El grito de libertad perteneció mayoritariamente a la juventud en la manifestación concentrada en la esquina de Córdoba y Maipú, donde se ubica el Libertador Hotel, búnker de Javier Milei, presidente electo por La Libertad Avanza y posteriormente, en el Obelisco. Alaridos de festejo, abrazos entre extraños y lágrimas de felicidad fueron algunas de las escenas que se registraron en el microcentro porteño. Eran centenares de adolescentes, pero también había adultos y menores de edad acompañados de sus padres.
Trepados a las paradas de colectivo, con juguetes del muñeco de Pokemón que lleva una motosierra en la cabeza, cubiertos de banderas de Argentina, el festejo se multiplicó por los alrededores del búnker libertario. Se arrojaron fuegos artificiales y bombas de humo amarillo, uno de los colores insignia de La Libertad Avanza y también de Pro. Bombos, disfraces del Joker y pañuelos de cabeza con el dibujo de un león completaron la postal de una celebración a la que siguió llegando gente hasta el momento de las palabras de Milei frente a sus seguidores.
Frente al monumento icónico de la Ciudad de Buenos Aires se repite cada unos tantos minutos el grito generalizado de “viva la libertad, carajo”, cuando alguno de los militantes lo propone. Para entender la cantidad, se encuentran cortado el metrobus y la avenida principal entre Córdoba y Corrientes, aunque la gente no llega a cubrir la calle, sino que se ubica principalmente en la Plaza de la República.
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Muchos de los manifestantes no tienen afiliación partidaria ni participaron activamente de la campaña. “Este es nuestro momento”, comentó Azul, abogada de 26 años. “Cambiamos la historia”, expresó Martín, estudiante, de 19. Más que publicaciones en las redes sociales, una gran porción de quienes se presentaron hoy en el Libertador Hotel son parte de la mayoría silenciosa que se expresó en el más de 55% que llevará a Milei al sillón de Rivadavia.
La fiesta se expandió desde Córdoba y Maipú hasta la avenida 9 de julio, en donde comenzaron a sonar las bocinas en medio del discurso de Sergio Massa, en el que reconoció la derrota. Grupos de personas abandonaron sus mesas de cena para ir hacia el búnker de La Libertad Avanza. Mayra y Valentín, de 24 y 23 años y originarios de Lanús, paseaban por Galerías Pacífico cuando se enteraron de que la tendencia era irreversible. El microcentro porteño tuvo una afluencia superior de gente por el feriado del lunes.
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Para algunos, el triunfo de Milei significa una decisión de vida. “Todos pensábamos volvernos a nuestro país o irnos a otro lado. Ahora nos quedamos”, comentaba emocionado un grupo de cinco venezolanos de entre 26 y 40 (trabajadores de remis, Uber y tiendas de ropa) que al saber el resultado, se reunieron para festejar en la puerta del hotel.
El sondeo de los manifestantes también muestra distintos niveles socioeconómicos y educativos. Las profesiones de los entrevistados por LA NACION varían. Van desde cartonero hasta ingeniero petroquímico. Esta es otra de las tendencias horizontales que se vieron en el perfil de votante de Milei.
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