Quito.— Varios miles de simpatizantes del ex presidente ecuatoriano Rafael Correa rechazaron ayer en una protesta, que se saldó con 10 detenidos, la orden de prisión dictada contra su líder, indagado por su presunta participación en el secuestro de un opositor.
Los manifestantes, entre ellos diputados afines y exfuncionarios de Correa, se concentraron en un parque del centro moderno para caminar hasta una plaza cercana a la casa presidencial, en el casco colonial, y que fue acordonada por la fuerza pública, comprobó la AFP.
La policía, que informó sobre algunos incidentes, hizo un llamado a la calma a los participantes en la protesta al divulgar por Twitter imágenes de personas atacando a uniformados. La manifestación dejó siete agentes golpeados, según el Ministerio de Interior.
Los correístas, que formaron una gruesa columna que cubrió varias cuadras, lanzaron consignas contra el mandatario Lenín Moreno, quien es acusado por Correa de estar detrás de un complot en su contra tras ser aliados y partidarios del movimiento oficialista, en el poder desde hace una década.
“Estamos aquí por la dignidad de una patria que hoy se ve ofendida, indignada, por todo el retroceso que estamos teniendo, con todo el proceso neoliberal y por la persecución política”, dijo la portavoz de la manifestación, la ex presidenta de la Asamblea Nacional Gabriela Rivadeneira.
Desde que Moreno asumió en mayo de 2017, ambos sostienen una pugna de poder que llevó a la crisis al oficialismo y a que perdiera la mayoría en la Asamblea Nacional (con 74 de los 137 escaños) debido a una división.
“Al gobierno, que sepa que el pueblo no va a permitir que siga persiguiendo a Correa y a la gente que trabajó con él”, expresó a la AFP Ricardo Patiño, quien ocupó diversos ministerios en el gobierno de Correa —de quien Moreno fue vicepresidente entre 2007 y 2013—.
A su paso hasta la céntrica plaza de Santo Domingo, los manifestantes gritaron “¡Fuera Moreno, fuera!” y “¡Correa, amigo, el pueblo está contigo!”, así como pusieron en alto carteles con leyendas como “Si te metes con Rafael, te metes conmigo” y “Yo soy Correa”.
El martes, la justicia ecuatoriana dictó orden de prisión preventiva y activó una circular roja de la Interpol con fines de extradición contra Correa, quien vive en Bélgica con su familia y ha dejado entrever que pedirá asilo en ese país.
La fiscalía indaga al exmandatario socialista por los supuestos delitos de asociación ilícita y secuestro del opositor Fernando Balda en Bogotá en 2012. El ex legislador suplente acusa a Correa de ordenar su fugaz rapto.
Moreno sostuvo ayer que Correa debería regresar a Ecuador para comparecer ante la justicia. “Debería venir, y a veces desearía verdaderamente que resulte inocente de lo que se le acusa”, señaló Moreno en un encuentro con la prensa extranjera en la sede del gobierno nacional en Quito, a la que aseguró que el proceo penal “marcha de manera libre”.
“El señor Correa debe tener la completa certeza de que esta justicia funciona de forma autónoma e independiente. Que no tenga ningún recelo de venir a Ecuador, es su país, y que enfrente a la justicia”, añadió. El ex mandatario ha dicho que el proceso penal en su contra obedece a intereses políticos del actual gobierno para desprestigiarlo.
El miércoles, Ecuador llamó a consulta a su embajador en Bolivia y dejó sin efecto el viaje de su nuevo diplomático asignado en Venezuela, tras declaraciones de los mandatarios de ambos países a favor de Correa.