México no sólo fue el primer cliente de Pegasus, el programa espía de Israel, sino el más prolífico, donde más se utiliza, y su principal cliente es el Ejército, revela una investigación del diario estadounidense The New York Times, lo que contradice las afirmaciones del presidente Andrés Manuel López Obrador de que “en México ya no se espía”.
En su reportaje, titulado “Cómo México se convirtió en el mayor usuario del programa de espionaje más conocido del mundo”, el Times recuerda que fue en marzo de 2011 cuando las autoridades mexicanas cerraron el trato para adquirir la que se ha convertido en “el arma cibernética más poderosa que existe”. Desde entonces, los contratos no han parado.
“Una investigación de The New York Times basada en entrevistas, documentos y pruebas forenses de teléfonos hackeados muestra los intercambios secretos que hicieron que México fuese el primer cliente de Pegasus, y también revela que el país se convirtió en el usuario más prolífico del programa espía más conocido del mundo”.
Según el diario, el gobierno mexicano -este programa sólo se vende a gobiernos- comenzó a utilizar Pegasus contra civiles que se enfrentaban al Estado. A pesar de las promesas de López Obrador, el diario afirma que México ha seguido usando Pegasus “para espiar personas que defienden los derechos humanos, incluso en meses recientes”.
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De acuerdo con la investigación, “el ejército mexicano no solo es el cliente más antiguo de Pegasus sino que también ha atacado más teléfonos móviles con ese programa malicioso que cualquier otra agencia gubernamental del mundo”. De hecho, en la actualidad, es el único cliente que queda de Pegasus en México y sus blancos, desde 2019, han sido desde periodistas a defensores de derechos humanos y un político de oposición, según Citizen Lab.
El Times dijo tener pruebas “que no habían sido reveladas” de que, “en fechas tan recientes como la segunda mitad de 2022, Pegasus se infiltró en los teléfonos celulares de dos de los principales defensores de los derechos humanos del país, quienes brindan representación legal a las víctimas de una de las desapariciones masivas más graves en la historia de México”, en alusión al caso de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa.
Las víctimas de espionaje son Santiago Aguirre y María Luisa Aguilar, del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez. Ambos ya habían sido blanco de espionaje en el gobierno de Enrique Peña Nieto.
El medio cuestiona que, a pesar de que Israel se comprometió a no permitir la venta de Pegasus a gobiernos donde haya registro de abusos a los derechos humanos, mantiene contratos con el ejército, que no sólo tiene un historial de abusos en la materia, sino cuyo papel en esa desaparición ha sido “uno de los focos de la investigación durante años”.
De acuerdo con el rotativo, tanto Aguirre como Aguilar recibieron, en diciembre de 2022, una alerta de Apple de que estaban siendo objeto de un intento de espionaje.
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“Apple cree que está siendo atacado por atacantes patrocinados por el Estado que intentan comprometer de forma remota el iPhone asociado con su ID de Apple. Es probable que estos atacantes te ataquen individualmente por quién eres o por lo que haces”, decía la alerta de Apple, empresa que desde 2021 comenzó a lanzar este tipo de alertas a sus usuarios para advertir que habían sido hackeados.
Ambos contactaron a R3D, un grupo mexicano que defiende los derechos digitales, y que hizo analizar los datos telefónicos de los activistas. El análisis confirmó que ambos fueron hackeados múltiples veces por Pegasus entre junio y septiembre de 2022.
Entrevistado por el Times, Aguilar dijo sobre el espionaje que “a los ojos de las fuerzas armadas, representamos un riesgo. No quieren perder el poder que han acumulado”.
El historial de espionaje no comenzó con López Obrador, ni con Peña Nieto, sino con Felipe Calderón. Según el Times, el entonces presidente recibió una demostración de cómo opera el sistema de espionaje. En esa reunión estuvo presente el entonces secretario de Defensa, Miguel Galván Galván.
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El encuentro se realizó en una base militar. “Temiendo filtraciones, el ejército mexicano hizo esperar a los ejecutivos israelíes en una pequeña habitación donde se guardaban los artículos de limpieza para que nadie los viera antes de hacer su presentación. Un soldado armado estaba apostado fuera de la puerta”, indica el Times.
Miguel Ángel Sosa, portavoz de Calderón, reconoció al diario que Calderón visitó las instalaciones de la Secretaría de la Defensa para una presentación de tareas, incluidas “la recopilación de información e inteligencia”. Sin embargo, aseguró que el entonces mandatario nunca fue informado de si se compró o no el programa espía, ni se le comunicaba, “ni este preguntaba”, qué medios se utilizaban para capturar a los delincuentes.
En la administración de Peña Nieto, además del ejército, dos agencias más adquirieron Pegasus: la oficina del fiscal general y el CISEN.
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Hasta ahora, el ejército mexicano sólo ha reconocido haber usado Pegasus entre 2011 y 2013, pero la investigación del Times indica que se sigue empleando.
Cuestionados al respecto, el Ministerio de Defensa israelí se negó a hacer comentarios y la Secretaría de la Defensa Nacional en México rechazó hablar del hackeo a los dos activistas.
Sin embargo, aseveró que se mantiene la postura del gobierno de López Obrador, según la cual los procedimientos de recopilación de información de inteligencia “de ninguna manera están dirigidos” a invadir la vida privada de personalidades políticas, cívicas y de los medios de comunicación.
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