San José

.– Una red criminal transnacional que traficó cocaína desde pistas clandestinas de aviación en Venezuela a Centroamérica , México y Estados Unidos , en una operación coordinada por un militar venezolano “de alto rango” , fue desarticulada por autoridades policiales y judiciales de Colombia , anunciaron hoy fuentes oficiales en Bogotá .

La Fiscalía General de Colombia informó que “la sustancia ilegal, al parecer, era recibida en Venezuela por un militar de alto rango que coordinaría el envío de los cargamentos” hacia Centroamérica , México y EU . El reporte oficial, del que EL UNIVERSAL tiene copia, evitó revelar la identidad del militar venezolano que habría dirigido parte de la operación.

“Con el material probatorio recaudado se logró establecer que, una vez en territorio venezolano, un militar de alto rango de ese país coordinaba las labores para la recepción de la sustancia ilegal que era llevada a pistas clandestinas en donde se posibilitaba el despegue de pequeñas aeronaves hacia Honduras , Guatemala , México y Estados Unidos ”, añadió el informe.

“La Fiscalía estableció que entre febrero de 2017 y septiembre de 2018 la organización criminal habría enviado a Honduras más de cinco toneladas del alcaloide”, agregó.

Los datos en poder de la Fiscalía revelaron que “al menos tres de estas naves fueron derribadas en Honduras ; otras, se habrían accidentado por sobrepeso. Estos hechos, al parecer, se presentaron entre 2017 y 2018”.

La Fiscalía aseguró que con la Policía Nacional de Colombia coordinó investigaciones durante dos años que permitieron desarticular la organización criminal “dedicada al procesamiento de cocaína” en la zona del Catatumbo , en el nororiental departamento colombiano de Norte de Santander , fronterizo con Venezuela , desde donde la sustancia ilícita fue llevada a suelo venezolano.

Reiteradas denuncias del gobierno de Estados Unidos aseguraron en los últimos años que Venezuela es una pieza crucial del contrabando internacional de drogas, con cadenas mafiosas que transportan la cocaína de suelo colombiano a venezolano. Con la mercancía ilícita ya en Venezuela , los criminales envían la droga por vía aérea a Centroamérica y México , en vuelos a baja altura que bordean las costas caribeñas colombianas y centroamericanas.

Una de las escalas claves del contrabando es el litoral de Honduras sobre el mar Caribe, desde donde la cocaína es reenviada a México para que prosiga hacia EU como destino final al ser el principal mercado mundial de consumo de estupefacientes.

Los gobiernos de Colombia y Ecuador alertaron a inicios de 2108 que los cárteles mexicanos acrecentaron su presencia en puntos marítimos y terrestres de las zonas fronterizas entre ambos países para el tráfico de gran cantidad de cocaína por los corredores del Océano Pacífico desde esas naciones a Centroamérica y México , rumbo a EU .

Informes policiales y judiciales de Colombia confirmaron que los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación están entre las organizaciones criminales mexicanas con mayor presencia y actividad en territorio colombiano, para negociar la compra de cargamentos de cocaína.

Detenciones

La Fiscalía confirmó que en la batida anticriminal fueron detenidos siete colombianos como presuntos integrantes de la estructura.

En una serie de acciones simultáneas desplegadas por autoridades colombianas en los departamentos de Cundinamarca y Meta (centro) y Norte de Santander se lograron los arrestos de Héctor Julio Rubiano Montegro, alias “Boyaco” o “Don Jediondo” e identificado por la Fiscalía como el supuesto cabecilla de la organización criminal.

También fueron detenidos Víctor Julio Leal García, alias “Suspicio” o “Chamo”; Luis Fernando Acosta González, alias “Pana” o “Sebastián”; Atalíbar Ariza González, alias “Caimán”; Juan Carlos Pardo Alvarado, alias “Adrián” o “El Flaco”; Julio César Echeverri Narváez, alias “Olafo” o “Valentina”, y Jorge Eliécer Torres Prieto, alias “Memo” o “El Calvo”.

La Fiscalía precisó que “estas personas serían, según los investigadores, los encargados de todo el proceso de producción, transporte y comercialización de las drogas que eran enviadas al exterior”.

De acuerdo con las indagaciones oficiales, la estructura delincuencial “comercializaba la cocaína que producían en sus propios laboratorios”, ubicados en la zona de La Gabarra, en Norte de Santander , y estableció los “contactos necesarios para adquirir nuevas de droga cuando necesitaban completar los cargamentos”, refirió la Fiscalía.

Escuchas

Una de las piezas claves en las investigaciones fue el proceso de interceptaciones telefónicas, que permitieron establecer que, entre el 26 de febrero de 2017 y el 14 de septiembre de 2018, “los presuntos narcotraficantes enviaron 10 cargamentos de cocaína hacia países centroamericanos siendo, al menos, cinco las toneladas que sacaron en este periodo”, puntualizó.

La capacidad de producción de los laboratorios era de 500 y mil kilos semanales de cocaína, “lo que facilitaba el envío frecuente de las sustancias prohibidas hacia el exterior”, reveló.

De acuerdo con la descripción de los hechos, en coordinación entre autoridades colombianas y centroamericanas se pudo descubrir que el 14 de septiembre de 2018, entre las ciudades hondureñas de El Progreso y San Pedro Sula , fueron capturados dos hondureños de la red criminal con 464 kilos de clorhidrato de cocaína en un camión de carga. Los dos fueron identificados como Pablo Montesinos y Francisco Castillo Torres.

En julio de 2017, y en un operativo de la Fiscalía, fueron arrestados dos colombianos con 350 mil dólares en su poder en un vehículo en la ciudad de Medellín , capital del noroccidental departamento de Antioquia, cuando intentaban trasladar el dinero a Bogotá , en el centro de Colombia .

“Dicha suma habría sido recibida en una casa de cambio de la capital antioqueña, siendo esta la manera como la organización criminal intentaba darle apariencia de legalidad a los recursos producto de la actividad ilícita. Un proceso similar se replicaba en Bogotá y Cúcuta ”, capital de Norte de Santander , puntualizó. Los dos hombres, identificados como Jesús Alfonso Acosta Guzmán y John Henry Acosta Barreto, fueron condenadas por “lavado” de activos.

Según la Fiscalía, seis de los siete detenidos rechazaron los cargos como presuntos responsables de concierto para delinquir agravado con fines de narcotráfico y tráfico de estupefacientes agravado. El único que aceptó ser cómplice de narcotráfico fue Ariza González, alias “Caimán”.

Un juzgado de Antioquia ordenó una medida de aseguramiento con cárcel para los siete.

agv

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