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En el verano de 2018, Zarifa Ghafari logró lo que ninguna mujer en Afganistán: se convirtió en la primera alcaldesa de la conservadora ciudad de Maidan Shar.
Nunca lo habría logrado durante el gobierno del Talibán (1996-2001), donde las mujeres prácticamente no tenían derechos. Pero ahora, la vida de Zarifa, quien se define como una “activista por los derechos humanos” en Twitter, está en peligro.
“Estoy sentada aquí, esperando que vengan. No hay nadie que me ayude a mí o a mi familia. Estoy sentada aquí con ellos y con mi esposo. Y vendrán por personas como yo y me matarán”, dijo al periódico británico I el domingo.
Pese a que su activismo data de hace años, en 2018 fue cuando obtuvo reconocimiento internacional al ser nombrada alcaldesa de Maidan Shar, la más joven. Aun sin el talibán en el poder, no fue fácil. Su mandato se retrasó nueve meses debido a que poderosos políticos se oponían.
“Mi amor por mi patria no cambia. No importa quién esté aquí, no importa cuan difícil sea”, tuiteó apenas el 14 de agosto, último día en que posteó algo en la red social.
Pese a sufrir tres intentos de asesinato; pese a que su padre, el general Abdul Wasi Ghafari fue asesinado en noviembre pasado, ella se ha mantenido firme.
Hace apenas tres semanas, la activista y empresaria, considerada por la BBC una de las 100 mujeres más inspiradoras e influyentes en 2019, aún se mostraba optimista. “Los jóvenes están conscientes de lo que está pasando. Tienen medios sociales. Se comunican. Creo que seguirán peleando por el progreso y nuestros derechos. Creo que hay un futuro para este país”, dijo a I.
Pero el domingo, estaba devastada. Y huir no parecía una opción factible. “No puedo dejar a mi familia y, de todos modos, ¿a dónde iría?”, dijo.
Cuando Ghafari se volvió más reconocida, y ante el avance talibán, se le dio un trabajo más seguro en el Ministerio de Defensa de Kabul, donde tenía la responsabilidad de ver por el bienestar de soldados y civiles heridos en los ataques terroristas.
Pero ahora, Ghafari está a su suerte, como decenas de miles de mujeres. “Tomo su dolor [de los afganos] por sentado y estoy lista para quedarme aquí hasta el último momento de mi vida, por la prosperidad de esta hermosa tierra”, tuiteó el sábado.
“Ningún extraño arrebatará de mi corazón este amor por ustedes”, añadió.