Damasco.— Miles de se reunieron en la principal mezquita de para las primeras oraciones musulmanas del viernes desde la destitución del presidente Bashar al-Assad, mientras multitudes celebraban en la plaza más grande de la capital. Las reuniones fueron un momento simbólico importante para el dramático cambio de poder en Siria, casi una semana después de que los insurgentes irrumpieran en Damasco, derrocando al Estado liderado por Al-Assad que había gobernado el país durante medio siglo con mano de hierro.

Los sirios se congregaron en el centro de Damasco y en otras ciudades como Aleppo y Sueida, con la bandera de tres estrellas, símbolo del movimiento prodemocrático de 2011, adoptado por las nuevas autoridades. Esto ocurrió mientras el secretario estadounidense de Estado, Antony Blinken, se reunía con aliados en la región buscando dar forma a la transición, abogando por un gobierno interino “inclusivo y no sectario”. Después de conversaciones en Jordania y Turquía —que apoya a algunas de las facciones insurgentes sirias—, Blinken llegó a Irak en una parada no anunciada. Hasta ahora, los funcionarios estadounidenses no han hablado de reuniones directas con los nuevos gobernantes de Siria.

La principal fuerza insurgente, Hayat Tahrir al-Sham, ha estado trabajando para establecer seguridad e iniciar una transición política después de tomar Damasco el domingo temprano. El grupo ha intentado tranquilizar a un público tanto sorprendido por la caída de Al-Assad como preocupado por los yihadistas extremistas entre los rebeldes. La dirección de los insurgentes dice que ha roto con su pasado extremista, aunque HTS todavía está etiquetado como grupo terrorista por Estados Unidos y países europeos.

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Sirios celebran dentro de la Mezquita Omeya, tras el derrocamiento del presidente Al-Assad por rebeldes de la oposición, en Damasco. Foto: Antonio Pedro Santos / EFE
Sirios celebran dentro de la Mezquita Omeya, tras el derrocamiento del presidente Al-Assad por rebeldes de la oposición, en Damasco. Foto: Antonio Pedro Santos / EFE

El líder de HTS, Ahmad al-Sharaa, anteriormente conocido como Abu Mohammed al-Golani, apareció en un mensaje de video el viernes felicitando “al gran pueblo sirio por la victoria de la bendita revolución”. “Los invito a dirigirse a las plazas para mostrar su felicidad sin disparar balas y asustar a la gente”, dijo. “Y luego trabajaremos para construir este país y como dije al principio, seremos victoriosos con la ayuda de Dios”.

Enormes multitudes, incluidos algunos insurgentes, llenaron la histórica Mezquita de los Omeyas en la ciudad vieja de la capital para las oraciones del viernes, muchos ondeando la bandera de la oposición rebelde —con sus tres estrellas rojas— que ha reemplazado a la bandera de la era Assad con sus dos estrellas verdes.

Según estaciones de televisión árabes, el sermón del viernes fue pronunciado por Mohammed al-Bashir, el primer ministro interino instalado por HTS esta semana. La escena resonó en múltiples niveles. La mezquita, una de las más antiguas del mundo que data de hace unos mil 200 años, es un símbolo querido de Siria, y los sermones ahí, como todos los sermones de las mezquitas en Siria, habían estado estrictamente controlados bajo el gobierno de Al-Assad.

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Además, en los primeros días del levantamiento antigubernamental en 2011, los manifestantes a menudo salían de las oraciones del viernes para marchar en manifestaciones contra Al-Assad. “No pisé la Mezquita de los Omeyas desde 2011”, debido a los estrictos controles de seguridad alrededor de ella, dijo un devoto, Ibrahim al-Araby. “Desde hace 11 o 12 años no he estado tan feliz”. Otro devoto, Khair Taha, dijo que había “miedo y temor por lo que vendrá, pero también hay mucha esperanza de que ahora tenemos voz”.

A pocas cuadras en la rotonda más grande de Damasco, llamada Plaza de los Omeyas, miles se reunieron, incluidas muchas familias con niños pequeños, un signo de cómo, al menos hasta ahora, la transformación del país no ha visto inestabilidad violenta.

El primer ministro interino, al-Bashir, había sido el jefe de una administración de facto creada por HTS en Idlib. Los rebeldes habían estado atrapados en Idlib durante años antes de que los combatientes irrumpieran en una ofensiva sorpresa y marcharan a través de Siria en 10 días. Finalmente tomaron Damasco el domingo temprano.

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En la Plaza de los Omeyas, Wardan Aoun, quien se identificó como un combatiente de Idlib, elogió la nueva administración.

Al-Sharaa, el líder de HTS, ha prometido traer un gobierno pluralista a Siria, buscando disipar los temores entre muchos sirios, especialmente sus muchas comunidades minoritarias, de que los insurgentes traerán un gobierno extremista y duro. Otro factor clave será ganar reconocimiento internacional para un nuevo gobierno en Siria, un país donde múltiples potencias extranjeras tienen sus manos.

Mientras, el gobierno interino de Siria confirmó que el ciudadano estadounidense Travis Timmerman ha sido entregado a las autoridades de su país. También ayer Israel volvió a bombardear varios objetivos militares a las afueras de Damasco y en la provincia meridional de Al Sueida, informaron la Televisión Siria, controlada por las autoridades interinas, y el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

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