Tel Aviv.- El ministro israelí de Defensa, Yoav Galant, llamó el sábado a pausar durante un mes el proceso de reforma judicial emprendido por el gobierno, mientras decenas de miles de israelíes se manifestaban nuevamente en Tel Aviv contra ese controvertido proyecto.
Las movilizaciones suceden cada semana desde la presentación en enero por parte del gobierno derechista de Benjamin Netanyahu de un proyecto de reforma que divide al país.
En un discurso pronunciado el sábado por la noche, Galant dijo que temía que las divisiones en el seno de la población sobre este asunto se conviertan eventualmente en una "verdadera amenaza para la seguridad de Israel".
Lee también Crece la violencia en marchas en Israel
"Debemos detener el proceso legislativo" durante un mes, "los cambios mayores a nivel nacional deben hacerse por la vía de la consulta y el diálogo", afirmó el ministro, antes de una semana clave marcada por otras disposiciones legislativas y nuevas convocatorias de protestas que se esperan masivas.
La reforma judicial busca incrementar el poder de los parlamentarios respecto al de los magistrados, algo que, según los detractores del proyecto, pone en peligro el carácter democrático del Estado.
Galant consideró que, gane quien gane el pulso actual -"la calle o la Knesset" (Parlamento)-, quien "perderá" será "el Estado de Israel".
Sus declaraciones fueron acogidas con satisfacción por el líder de la oposición, Yair Lapid, que las calificó de "paso valiente (...) para la seguridad de Israel".
Dos diputados del Likud expresaron en Twitter su apoyo a Galant, planteando dudas sobre si el gobierno contará con la mayoría en caso de lanzar una votación.
El titular de Defensa pidió también el fin de las manifestaciones, el mismo día en que 200.000 personas tomaron las calles de Tel Aviv, según estimaciones de los medios israelíes.
Lee también Miles de israelíes protestan por onceava semana consecutiva contra reforma judicial
"Las leyes que se están adoptando actualmente tienen como objetivo hacer del gobierno el único dueño abordo y destruir la separación de poderes", declaró a la AFP Daphne Oren-Magidor, historiadora de 41 años, enla manifestación.
"Cada vez, más israelíes se despiertan (...) No vamos a vivir en una dictadura", consideró Josh Drill, de 26 años, portavoz de uno de los movimientos de protesta.
En Jerusalén, miles de personas marcharon frente a la residencia del presidente, Isaac Herzog.
Para Harriet Scher, de 80 años, las reformas "afectarán principalmente a la gente en los márgenes: lesbianas, gays y población árabe. No será bueno para el país si ellos (los políticos) tienen el control total del Tribunal Supremo", afirmó.
La reforma ha suscitado críticas no solo dentro, sino también fuera del país. Incluso el principal aliado de Israel, Estados Unidos, ha expresado su "preocupación" por la reforma.
Netanyahu, que hasta ahora había mantenido un perfil bajo sobre este tema, anunció el jueves que iba a hacer avanzar la reforma, pero que haría todo lo posible para "alcanzar una solución" aceptable, tanto para los partidarios como para los críticos del proyecto, y pondría "fin a la división".
La justicia israelí advirtió al primer ministro que no puede intervenir en el proceso de adopción del cambio legislativo, ya que sería "ilegal" dados sus procesos judiciales aún abiertos por corrupción.
Lee también Más de 250 mil israelíes protestan en todo el país contra la reforma judicial
Los parlamentarios deben votar la próxima semana sobre uno de los elementos centrales de la reforma: el cambio en el proceso de nombramiento de los jueces.
El texto ha sido enmendado en comisión para suavizar el contenido con miras a lograr una mayoría más amplia aun sin el apoyo de la oposición, que hizo oídos sordos al llamado al diálogo lanzado por Netanyahu y pide una "pausa" en el trabajo legislativo antes de volver a la negociación.
ayef/rcr