San José.— Con una pericia diplomática basada en la técnica del judoca, que se apropia de la fuerza rival y la revierte a su favor, México recurrió a un juego de bisagra y convirtió las crisis migratorias regionales del siglo XXI en una vía para que Washington acepte darle beneficios y desista de aplicarle presiones: cerrar fronteras a la migración irregular de América, Asia y África a Estados Unidos… o amagar con abrirlas.
La estrategia, aplicada con matices por Serbia, Turquía y Marruecos para exigir concesiones en su lazo con la Unión Europea (UE) como trampolín clave de la oleada migratoria de Asia y África a Europa, entraría al menú de rutas diplomáticas que México podría seguir hoy en la entrevista virtual entre el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y la vicepresidenta de EU, Kamala Harris.
“Está en manos de México crearle un problema muy serio al presidente Joe Biden, liberar controles y dejar que entren miles”, alertó el abogado y diplomático Jaime Aparicio, exembajador de Bolivia en la Organización de los Estados Americanos (OEA).
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Con abultado bagaje en Wa- shington en nexos interamericanos, Aparicio dijo a EL UNIVERSAL que “el tema migratorio en EU es muy delicado, impacta la política como instrumento de la oposición republicana y con serios efectos electorales. Es evidente: México lo ha usado, recurrentemente, en su relación con EU, graduando [la llave] al flujo de migrantes”.
“Es lamentable” que México use el conflicto “como arma de presión con EU” y acuda a “manipulaciones temporales, unilaterales y coyunturales como negociar vacunas [para coronavirus] por controles fronterizos”, subrayó.
“Al final, todos los migrantes irregulares pasan por México a EU”, recordó la socióloga guatemalteca Carmen Rosa de León, directora ejecutiva del (no estatal) Instituto de Enseñanza para el Desarrollo Sostenible de Guatemala. “Y al final, México tiene una buena carta para negociar con EU, porque es justamente la llave de la puerta de entrada y salida. Los grandes acuerdos tendrán que hacerse con México, que siempre pone sus condiciones”, anticipó De León a este diario.
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Fuentes de las oficinas regionales para las Américas de la Organización Internacional para las Migraciones, instancia intergubernamental asociada a la Organización de las Naciones Unidas, explicaron que escenarios “bisagra” similares a México existen en Turquía, Serbia, Marruecos e Indonesia. Las fuentes, que hablaron bajo el anonimato, detallaron que la UE otorgó privilegios a Marruecos, como mayores cuotas para que exporte productos pesqueros y agrícolas, para que cierre la migración ilícita del África subsahariana a Europa.
“Es un quid pro quo o algo a cambio de frenar la migración ilegal”, describió una fuente.
Indonesia detiene o permite las corrientes migratorias ilícitas del sudeste de Asia a Australia y Serbia actúa igual con las de Siria o Libia. Miles de seres humanos oriundos de América, África y Asia, desde Guatemala, Cuba y Haití hasta China y Nepal, pasando por Honduras, El Salvador, Venezuela, Ecuador, Bangladesh o Eritrea, entran cada año a las redes de trata de personas para ir de Centroamérica y Sudamérica a México y EU.
En las dos administraciones del republicano George W. Bush, de 2011 a 2009, las dos del demócrata Barack Obama, de 2009 a 2017, la del republicano Donald Trump, de 2017 a 2021, y la actual del demócrata Biden, que empezó en enero anterior, EU ahondó su subordinación a México para contener a los migrantes.
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En mayo de 2019, Trump exigió a México detener el masivo tránsito de las caravanas de viajeros irregulares y, en el despliegue de un abanico de presiones, anunció que impondría elevados aranceles a las exportaciones mexicanas a EU.
Tras intensas pláticas bilaterales, Washington retiró la amenaza y López Obrador acató y movilizó a la Guardia Nacional a las fronteras de México con EU y Guatemala para edificar un muro invisible y cortar el paso a viajeros sin visas. El incidente reafirmó la dependencia migratoria de EU de México y permitió a los mexicanos mostrar a la Casa Blanca que puede operar la bisagra de una u otra forma.
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“Decir bisagra, de abrir o cerrar puerta, es plantear el panorama en forma elegante”, alegó a este periódico la comunicadora social guatemalteca Liduvina Hernández, directora ejecutiva de la (no estatal) Asociación para el Estudio y Promoción de la Seguridad en Democracia, de Guatemala. “México asumió rol de gendarme. No es sólo abrir y cerrar frontera: es utilizar fuerza armada para atajar violentamente la migración masiva para beneficiarse con algo positivo para sus políticas. México no tiene el menor empacho en tirar por la borda una tradición humanitaria de décadas pasadas” con los migrantes, lamentó.
“Como si fuera un conflicto armado, es impedir el paso con fuerzas militares o militarizadas. Estos diálogos buscan mantener pingües beneficios de la política exterior de EU al funcionar y servir como gendarme de esa política exterior”, recalcó.