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Al señalar que México no participa en el desconocimiento del gobierno de un país con el que mantiene relaciones diplomáticas, el gobierno de la República no se sumó al reconocimiento de Juan Guaidó como presidente de Venezuela y, por tanto, no desconoció a Nicolás Maduro como jefe del Ejecutivo de la nación sudamericana.
Esta postura, mantenida por la vocería de la Presidencia de la República y por la Secretaría de Relaciones Exteriores, provocó críticas en la oposición en el Congreso de la Unión, donde legisladores de las bancadas del PRI, PAN y PRD, tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados, llamaron al gobierno de Andrés Manuel López Obrador a desconocer a Maduro.
A través de un comunicado de la SRE, México justificó que su posicionamiento se apega a los principios constitucionales de no intervención, autodeterminación de los pueblos, solución pacífica de las controversias internacionales, igualdad jurídica de los derechos humanos y lucha por la paz y la seguridad internacionales.
Coincidió con la Organización de Naciones Unidas (ONU) en cuanto a la necesidad de llamar a todos los actores involucrados en el conflicto venezolano para que se reduzcan tensiones, hagan los mayores esfuerzos por evitar un escalamiento y rechacen cualquier tipo de violencia política.
Ciudadanos venezolanos radicados en la Ciudad de México acudieron a la embajada de su país para manifestar su apoyo a Guaidó. Minutos antes de las seis de la tarde, ciudadanos de ese país comenzaron a arribar a la embajada de Venezuela ubicada en la calle de Shiller, en Polanco, donde por más de dos horas los asistentes tomaron el micrófono a bordo de una camioneta para respaldar a Guaidó como presidente encargado.
