Berlín/París/Londres.— Miles de manifestantes que se oponen a portar cubrebocas y a las medidas de restricciones contra el coronavirus tomaron ayer las calles en varias ciudades de Europa, mientras los contagios se mantienen o van al alza.

En Londres, mil manifestantes congregados en Trafalgar Square pidieron el “fin de la tiranía médica”. El Reino Unido registró otros mil 108 casos.

El ministro británico de Sanidad, Matt Hancock, sugirió, en declaraciones publicadas por The Times, que las medidas de restricción podrían no ser levantadas hasta pasada la próxima Navidad para evitar otro “repunte”. Señaló que “una segunda ola es claramente visible en otras partes del mundo”.

En París, Francia, 200 a 300 personas protestaron contra la obligatoriedad del tapabocas.

Sophie, una parisina de 50 años, acudió a manifestarse en “favor de la libertad de elegir: Soy una ciudadana que se opone a medidas que no tienen ninguna justificación médica”.

Francia reportó 5 mil 453 nuevos casos confirmados de coronavirus y el Ministerio de Salud describió la situación como “preocupante” luego de un repunte el día anterior, cuando el país registró su mayor número de casos desde mediados de marzo. Francia ha hecho obligatorio el uso de máscaras en París y otras ciudades del país.

Miles marchan en Europa contra medidas anticovid
Miles marchan en Europa contra medidas anticovid

Interrumpen acto

En Berlín, la policía interrumpió la manifestación de unas 20 mil personas porque no se estaban respetando las reglas de seguridad exigidas por el gobierno. Los inconformes se reunieron frente a la Puerta de Brandeburgo antes de la marcha con carteles que decían: “Detengan las mentiras del corona” y “Merkel debe irse”.

Los manifestantes “incumplieron la distancia mínima, pese a las reiteradas demandas” de las fuerzas del orden, informó la policía, que justificó que “no hay otra posibilidad que disolverla”.

Tras el anuncio de las autoridades, muchos inconformes se quedaron en el lugar, sentados en el suelo en medio de la calzada, y gritaban “resistencia” o “somos el pueblo”, una consigna usada por la extrema derecha, mientras otros entonaban el himno nacional. Muchos de ellos siguieron en el acto, y un grupo lanzó piedras y botellas contra las fuerzas de seguridad. Al menos 200 ultraderechistas fueron detenidos.

El responsable de Interior del gobierno regional de la ciudad-estado y capital alemana, Andreas Geisel, precisó que los detenidos fueron liberados más tarde en el día.

“Pensadores libres”, activistas antivacunas, partidarios de la teoría de la conspiración y simpatizantes de extrema derecha se dieron cita en esta protesta, bautizada como “fiesta de la libertad y de la paz”.

Desde primera hora se habían congregado personas de todas las edades, incluidas familias con niños. “Merkel debe irse”. “No soy simpatizante de extrema derecha, estoy aquí para defender nuestras libertades fundamentales”, decía Stefan, un berlinés.

Una manifestación similar reunió el 1 de agosto a unas 20 mil personas en Berlín. En aquel caso también fue dispersada por la policía. El ayuntamiento de la capital alemana prohibió inicialmente la protesta por “razones de salud pública”. El tribunal administrativo dio la razón a los organizadores al dictaminar que “la existencia de un peligro inmediato para la seguridad pública” no era un motivo válido, aunque puso condiciones. El promotor de la manifestación, Michael Ballweg, un empresario informático sin etiqueta política a la cabeza del movimiento Pensadores no conformistas-711, surgido en Stuttgart, describió el intento de prohibición de “ataque a la Constitución”. Sus partidarios protestan contra la “dictadura” de las medidas contra el coronavirus.

Alemania afronta esas últimas semanas un rebrote de la pandemia con un promedio de mil 500 casos diarios. El jueves, la canciller Merkel y los 16 estados federales introdujeron una multa mínima por no usar una mascarilla. También se prorrogó la prohibición de los grandes eventos públicos hasta el próximo año.

Las fotos compartidas en línea también mostraban banderas y lemas vinculados a la teoría de la conspiración QAnon. Ésta señala que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está librando una guerra secreta contra la élite de pedófilos adoradores de Satanás en el gobierno, las empresas y los medios de comunicación, entre otras afirmaciones.

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