género y la geografía están moldeando las votaciones presidenciales.

Aunque los votantes blancos continúan representando el mayor grupo demográfico, su influencia ha disminuido en comparación con décadas anteriores a medida que las minorías, particularmente los latinos, afroestadounidenses y asiáticos, han crecido en número y participación política.

De acuerdo con estudios del Pew Research Center consultados por EL UNIVERSAL, los votantes blancos siguen siendo el bloque más grande del electorado, con 68% en 2024, aunque su proporción ha disminuido paulatinamente. El apoyo de los votantes blancos se inclina mayoritariamente hacia Trump, con 56% que respalda al expresidente, en comparación con 41% para Harris.

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La mexicana Betty Rivas y su esposo, el salvadoreño Jorge Rivas, haciendo campaña en favor del expresidente republicano Donald Trump, en Catalina, Arizona. Foto: Ana Milena Varón / EFE
La mexicana Betty Rivas y su esposo, el salvadoreño Jorge Rivas, haciendo campaña en favor del expresidente republicano Donald Trump, en Catalina, Arizona. Foto: Ana Milena Varón / EFE

Esta inclinación es más pronunciada entre hombres blancos, quienes ven en Trump un defensor de sus valores tradicionales y conservadores. Las mujeres blancas presentan una división más marcada; aquellas sin educación universitaria continúan apoyando a Trump, mientras que Harris ha logrado atraer a mujeres blancas con estudios superiores, quienes favorecen las políticas progresistas sobre igualdad de género y derechos reproductivos.

El electorado latino es uno de los que más rápido crece en EU, representando casi 19% de la población total. Harris lidera este sector con 52% de apoyo, mientras que Trump cuenta con el respaldo de 35%; sin embargo, el voto latino se ha caracterizado por ser muy variable. Mientras que los latinos de origen mexicano, centroamericano y puertorriqueño tienden a apoyar más a los demócratas, los cubanoestadounidenses en Florida son tradicionalmente más conservadores y favorecen a Trump. Este bloque será crucial en estados inestables electoralmente como Arizona, Texas y Florida.

De acuerdo con la Fundación Unidos US, “una mayoría de latinos que encuestamos en todo el país planea votar en las elecciones, con más de 60% de los latinos en Arizona, California, Colorado, Florida, Georgia y Pennsylvania afirmando que están completamente seguros de que votarán”, sin aclarar por cuál candidato.

El electorado afroestadounidense ha sido históricamente leal al Partido Demócrata y en 2024, Harris cuenta con un respaldo de 84% entre ellos. No obstante, hay una clara división generacional. Los votantes mayores de 50 años son más propensos a apoyar a Harris, en 86%, en comparación con los votantes jóvenes, quienes muestran un menor entusiasmo. Las mujeres afroestadounidenses representan el grupo demográfico más leal, en especial en temas como la justicia racial y la atención médica. Los hombres afroestadounidenses muestran un apoyo más moderado, aunque aún muy amplio hacia Harris.

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El voto asiático aumentó su influencia en los últimos comicios y este año electoral Harris cuenta con 61% de apoyo, mientras que Trump tiene 28%. Este grupo, aunque más pequeño en comparación con los latinos o afroestadounidenses, es cada vez más decisivo en estados como California, Nevada y Nueva York. Las políticas de Harris sobre justicia racial y atención médica resuenan entre los votantes asiáticos, lo que le ha permitido aumentar su apoyo en comparación con elecciones anteriores.

Desde una perspectiva geopolítica y siguiendo con los estudios del Pew Research Center, varios estados experimentaron cambios demográficos que tendrán un impacto trascendental. De entre todos, los considerados péndulo, debido a su fluctuación histórica entre votar por candidatos republicanos o demócratas y sus cambios demográficos recientes, los convierten en áreas clave: Michigan, Wisconsin y Pennsylvania.

Estos fueron cruciales en las elecciones de 2016 y 2020. En 2016, Trump ganó en gran parte debido a su atractivo entre los votantes blancos de clase trabajadora sin título universitario; un grupo demográfico de enorme importancia en estos estados, aunque en 2020 Biden los recuperó. Las áreas suburbanas, especialmente alrededor de Detroit, Philadelphia y Milwaukee, se han vuelto más diversas y progresistas.

Arizona ha visto un aumento considerable en su población latina, que ahora representa 30% de la población total. Este grupo tiende a inclinarse hacia el Partido Demócrata; además, ha experimentado una afluencia de migrantes de otros estados, en particular de California, que tienden a ser más progresistas.

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Nevada mostró un alza significativa en su población latina, con 29% de la población total, además de la asiática. Estos grupos tienden a apoyar a los demócratas. Las zonas urbanas como Las Vegas son clave para la victoria demócrata.

Georgia atestiguó un aumento en la movilización de votantes afroestadounidenses, en especial en áreas urbanas como Atlanta. Esta población constituye 33% de los habitantes del estado y su alta participación ha convertido a Georgia en un estado competitivo.

Aunque Texas ha sido históricamente un bastión republicano, su demografía está cambiando. Los votantes latinos constituyen casi 40% de la población texana y su participación ha ido en aumento. Aunque en 2020 la mayoría de estos votantes aún favorecían a los republicanos, el Partido Demócrata ha estado ganando terreno en áreas urbanas como Houston, Dallas y San Antonio.

Las áreas urbanas de Texas, como las mencionadas, han experimentado un cambio hacia las políticas demócratas debido al crecimiento de votantes jóvenes y educados.

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Florida es uno de los estados más difíciles de predecir debido a la diversidad de su voto latino. Los cubanoestadounidenses, que tienden a ser más conservadores, dominan en áreas como el sur de Florida, mientras que otros grupos latinos, como los mexicano-estadounidenses, centroamericanos y puertorriqueños en el centro del estado, tienden a favorecer a los demócratas. Además, Florida sigue siendo un imán para jubilados, que tienden a favorecer a los republicanos.

“La participación de los latinos ha aumentado significativamente en los últimos ciclos electorales y, ahora más que nunca, los latinos tienen la oportunidad de influir en resultados electorales clave. Esto es especialmente evidente en estados como Arizona, Florida y Texas, donde los cambios demográficos han redefinido el mapa electoral”, subrayó a este medio la agrupación promotora del voto latino Mi Familia Vota.

Mayoría de mujeres están con Kamala

El voto de las mujeres en EU ha experimentado importantes transformaciones desde la adopción del derecho al voto en 1920, pero en las últimas décadas, los cambios más notables han estado vinculados a las preferencias políticas y la creciente participación de las mujeres en temas sociales, económicos y de derechos civiles. Harris ha logrado consolidar un fuerte apoyo entre las mujeres, especialmente con educación universitaria, mientras que Trump sigue siendo popular entre los hombres blancos y las mujeres sin estudios superiores.

Para las próximas elecciones, según el Pew Research Center, las mujeres representan un bloque crucial para Harris. Un 65% de ellas lo hacen de manera firme.

El aumento de la participación de las mujeres en las protestas sociales ha reforzado su participación política. Estos movimientos han empoderado a las mujeres para votar en función de temas que les afectan directamente, como el acoso sexual, la violencia de género y los derechos reproductivos. En particular, los temas de los derechos reproductivos, el acceso a la atención médica, la igualdad salarial y la educación están en el radar femenino estadounidense.

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Las mujeres blancas tienden a estar más divididas entre los dos partidos. En 2016, Trump ganó 53% del voto de las mujeres blancas, mientras que en 2020 se redujo ligeramente esta cifra. Sin embargo, las afroestadounidenses y latinas siguen votando de manera abrumadora por candidatos demócratas.

“Por primera vez, el aborto está entre los 5 temas más importantes, y más de 70% de los votantes latinos cree que debería seguir siendo legal, independientemente de sus creencias personales”, expresó Unidos US a El Gran Diario de México.

Mayoría de hombres blancos, con Trump

Se espera que una mayoría de hombres blancos continúe apoyando a Trump. Las estadísticas muestran una ventaja de 52% frente a 41% para Harris.

El apoyo latino a Trump ha crecido desde 2016, y en 2024 se proyecta que cerca de 35% de los hombres latinos apoyen al expresidente; mientras que Harris tiene una ventaja con 52% del voto latino en general. Se espera que un porcentaje bajo de hombres afroestadounidienses vote por Trump, cerca de 14%. Los votantes sin estudios universitarios, sobre todo los hombres blancos, son un bloque clave para Trump. Casi 63% de los votantes republicanos no tienen título universitario; lo que refleja su fortaleza entre la clase trabajadora blanca sin estudios superiores.

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La educación ha emergido como un factor divisor clave. Los votantes con educación universitaria tienden a apoyar a los demócratas, mientras que aquellos sin título universitario favorecen en su mayoría a los republicanos. Harris cuenta con un amplio respaldo entre los votantes con estudios universitarios, con 57% de apoyo entre este grupo. Estos votantes son muy fuertes en áreas urbanas y suburbanas, donde la educación y las preocupaciones sobre la justicia social y el cambio climático impulsan sus preferencias políticas. Los suburbios, que han pasado de ser dominio republicano a estar en juego, son clave en estados como Arizona, Georgia y Pennsylvania.

Trump mantiene una sólida base entre votantes sin educación universitaria, capturando 53% de este grupo. Este bloque, mayormente compuesto por hombres blancos de clase trabajadora ha sido decisivo en estados como Wisconsin, Michigan y Pennsylvania, donde la economía y el empleo son temas prioritarios. Las áreas rurales también continúan siendo un bastión republicano.

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