Barcelona.— El gobierno español de Pedro Sánchez celebró ayer un consejo de ministros en Barcelona, hecho que los independentistas tacharon de “provocación” y recibieron con protestas que se saldaron con 13 detenidos y 77 heridos.
Las movilizaciones convocadas por grupos independentistas, como los llamados Comités de Defensa de la República (CDR), se realizaron tanto en ciudades como en carreteras, donde se bloqueó el paso y el acceso a zonas urbanas.
La causa de las manifestaciones fue la presencia del gobierno español, cuya reunión se celebró en el palacio de La Llotja de la capital catalana, que fue custodiada por un fuerte dispositivo de seguridad.
El presidente Pedro Sánchez decidió celebrar la reunión en la capital catalana —habitualmente es en Madrid— como gesto de distensión con las autoridades independentistas regionales.
Los manifestantes —80 mil según los organizadores— fueron convocados con el lema “Tumbemos el régimen”, en alusión a la monarquía parlamentaria española, para ejercer el “derecho de autodeterminación” y protestar contra la “represión” del Estado.
El primero de los detenidos, un miembro de los CDR, en Vía Laietana de Barcelona, portaba material para fabricar bombas molotov, mientras que siete arrestos se realizaron en el barrio de Drassanes, uno en plaza Urquinaona, y otro en plaza Antonio López.
Asimismo, se detuvieron a tres más en L’Ampolla, en Tarragona y junto con los detenidos en Barcelona, fueron llevados a comisarias por desórdenes públicos y enfrentamiento con la autoridad.
Los Servicios de Emergencias Médicas atendieron a 77 personas, la mayoría por contusiones, y 35 de ellos agentes de la policía catalana. Los independentistas más violentos levantaron barricadas y lanzaron piedras y pintura a los agentes, que trataron de disolverlos con varias cargas.
En las movilizaciones de Barcelona, el periodista de la cadena Intereconomía Cake Minuesa fue agredido físicamente mientras transmitía en directo, algo que fue condenado por el gobierno.
La jornada bajó de intensidad conforme la noche se acercó, y una gran manifestación que culminó en Paseo de Gracia y Gran Vía de Barcelona con la presencia de diputados de fuerzas independentistas dio cierre a la jornada de protestas.
Sánchez quiso reunir a su gobierno en Barcelona para rebajar tensiones con el ejecutivo regional catalán, en manos de los independentistas. El jueves mantuvo un encuentro con su jefe, Quim Torra, que según Celaá buscó “encauzar políticamente la salida del conflicto en Cataluña”, el cual tuvo su corolario en la fracasada tentativa de secesión del año pasado.