Bruselas.— Mientras que en el resto del planeta los conflictos no estatales se apagan paulatinamente, en América aumentan tanto en número como en niveles de violencia, con México como máximo exponente en esa espiral negativa, sostiene un informe publicado por el Instituto de Investigación para la Paz de Oslo (PRIO, por sus siglas en inglés).
Con base en información de la Base de Datos del Programa de Conflictos de la Universidad de Uppsala (UCDP), el documento analiza la dinámica de los conflictos y su evolución en los distintos continentes entre 1989 y 2021.
En líneas generales, hay una estabilización al alza de los conflictos no estatales a nivel mundial, se registraron 77 en 2021, con un saldo de 25 mil 247 muertos, 2 mil más con relación al año previo.
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Sin embargo, mientras que en África y Medio Oriente disminuyen, en América proliferan. El número de conflictos no estatales en la región casi se duplicó entre 2020 y 2021, pasando de 16 a 30, en tanto que en Medio Oriente disminuyeron durante ese periodo de 7 a 3. La tendencia a la baja también se observó en África, la región más afectada por este tipo de conflictos; pasaron de 49 a 42.
“En los últimos años, las Américas superó a Medio Oriente como la segunda región más afectada por conflictos no estatales. Debido al alto número de víctimas, en las Américas la mayoría de estos conflictos se clasifican como guerras. Esto está relacionado principalmente con la violencia de los cárteles de la droga en México.
“El conflicto no estatal en las Américas se caracteriza por luchas entre actores altamente organizados, mientras que en África vemos que el mayor número son conflictos comunales”.
El rol del CJNG
Además de la expansión de los focos rojos, el continente enfrenta los más mortíferos; “la mayoría de estas muertes están relacionadas con el alto nivel de violencia entre los cárteles de la droga en México”. El documento sostiene que todos los conflictos no estatales de mayor intensidad, o más letales, con saldo rojo superior a mil muertos al año, están en Latinoamérica.
“De estas guerras, cinco son atribuidas al Cártel Jalisco Nueva Generación en México”, resalta el texto. Desde 2007, la violencia criminal en México ha resultado en 60 mil o 70 mil homicidios adicionales.
“México experimentó el mayor aumento de violencia criminal en la última década. A medida que el gobierno intensificó los esfuerzos contra las agrupaciones criminales, éstos se organizaron mejor, adquiriendo entrenamiento y armamento más sofisticados, lo que exacerbó aún más la inseguridad”.
Siri Aas Rustad, investigadora del PRIO y coautora del informe, sostiene que el estudio “nos dice que el nivel de violencia en México es muy alto, a pesar de que no hay una guerra civil en el sentido clásico. La violencia no estatal en su mayoría [sino que toda] está relacionada con conflictos entre cárteles de la droga. Esta violencia es organizada y política, lo que la hace diferente del crimen regular”.
Afirma a EL UNIVERSAL que la violencia en México se encuentra en una zona gris, entre crimen y conflictos, y si bien ha ido creciendo no “es guerra civil en toda la regla”.
Una estrategia que no funciona
En cuanto a la proliferación de los conflictos, dice que su explicación no está sólo en los números. “Podría parecer que el gobierno ha perdido algo de control sobre los cárteles. Otra posibilidad, pero esto es solo especulación, es que el gobierno no esté favoreciendo a ninguno de los cárteles creando así más violencia entre los grupos. Está claro que lo que se está haciendo no está funcionando, pero quizás esto tenga más que ver con la relación con los cárteles y entre ellos mismos”.
En cuando a la respuesta, asegura que no hay solución única a los conflictos no estatales, una categoría que requiere mayor investigación, aunque el enfoque sería centrarse más en las negociaciones locales, ya que los conflictos no estatales suelen estar focalizados.
A la pregunta de ¿cómo deben las autoridades mexicanas leer, interpretar, este informe? Sostuvo que éste habla de una forma creciente de violencia que necesita diferentes tipos de solución. “Requiere más investigación y de un enfoque político”, apuntó.
De acuerdo con el informe, en 2021 se identificaron 54 conflictos estatales a nivel mundial que resultaron en unas 85 mil muertes. Yemen encabezó la lista, las muertes pasaron de 2 mil 300 en 2020 a más de 23 mil. Los conflictos que involucran al Estado Islámico siguen su curso, con un total de 15 frentes abiertos.
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