Bruselas.— A mil días de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, el conflicto armado ha entrado en una fase crucial, con el primer ataque ucraniano con misiles estadounidenses de largo alcance en territorio del país agresor. La guerra ha dejado destrucción, muerte, hambre y un estratosférico costo económico con implicaciones globales.
El pueblo ucraniano vive a diario una tragedia humanitaria que ha dejado 3.7 millones de desplazados internos y obligado a 6.7 millones a buscar refugio en el extranjero. En total, la población ha retrocedido en 10 millones de habitantes desde la anexión unilateral de la península ucraniana de Crimea por parte de Rusia en 2014, indica el último reporte del Fondo de Población de las Naciones Unidas.
De las 16.8 millones de personas que necesitan ayuda humanitaria, 8 millones son mujeres y niñas, y 2.2 millones personas con alguna discapacidad. Unas 2.5 millones de mujeres y niñas necesitan urgentemente ayuda por violencia de género, incluida la violencia sexual.
Julio fue el mes más sanguinario desde octubre de 2022; registró su mayor número mensual de víctimas civiles, con 244 muertos y mil 119 heridos.
La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, encabezada por Volker Türk, sostiene que 12 mil 162 civiles han fallecido a consecuencia de la guerra y 26 mil 916 han resultado heridos; entre ellos, han fallecido 659 niños.
El sufrimiento humano es atizado por la destrucción de los servicios. Al 15 de noviembre, los misiles y drones rusos habían destrozado 75 centros de atención médica y dañado 582. Los complejos académicos reducidos a escombros suman 324 y otros mil 172 han sufrido impactos.
La infraestructura energética ha sido uno de los blancos predilectos de Moscú. Entre 2022 y 2023 más de la mitad de las instalaciones ucranianas han sido destruidas, dañadas o se encuentran ocupadas por Rusia, como la central nuclear de Zaporiyia. Un informe de la misión desplegada por Türk en Ucrania, en el que aparecen como fuentes de contacto en la zona Kris Janowski y Kateryna Girniak, sostiene que la magnitud real de los daños, tanto a la población como la infraestructura, es probablemente mucho mayor, porque un número importante de informes, principalmente relacionados con el periodo posterior al ataque a gran escala, no han podido verificarse por falta de acceso a las zonas afectadas.
La situación es grave para Ucrania en el flanco económico. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), perdió por lo menos un tercio de su PIB en 2022, aunque en el transcurso del conflicto se ha ido estabilizando, gracias a la creación de nuevos sectores económicos, intervenciones en el sector bancario y ayuda internacional.
El Congreso estadounidense había asignado hasta abril pasado más de 174 mil millones de dólares en asistencia económica y humanitaria, para la compra de misiles, munición y vehículos de combate. Los compromisos de la Unión Europea (UE) alcanzan más de 152 mil millones de euros hasta ese mes.
En cuanto a Rusia, el panorama financiero ha sido más favorable gracias a los elevados ingresos por petróleo y gas, así como por las diversas medidas dirigidas a garantizar la estabilidad monetaria. Salarios más elevados, aumento del consumo e incentivos, como subsidios a las hipotecas, contribuyeron para que el PIB creciera en 3.6% en 2023. Para este año el FMI estima un aumento de 3.2%.
Hay quienes advierten sobre un sobrecalentamiento de la economía, del agotamiento de las reservas y de un probable escenario de estanflación, seguido de una profunda recesión. No está claro cuánto tiempo más aguantará Moscú los impactos de las sanciones occidentales.
La guerra de Putin ha socavado todas las fuentes potenciales de crecimiento demográfico, agravando un problema que existía desde antes de las hostilidades, sostiene un estudio elaborado por Harley Balzer, de la organización Atlantic Council.
El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés) estima que entre 800 mil y 900 mil rusos huyeron del país tras el inicio de la guerra, incluyendo 700 mil que desoyeron la orden de movilización parcial de septiembre de 2022.
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Los datos del Servicio Federal de Estadística del Estado ruso muestran que la escasez de mano de obra ascendía a 4.8 millones de personas en 2023, un problema que impacta en la productividad. Rosstat estima que la población de Rusia disminuirá de forma natural a un ritmo de más de 600 mil personas al año hasta 2032.
Una investigación realizada por la BBC y el portal independiente ruso Mediazona, con base en fuentes públicas, identificó los nombres de 70 mil 112 soldados muertos en Ucrania, aunque se cree que el número real es considerablemente mayor. El gobierno ucraniano reconoció en febrero pasado el fallecimiento de 31 mil combatientes.