San José. – México necesitaría empezar a retirar o a sacar de circulación al 35% por ciento de su flota de vehículos de 2022 a 2030 para compensar la pérdida de capacidad de los bosques bajo tutela indígena y comunitaria de captar dióxido de carbono, evitar su expulsión, ayudar a combatir al cambio climático y cumplir dentro de ocho años con los objetivos impuestos en el Acuerdo de París de 2015 para reducir la emisión de gases de efecto invernadero.

La advertencia, emitida ayer en un informe del Instituto de Recursos Mundiales (WRI por sus siglas en inglés) y de Enfoque Climático , instituciones globales no estatales de defensa de la naturaleza, coincidió con la contingencia ambiental por ozono declarada anteanoche en la Ciudad de México y en la que, para prevenir daños a la salud humana, se estableció para este miércoles un “Hoy no circula” más estricto para el parque automovilístico.

Una copia de la investigación de WRI, que tiene oficinas en los cinco continentes, y de Enfoque Climático, con presencia en América y Europa, fue suministrada a EL UNIVERSAL .

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El informe, que se centra en el potencial de mitigación o captación de carbono en las tierras indígenas y comunitarias en Brasil, Colombia, México y Perú, detectó que esos territorios “son un componente oculto, infravalorado y fundacional de los esfuerzos de los países para reducir las emisiones (de efecto invernadero ) y adaptarse a los impactos climáticos en línea con sus contribuciones determinadas a nivel nacional en virtud del Acuerdo de París”.

El reporte estableció que Perú tendría que retirar toda su flota de vehículos para compensar la pérdida de la mitad de la captura de carbono en los bosques indígenas y las comunidades locales y que Brasil y Colombia tendrían que retirar el 80%.

“La tierra y los bosques, por los procesos naturales, emiten carbono a la atmósfera, pero también lo fijan en el suelo y en la vegetación. En las zonas boscosas bajo la tenencia de comunidades indígenas y locales se reduce la deforestación, que es mucho menor que fuera de ellas”, explicó el economista mexicano Juan Carlos Altamirano , de WRI y coautor del estudio.

La investigación buscó definir las cantidades del carbono que se emite y del que se fija, para determinar si el balance es si esas regiones lanzan a la atmósfera más de lo que capturan o preservan más de lo que expulsan.

El resultado del análisis confirmó que estos bosques bajo tutela de poblaciones indígenas y locales “secuestran” más carbono que el que despide. Convertidos en “sumideros naturales” que ayudan a combatir al cambio climático, evitan que el carbono llegue a la atmósfera y lo sostienen en la tierra y en la vegetación.

“Pero los bosques en áreas indígenas y comunitarias han perdido capacidad de captar carbono , por las presiones de actividades legales e ilegales, de gobiernos o de actores privados, para cambiar el uso del suelo y que en lugar de que sea un bosque sea tierra agrícola, para criar ganado o para explotación mineral y de algún combustible”, dijo Altamirano a este diario.

“El bosque fija mucho más carbono que un pastizal o que una actividad agrícola”, pero al variársele el uso de su suelo a otras funciones, disminuye su capacidad de filtrar carbono, recalcó.

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París a 2030

El Acuerdo de París, que se inserta en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático , definió en 2015 medidas para lograr en 2030 reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mantener el aumento de la temperatura global promedio por debajo de los 2 grados centígrados por encima de los niveles pre-industriales. Una meta es limitar el aumento a 1 y medio grados centígrados para disminuir riesgos y efectos del cambio climático.

La intensificación del efecto invernadero ante las emisiones industriales por la quema de combustibles fósiles es, entre otros factores, el causante del cambio climático con su secuela de sequías, inundaciones y otros severos fenómenos.

Al respecto, Altamirano detalló que la comparación de que México tendría que sacar al 35% de su flota vehicular para compensar los daños en tierras de protección indígena y local sería una forma de comparar de la magnitud de la compensación que se requiere hacia 2030.

“Ante el cambio climático, México tiene objetivos de reducción de emisiones, pero no están considerados estos sumideros de carbono de las comunidades indígenas y locales. Si estos depósitos se llegan a perder, ya sea porque se deforesta o se modifica el uso del suelo, se tiene que compensar de alguna otra manera en México”, planteó.

“Para compensar, la equivalencia sería sacar de la circulación al 35% de los automóviles para tratar de llegar a los compromisos del Acuerdo de París”, aseveró.

Tras subrayar que, pese a los llamados, “no se hace nada”, insistió en la urgencia de “proteger estas tierras. Si de por sí es sumamente difícil cumplir con los objetivos que se fijaron en el Acuerdo de París, sin la ayuda de estas tierras sería prácticamente imposible”.

“Sacar paulatinamente el 35% de la flotilla de hoy al 2030 es una tarea titánica y dimensiona el valor de estas tierras y del por qué las debemos conservar y dejar que las comunidades tengan sus derechos de propiedad bien definidos y que sean respetados. Sacar a un tercio de los automóviles sería el equivalente a lo que habría que hacer ante el deterioro de esas tierras que están siendo utilizadas para otros fines”, puntualizó.