París.— Un brutal asesinato cometido por una inmigrante en París sirvió como el pretexto perfecto para que la ultraderecha renovara sus ataques contra el “laxismo migratorio” del gobierno de Emmanuel Macron.
El viernes pasado, Lola, una niña de 12 años, murió supuestamente a manos de Dahbia B., una mujer de 24 años, de origen argelino y en situación irregular en Francia, que habría violado y torturado a la colegiala. Su muerte conmocionó el país. El cuerpo de la niña fue encontrado en una maleta y la mujer fue detenida y confesó que violó, torturó y asfixió a la niña, a la que degolló, aunque después aseguró que “sólo fue un sueño”, que es incapaz de matar a una niña y que luchó contra “un fantasma”. Videos de las cámaras de seguridad del edificio donde vivía la niña muestran a la mujer, quien residía con su hermana en el mismo edificio.
Mientras las autoridades investigan si la acusada tiene problemas sicológicos, como parece indicar su actitud, el caso sacudió la sesión de preguntas al gobierno en la Asamblea Nacional, donde la derecha y la extrema derecha se esforzaron en vincular la tragedia a la inmigración irregular.
Dahbia B. llegó con un visado de estudiante a Francia en 2016 y, en agosto, se le comunicó una orden para abandonar voluntariamente el territorio en 30 días. Los servicios policiales conocían a la joven por un caso de violencia doméstica, en 2018. “La sospechosa de este acto bárbaro no debería haber estado en nuestro territorio hace más de tres años”, aseguró la ultraderechista Marine Le Pen, líder del primer partido de la oposición, que acusó “laxismo migratorio”.
Otros legisladores acusaron a la ultraderecha de instrumentalizar políticamente “el féretro de una niña”. AFP
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