Buenos Aires.— Una multitudinaria manifestación contra el presidente neoliberal Mauricio Macri copó ayer el centro de Buenos Aires, en reclamo de mejores salarios y de ayuda en alimentos para los más afectados por la crisis económica que sacude a Argentina.

Partidos de izquierda y organizaciones que agrupan a desocupados obstruyeron con banderas y pancartas la avenida 9 de Julio y, tras pasar por el emblemático obelisco, llegaron al Congreso.

“Entendemos que tienen que desarrollar medidas de emergencia y de la misma manera que han actuado para poder mantener satisfecho al FMI, a la banca nacional y a los sectores especuladores, pedimos que reaccionen ante esta avanzada de la crisis para con los sectores más golpeados”, dijo a Reuters Damaries Rolón, una manifestante de 41 años.

“Hay seis proyectos de ley de emergencia alimentaria, queremos que se unifiquen en un mismo proyecto y que luego se trate y se apruebe en el Congreso”, afirmó el candidato a diputado por el Frente de Todos y fundador del Partido Piquetero, Juan Marino.

La protesta ocurrió en medio de un agravamiento de la crisis que sufre Argentina, luego de que el derrumbe del peso producido en agosto disparara las expectativas de inflación para 2019 a 55%, según un sondeo del banco central, lo que se espera que ahonde la pobreza.

En 2018, cuando aparecieron los primeros síntomas de los problemas financieros, el país obtuvo un crédito del FMI por 57 mil millones de dólares para lidiar con la escasez de capitales, en medio de una recesión y una alta inflación, pero las dificultades se agravaron en agosto tras la aplastante derrota que sufrió Macri en las primarias frente a la oposición peronista de centroizquierda, que dejó al candidato preferido por los mercados prácticamente sin opción de ser reelecto en los comicios de octubre.

El temor de los inversores a que el peronista Alberto Fernández reinstale amplias regulaciones sobre la economía, como aplicó su compañera de fórmula, Cristina Fernández de Kirchner, durante su gestión, generó incertidumbre en los mercados.

“Con la inflación en alza lamentablemente para muchas familias se les va a hacer cada vez más difícil llegar a fin de mes [por los bajos sueldos]. Nuestro foco es poder llevarles alivio día a día”, dijo Macri.

Mientras la pobreza crece y afecta a más de un tercio de la población, según algunos estudios, los docentes anunciaron una huelga general para el jueves.

“¿Cuánto tiempo más tenemos que esperar? ¿Cuántos trabajadores más perderán su trabajo?”, se preguntó Eduardo Murúa, un empleado de 57 años que se encadenó a las rejas del Banco Central. En el edificio, un grupo de cuatro personas se encadenó en la entrada y solicitó una audiencia con el presidente de la entidad, Guido Sandleris, y la renuncia de Macri.

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